Estados Unidos advierte a Siria contra el uso de gas en Guta
El secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, ha advertido que sería “muy insensato” que Bachar el Asad use armas químicas contra los civiles en el bastión rebelde
El secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, advirtió el domingo que sería “muy insensato” que el presidente Bachar el Asad use armas químicas contra los civiles en Guta Oriental, bastión rebelde a las afuera de Damasco. Aunque no aclaró si eso desencadenaría una respuesta militar por parte de Washington, en abril del pasado año Estados Unidos lanzó un ataque por sorpresa contra el régimen sirio en represalia por un bombardeo con armas químicas que se cobró más de 80 víctimas mortales.
El sábado, en una gran ofensiva de las tropas gubernamentales y sus aliados, el reducto rebelde quedó partido en tres pedazos. El Ejército sirio logró rodear por completo Duma, una de las ciudades más grandes de la región de Guta Oriental. El cierre del perímetro tuvo lugar después de que las fuerzas sirias se hicieran con el control de la ruta desde Misraba a Mudeira, otras dos urbes de la zona.
Al menos 16 civiles, entre ellos cuatro menores, murieron por bombardeos y el lanzamiento de misiles, según dio a conocer el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Al menos ocho de las víctimas mortales, entre las que se encuentran los cuatro menores, se registraron en la localidad de Harasta, donde los aviones de combate efectuaron unos veinte bombardeos, informó la ONG con sede en Londres. Asimismo, fueron blanco de ataques aéreos y de artillería las poblaciones de Zamalka, Arbín, Ain Terma y Yisrín.
Reconquista
El régimen de Bachar el Asad está decidido a reconquistar este bastión rebelde, de unos 400.000 habitantes y sitiado desde 2013. Desde que empezó la ofensiva de las tropas gubernamentales a mediados de febrero han muerto 1.115 civiles, entre ellos 231 menores y 156 mujeres, mientras que más de 4.400 han resultado heridos. Todavía quedan numerosos cuerpos enterrados bajo los escombros en varios sectores.
El Observatorio citó a personas que daban cuenta de la muerte en Misraba de 35 familiares cuyos cuerpos seguían bajo los escombros dos días después de los bombardeos. “Todos los cuerpos que pudimos retirar fue gracias a unos recursos muy limitados”, cuenta Hasan, de 30 años, miembro de la defensa civil en Hamuriya, en el centro del enclave. “Tampoco tenemos los medios de socorrer a los supervivientes”, lamentó.
