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Netanyahu rechazó hace un año un plan de paz árabe en una cumbre secreta

El primer ministro israelí se reunió en Jordania con el rey Abdalá y Al Sisi con la mediación de Kerry

Juan Carlos Sanz
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la reunión del Gobierno del domingo.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la reunión del Gobierno del domingo. DAN BALILTY (AFP)

La historia reciente de Israel esta jalonada de episodios de diplomacia secreta que antes o después acaban emergiendo. A su regreso de Washington –donde Benjamín Netanyahu alabó al presidente Donald Trump al asegurar que bajo su liderazgo “se crea una oportunidad sin precedentes para fortalecer la seguridad y avanzar hacia la paz (regional)”– se ha desvelado que el primer ministro israelí rechazó hace un año un plan de paz árabe promovido por la anterior Administración demócrata de Estados Unidos. Netanyahu asistió el 21 de febrero de 2016 a una cumbre secreta en la ciudad jordana de Aqaba en la que también participaron el rey Abdalá II, el presidente egipcio, Abadelfatá al Sisi, y el entonces secretario de Estado norteamericano, John Kerry, según ha revelado Haaretz este domingo. El propio diario israelí constataba este mediodía en su edición digital que el jefe del Gobierno ha confirmado a los ministros del Likud, el partido que lidera, la celebración de la reunión confidencial en la ciudad costera del mar Rojo.

El plan de paz regional presentado por Kerry implicaba el reconocimiento de Israel como Estado judío y la reanudación de las negociaciones con los palestinos —suspendidas desde abril de 2014– con apoyo de países árabes aliados de EE UU, según revelaron a Haaretz antiguos altos cargos del Ejecutivo de Barack Obama. Egipto y Jordania mantienen relaciones diplomáticas con el Estado hebreo tras suscribir un tratado de paz en 1979 y 1994, respectivamente. Otros países suníes recelosos del auge de Irán en Oriente Próximo, como Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos, han establecido contactos discretos sobre cuestiones de seguridad con Israel. El ministro de Exteriores saudí, Adel al Yubeir, afirmó este domingo en la Conferencia de Seguridad de Múnich que la paz es posible en Oriente Próximo: “Mi país está listo para trabajar junto con otros países árabes para estudiar como promoverla”, informa Reuters.

Entre otros puntos, la oferta planteada al primer ministro reconocía la posibilidad de intercambio de territorios entre israelíes y palestinos bajo el principio de “dos Estados para dos pueblos”; un acuerdo "justo y realista" para los refugiados palestinos que no modifique el carácter judío de Israel, y un pacto para que Jerusalén se convierta en la capital de ambos Estados, como paso previo a la normalización de relaciones en la región, de acuerdo con la Iniciativa de Paz Árabe de 2002 auspiciada por Arabia Saudí. Antes de viajar a Aqaba, Kerry se reunió el mismo 21 de febrero de 2016 en Amán con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, a quien puso al corriente del plan de paz regional.

Netanyahu acabó rechazando la propuesta estadounidense tras alegar que no contaba con el pleno apoyo de su Gobierno de coalición —considerado el más derechista en la historia de Israel—, y por ello pidió un margen de maniobra para intentar incorporar al líder de la oposición, el laborista Isaac Herzog, a un Gobierno de unidad nacional con el objetivo de negociar la paz. Los contactos con el centro-izquierda fracasaron y el primer ministro decidió como alternativa la entrada en el Gabinete de Avigdor Lieberman, a quien puso al frente de la cartera de Defensa. Tras tomar posesión del cargo en mayo, este líder ultraderechista dio giro copernicano para abrazar la doctrina de los dos Estados en el marco de una iniciativa de regional.

Desde entonces el Gobierno de Netanyahu había guardado silencio sobre un eventual plan árabe para Oriente Próximo, a la espera del relevo en la Casa Blanca. Precisamente allí fue donde proclamó el pasado miércoles: “Por primera vez en mi vida y en la de mi país hay países árabes en la región que no ven a Israel como un enemigo, sino, cada vez más, como un aliado”.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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