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Mauricio Macri usa una nueva captura por corrupción para golpear a Cristina Kirchner

La policía arresta al cuñado de Julio De Vido, ministro estrella de la expresidenta

Federico Rivas Molina
El empresario Claudio Minnicelli, detenido en la ciudad de Mar del Plata en una causa por presunta corrupción.
El empresario Claudio Minnicelli, detenido en la ciudad de Mar del Plata en una causa por presunta corrupción.Telam
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Un nuevo arresto ha alterado la recta final de la campaña electoral en Argentina. Claudio Minnicelli, cuñado del exministro de Julio De Vido, el hombre que manejó durante los 12 años de kirchnerismo todo el dinero destinado a obras públicas, fue arrestado a 400 kilómetros de Buenos Aires tras estar nueve meses prófugo. Un vecino lo delató a cambio de una recompensa de 250.000 pesos (14.000 dólares). Minnicelli está acusado de liderar “la mafia de la Aduana”, una asociación ilícita que durante años cobró sobornos para liberar contendores con problemas administrativos retenidos en el puerto. El Gobierno de Mauricio Macri ha exhibido la captura como un gran triunfo de su administración y advirtió que ahora investigará “quiénes, cuándo y cómo lo protegieron”. La detención irrumpió en el final de la campaña electoral por las primarias partidarias que se realizarán este domingo, donde Cristina Kirchner pelea por un lugar en el Senado.

Minnicelli era uno de los hombres más buscados de Argentina. La justicia sospecha que el prófugo utilizó las conexiones derivadas del matrimonio con la hermana de De Vido para hacer muy buenos negocios. Según el juez Marcelo Aguinsky, "la mafia de la Aduana" falsificaba documentos para adulterar el peso y la carga de los contenedores que el puerto mantenía retenidos por presunto contrabando. Con esos datos falsos lograba que fuesen liberados y a cambio cobraba unos 70.000 dólares a los importadores de la mercadería. “Fueron más de 1.000 contenedores que pagaron 70 mil dólares cada uno. Fueron más de 70 millones de dólares. Traían productos de China sin pagar impuestos, usaban el aparato del Estado para estafar a la gente”, dijo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. La mayor parte de la mercadería eran productos textiles que se ofreció en ferias populares a muy bajo precio.

Con chaleco antibalas y casco, Minnicelli llegó bien temprano a los tribunales federales de Buenos Aires. Se negó a declarar y advirtió que su salud no era la mejor. Sus abogados alegaron además que no pudieron leer el expediente durante los nueve meses que su cliente lleva prófugo y pidieron más tiempo. “Cayó el cuñado de De Vido”, “Detienen al cuñado de De Vido”, titularon el lunes por la mañana los dos diarios de mayor circulación, Clarín y La Nación. Mientras tanto, Bullrich y su par de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, realizaron una rueda de prensa conjunta para celebrar la detención y advertir que ahora se avanzará sobre la red que pudo haber protegido a Minnicelli durante nueve meses. “Hay que ver quienes, cuándo y cómo lo protegieron. Hay que reconstruir su vida para atrás y ver quién le dio protección”, dijo Ritondo. “Vamos ahora a investigar qué protección política tuvo, porque no fue un prófugo normal”, dijo Bullrich.

Los ministros no nombraron ni a De Vido ni a Cristina Kirchner, pero sus figuras sobrevolaron los discursos oficiales durante toda la jornada. La sucesión de causas por corrupción es el principal lastre de la campaña de la expresidenta para las legislativas. Y si De Vido no perdió su banca de diputado el 27 de julio pasado fue porque el oficialismo no logró reunir los dos tercios de los votos necesarios para expulsarlo.

La figura del exministro se ha convertido en el icono de la presunta corrupción kirchnerista. Fue el único que ocupó un ministerio, siempre el mismo, desde el primer día de gobierno de Néstor Kirchner, el 25 de mayo de 2003, hasta el último de Cristina Fernández, el 10 de diciembre de 2015. Sus dos principales funcionarios en ese ministerio, Julio López y Ricardo Jaime, están presos por corrupción.

De Vido dejó su cargo para convertirse, sin escalas, en diputado por el Frente para la Victoria (FPV), el partido de Kirchner. Como ministro de Planificación, Inversión Pública y Servicios administró todas las inversiones del Estado en infraestructura. Fue muy poderoso, pero con la llegada de Macri su suerte cambió: hoy enfrenta cuatro procesamientos, el último en una causa que investiga el presunto reparto irregular de subsidios al transporte, con un perjuicio para el Estado de 600 millones de pesos (35,3 millones de dólares). El exministro también está procesado por estrago culposo en la llamada “tragedia de Once”, un accidente ferroviario que en 2012 dejó 52 muertos, por la compra de vagones inservibles a Portugal y España y por irregularidades en el servicio de trenes. La detención de su cuñado no ha hecho más que enturbiar aún más su imagen. Cada nueva causa es también una mala noticia para Cristina Kirchner.

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Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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