Desnudas en Buenos Aires contra los prejuicios
El colectivo UrbaNudismo soprende a los porteños en el inicio de la primavera
Ha llegado la primavera en el hemisferio sur, pero Buenos Aires siempre regala unas semanas más de frío. Esto no parece importarle a Paula Brindisi o “Avril X”, como se hace llamar. Tampoco para sus compañeras del colectivo UrbaNudismo, las cuales gustan de andar desnudas por la calle, con el objetivo de naturalizar una imagen que a muchos les sigue pareciendo impúdica, lasciva, reprochable. “Estoy a favor de anular la mirada perversa”, dijo al diario Clarín en 2015.
Paula se hizo conocida en diciembre de 2004 por cruzar la avenida 9 de Julio, “la más ancha del mundo”, según se ufanan los porteños, y donde está el obelisco. Sin embargo, y aunque cruzarla en un solo semáforo sea casi imposible, la hazaña de la muchacha fue hacerlo sin un centímetro de tela cubriendo su cuerpo. En definitiva, pura cuestión de género. En 2005 lo volvió a hacer en otro punto de la ciudad y la acción le ha costado una causa en la justicia por exhibiciones obscenas.
Este martes sorprendió con una nueva acción: ella y 3 mujeres se pasearon por la zona donde está ubicado el Congreso de la Nación completamente desnudas, o bien, con un piloto transparente. Otras acompañantes mostraron una camiseta con las tetas de Paula impresas en el pecho y la consigna “Aceptémonos / Ponete mis tetas”. El objetivo de la campaña es promover la tolerancia, la aceptación de la libertad ajena y los derechos de las mujeres. El uso de los cuerpos es para impactar y crear conciencia alrededor de 2 ideas centrales, “tolerancia y libertad”, según manifestó Paula en un comunicado. Unos 10 fotógrafos y videístas acompañaron a las chicas.
“Hemos iniciado una serie de actividades públicas y privadas para exteriorizar nuestro derecho a ser dueños de nuestros cuerpos y nuestros pensamientos, reclamar ser aceptados, o solidarizarnos con aquellos a los que se les cercena esta posibilidad”, aseguró Paula Brindisi. Cabe recordar que en los últimos meses se sucedieron en Argentina diversos hechos de discriminación a las mujeres, sus cuerpos y las determinaciones que con ellos toman, como por ejemplo, una madre a la que le prohibieron amamantar en una plaza pública y la expulsión de una pareja de mujeres que se besaban en pleno café del barrio de Recoleta.
“La campaña que llevamos adelante trata sobre la aceptación de uno y del otro, para quitar el pudor y aceptar la diversidad de opiniones y de físicos”, contó Paula a EL PAÍS. La mujer, que realiza desnudos artísticos para espectáculos, contó que la puesta se prolongó durante 10 minutos hasta que llegó al policía y las retuvo cerca de media hora, durante la cual una de las mujeres permaneció a la intemperie. “La policía le sacó fotos a nuestros documentos, se comunicaron con la fiscalía y nos advirtieron que quizás nos llamaban a declarar por el delito de exhibiciones obscenas”, contó la mujer.
“La recepción de la gente fue muy buena, incluso, cuando me saqué la ropa, una señora nos dijo ‘gracias por esta florcita’. No hubo rechazos de nadie, sin embargo, no creo que sea una batalla ganada; falta mucho camino y el hecho de que se censuren los desnudos, ya sea el de una madre para dar el pecho a su hijo como los desnudos artísticos te lo demuestra”, expresó Paula, y relató: “En Facebook me denuncian sin parar y me cierran cuentas. Estoy bloqueada todo el tiempo. Abrí 2 perfiles y 3 fan page de los cuales me funciona uno solo. Yo creo que ahí si lo hacen es porque es fácil denunciar desde el anonimato. En persona quizás la gente prefiere callar. Creo que tiene que ver con que hay gente a la que ver un cuerpo desnudo le produce violencia. Los comentarios en los artículos y entrevistas que me hacen son que merecemos ser violadas y asesinadas y que estamos buscando eso. Generamos una reacción muy opuesta entre el apoyo y la oposición porque hay gente que le choca la acción en su mismo pudor y aceptación de uno mismo”.
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