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Horacio Cartes renuncia a la presidencia de Paraguay para asumir como senador

El empresario adelanta dos meses y medio su salida para garantizar su escaño, considerada inconstitucional por la oposición

El presidente Horacio Cartes recibe sus credenciales como senador electo, el 25 de mayo de 2018 en Asunción.
El presidente Horacio Cartes recibe sus credenciales como senador electo, el 25 de mayo de 2018 en Asunción.EFE
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El presidente de Paraguay, el conservador, Horacio Cartes, un empresario multimillonario que intentó el año pasado reformar la Constitución para reelegirse en el cargo, renunció este lunes a su mandato. Lo hizo casi tres meses antes de transferir al poder al ganador de las elecciones del pasado 20 de abril, el oficialista Mario Abdo Benítez, con la intención de asumir como senador y mantener así sus fueros cinco años más. La renuncia anticipada del presidente aún debe ser aprobada por una mayoría de legisladores durante una sesión bicameral.

La decisión de Cartes es inédita y ha sido puesta en tela de juicio por juristas y opositores, que consideran que viola la Constitución. Sucede que, como expresidente, Cartes tiende derecho a un asiento como senador vitalicio, un cargo honoríofico con voz pero sin voto. Pero el empresario, líder del Partido Colorado, logró una autorización de la justicia electoral para ser candidato en las últimas elecciones. Ganó y ahora quiere ocupar su banca. Como su mandato presidencial termina el 15 de agosto y el Senado asume el 30 de junio, debió renunciar.

En un tuit acompañado con la carta que dirigió al Congreso, Cartes dijo que renuncia “para continuar sirviendo al país desde el Senado de la Nación, cumpliendo con la voluntad popular depositada en las urnas”. Con una medida judicial controvertida el pasado marzo, el dueño del Grupo Cartes, un conglomerado de unas 25 empresas, logró candidatearse al Senado siendo presidente, algo que no estaba previsto en la ley local. El expresidente Nicanor Duarte, también colorado, intentó hacer lo mismo en 2008 pero el Congreso se lo impidió.

Paradójicamente, a quien va dirigida la renuncia de Cartes es al actual presidente del Senado, y por tanto de ambas Cámaras, el senador Fernando Lugo. El exobispo derrotó en 2008 al Partido Colorado y lideró el único gobierno progresista de la democracia paraguaya. Fue presidente durante cuatro de los cinco años hasta que el 22 de junio de 2012 fue destituido en un juicio político promovido por sus aliados liberales y los colorados. Su destitución fue calificada por organizaciones internacionales como el Mercosur y la Unasur como “una alteración del orden democrático”.

Doce legisladores colorados presentaron hoy mismo al Senado la petición para debatir la renuncia de Cartes el próximo miércoles. Mientras que el opositor Partido Liberal está dividido, el Frente Guasu, que preside Lugo, ya anunció que se opondrá.

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Si Cartes logra que su salida sea aprobada, la Presidencia recaería en la actual vicepresidenta, Alicia Pucheta, expresidenta de la Corte Suprema. Si se cumplen los planes de Cartes, Pucheta se convertirá en la primera mujer paraguaya en ocupar el Palacio de López en toda la historia de Paraguay. Su eventual Gobierno apenas durará unos días, hasta el traspaso de mando a Abdo Benítez.

Cartes, considerado el rey del tabaco paraguayo, lleva semanas de titulares negativos en la prensa. Está rodeado de publicaciones de prensa nacional y extranjera que explican sus vínculos con su “amigo del alma” Darío Messer, uno de los presuntos líderes de la red de lavado de dinero más grande de la historia de Brasil, que se encuentra prófugo de la justicia y de la Interpol. Y por la publicación reciente de un informe independiente que le señala como uno de los supuestos líderes de una red de contrabando de tabaco internacional.

En cualquier caso, la maniobra política de Cartes le permitirá asumir como senador activo, en igualdad de condiciones con todos sus pares. Como presidente del Senado, Lugo ya anticipó que no le tomará juramento, por considerar que su candidatura violó la Constitución. El entuerto político no está resuelto, mientras Abdo Benítez avanza en la conformación de un nuevo gabinete de ministros que le permita cumplir con sus promesas de campaña de mayor crecimiento económico e igualdad social.

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