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Angola, al ritmo de una economía enganchada al crudo

El desplome del precio del petróleo provoca la primera recesión en el país africano en 15 años

Vendedores ambulantes angoleños en un mercado improvisado sobre unas vías de tren, este martes en Luanda.
Vendedores ambulantes angoleños en un mercado improvisado sobre unas vías de tren, este martes en Luanda.MARCO LONGARI (AFP)

La Avenida Lenin hace esquina con la del Comandante Che Guevara. El Che también tiene plaza en Luanda, una capital, la angoleña, plagada en su callejeo de referencias socialistas y marxistas de todo el mundo. Pero entre el paseo por Salvador Allende o Ho Chi Minh se llega, en pleno centro y a dos calles de Friedrich Engels, a la sede del gigante paraestatal SONAGOL –la Sociedad Nacional de Combustibles de Angola—. Un elegante e imponente edificio de cristal que se erige cerca del mar, coronado por una torre circular que sirve de helipuerto. SONAGOL está dirigido por Isabel Dos Santos, la hija de Eduardo Dos Santos, el mandatario en el poder desde 1979 que ha renunciado a ser candidato en las elecciones celebradas este miércoles.

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Sonagol es el símbolo de una economía, la angoleña, que “camina al ritmo del petróleo”, explica Carlos Rosado de Carvalho, el director del semanal económico Expansao. Tanto, que el petróleo representa el 95% de las exportaciones de Angola, y casi la mitad del PIB —un 45%—, según cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de la que Angola forma parte desde 2007. Además, entre el 70 y 80% de los ingresos gubernamentales provienen del crudo. El desplome del precio del crudo ha provocado que la economía del país entré en recesión por primera vez desde 2002.

Así, “si el precio del petróleo va bien, la economía angoleña va bien; cuando baja, nos sumimos en crisis”, dice de Carvalho. “Pero la gran dependencia del petróleo no es el problema, sino el síntoma. La fiebre no es una enfermedad, es el aviso del cuerpo que algo no funciona. El verdadero problema es la falta de capacidad de Angola de producir bienes y servicios con un precio y calidad competitivos a nivel internacional. Necesitamos urgentemente diversificar”.

Según el periodista económico, Angola tiene un pésimo ambiente de negocios, con una burocracia excesiva y complicada que alimenta la corrupción y “una ley de inversiones que no es amiga de los inversores”. Por eso, los propios hombres de negocios angoleños prefieren invertir en el extranjero. Entre 2002 y 2015, las compañías e individuos angoleños invirtieron 160.000 millones de euros en el exterior, según el Centro de Estudios e Investigación Científica de la Universidad Católica de Angola. Aquí “se crean dificultades para vender facilidades”.

Portugal se ha convertido en la meca para los empresarios de la élite angoleña, liderada por la familia del presidente José Eduardo Dos Santos —que ahora se retira después de 38 años al poder— y por las personas de su círculo cercano. “Se ha creado una burguesía empresarial a través de una acumulación primitiva de capital”, dice Rosado de Carvalho. Segundo exportador de petróleo del continente, Angola es también la tercera economía de África subsahariana, tras la nigeriana y la sudafricana.

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El MPLA gana las elecciones

El Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), en el poder desde la independencia de Portugal en 1975, fue la fuerza más votada en las elecciones del miércoles, al obtener el 65% de los sufragios según los resultados preliminares anunciados este jueves. Su líder, Joao Lourenço, de 63 años, será el próximo presidente del país. El principal partido opositor, la UNITA, logró el 24% de los votos.

El retrato está entre los cristales de Sonagol, dirigida por la hija mayor de Dos Santos, y las prostitutas de la feria de Cacuaco, uno de los barrios populares más extensos de Luanda, que ofrecen sus servicios por menos de un euro la noche. Entre un extremo y el otro, hay pocos kilómetros y muchos millones de diferencia. Angola, con casi la mitad de la población urbana y una quinta parte de los 29 millones de habitantes concentrada en la capital está, según el índice GINI, entre las treinta sociedades más desiguales del mundo.

“La princesa”, así le llaman a Isabel, la mayor y más privilegiada de los hijos de Dos Santos, tiene acciones y controla muchas de las grandes empresas del país, pero también tiene una gran influencia en los negocios en Portugal, e incluso en España. Además de dirigir Sonagol, Dos Santos es accionista de UNITEL, la mayor compañía de telefonía móvil angoleña, del gigante energético portugués Galp, de la compañía lusa de telecomunicaciones NOS, y de otros muchos negocios que también incluyen el sector bancario. Ella, se autodefine como “emprendedora” en su descripción de Twitter.

El auge del petróleo coincidió, en 2002, con en el fin de una guerra civil de 27 años y desde entonces, su crecimiento fue disparado por el crudo, que también le ha llevado ahora a la recesión. Entre 2002 y 2008 el PIB creció anualmente siempre con cifras de doble dígito. También hay recursos diamantíferos, en el norte, “pero no son significantes”, dice Rosado de Carvalho, que asegura que “si no se invierte en agricultura, en industria y se abre el mercado, la crisis puede llevar a una revolución”.

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