_
_
_
_

Hugh Hefner, acechando a Marilyn hasta en la tumba

En 1953 el creador de 'Playboy' publicó el desnudo de la actriz sin su consentimiento, en 1992 compró el nicho contiguo al de la actriz para "pasar la eternidad junto a ella"

Patricia Gosálvez
El nicho en el que el sábado enterraron a Hugh Hefner está a la izquierda de el de Marilyn Monroe.
El nicho en el que el sábado enterraron a Hugh Hefner está a la izquierda de el de Marilyn Monroe.Mel Bouzad (Getty)

Muchos de los artículos publicados sobre la muerte de Hugh Hefner este miércoles a los 91 años acababan igual: mencionando que el magnate del erotismo y fundador de Playboy, había comprado en 1992, por 75.000 dólares, el nicho contiguo al de Marilyn Monroe. El sábado fue finalmente sepultado en él en una privadísima ceremonia a la que apenas asistieron su mujer Crystal Harris, sus cuatro hijos y algunos directivos de su empresa, según publica el portal TMZ.com.

Más información
El alegre club del ataúd
La mujer que se ‘casó’ consigo misma por amor verdadero

En 2009 Hefner explicó en varias entrevistas el por qué de su elección: "¿Quién no querría estar junto a Marilyn para toda la eternidad?", se preguntó en una entrevista al diario alemán Welt am Sonntag. "Supe por casualidad que el sitio de al lado se había quedado libre y actué de inmediato", añadió refiriéndose al sencillo nicho en el Westwood Memorial Park de Los Ángeles. "Creo en lo simbólico", le dijo Hefner a Los Angeles Times también en 2009: "Pasar la eternidad junto a Marilyn es demasiado dulce para no hacerlo".

Sin embargo, la historia que une ambos personajes no es dulce en absoluto. En 1953 Marylin Monroe fue la primera chica de portada de la revista Playboy en la que la actriz principiante salía rubia platino, saludando enfundada en un escotado vestido negro. También protagonizaba sus páginas centrales: en aquellas fotos Norma Jean aparecía pelirroja y desnuda sobre unas sábanas carmesí cuando aún no era famosa. La actriz había posado para esos desnudos cuatro años antes y cobró tan solo 50 dólares por la sesión que iba a aparecer en un calendario. No tenía un centavo y todavía no había rodado La jungla de asfalto ni Eva al desnudo (ambas de 1950), las películas que le abrieron camino en Hollywood.

El primer número de la revista 'Playboy', de 1953, llevaba un desnudo de Monroe en sus páginas centrales.
El primer número de la revista 'Playboy', de 1953, llevaba un desnudo de Monroe en sus páginas centrales.FREDERIC J. BROWN (AFP/Getty)

Cuando Hefner compró las imágenes en el 53, por 500 dólares, la joven actriz empezaba ya su prometedora carrera. El dueño de Playboy nunca buscó su consentimiento, publicó el desnudo y vendió más de 50.000 copias de su número uno.

A pesar de no haberla conocido en persona, Hefner aseguro a la CBS en 2012: "Siento que tengo una doble conexión con ella porque ella fue clave en el lanzamiento de Playboy y porque nacimos el mismo año".

Según los biógrafos de Monroe, la actriz se sintió avergonzada por la publicación de las fotos y pensó que pondrían en peligro su incipiente carrera. Tras el escándalo, se vio obligada además a ofrecer una rueda de prensa en la que tuvo que pedir perdón por haber hecho la sesión en un momento de desesperación económica. "Nunca recibí siquiera un gracias de todos aquellos que hicieron millones con una foto de Marilyn desnuda", escribió después la actriz en sus diarios. "Incluso tuve que comprar una copia de la revista para verme en ella".

Ya no es 1953 y Twitter ha salido en defensa póstuma de la actriz. Frente a algunos comentarios que alaban a Hefner por su idea de ser enterrado junto a Marilyn, la mayoría cuestionan al magnate por acosar a la actriz incluso en su lecho de muerte.

Muchos críticos (y sobre todo muchas críticas) acusan al magnate de seguir explotando a la actriz y le tachan de "viejo verde". "Creepy" es el adjetivo más utilizado, mejor traducido en este contexto como "grimoso". "Dios... ni siquiera después de muerta puedes estar tranquila sin que un hombre se acerque a decirte 'Hay alguien aquí sentado?' al tiempo que se sienta a tu lado", tuiteó la escritora  Sarah Nicole Prickett. Es solo un ejemplo de los muchísimos comentarios que hacen burla desde hace días al "qué haces aquí tan sola" postmortem de Hugh Hefner.

Marilyn Monroe murió en agosto de 1962, a los 36 años, en su casa, de una sobredosis de barbitúricos.

Otro anciano sobre Marilyn... Y boca abajo

Hefner ni siquiera fue el primero en tener la macabra idea. Desde mediados de los años ochenta, otro anciano empresario descansa junto a Marilyn. Se trata de Richard Poncher, cuyo cadáver está en el nicho que hay directamente encima de el de Monroe. El viejo millonario —que hizo su fortuna con diversas empresas electrónicas, vendió aviones militares y se relacionó tanto con la farándula como con la mafia de Los Ángeles— compró dos nichos a Joe DiMaggio cuando este divorció de Monroe en 1954. No contento con ser enterrado sobre la actriz, pidió que le introdujesen en el nicho boca abajo, para estar cara a cara con ella. "Cuando estire la pata, si no me pones boca abajo sobre Marilyn, te perseguiré el resto de mi vida", amenazó Poncher antes de morir a su viuda Elsie, que no se dejó impresionar: en 2009 la viuda puso el nicho a subasta en eBay. Su idea era cambiar a su difunto marido a la tumba de su izquierda, la que hay justo encima de la de Hugh Hefner. Aunque se llegó a publicar que Elsie había vendido el nicho por 4,6 millones de dólares, la venta nunca se llegó a producir. Allí sigue la placa con el nombre de Poncher que falleció con 81 años.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_