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“China no es la mejor solución para América Latina”

La Asociación de Estudios Latinoamericanos concluye los debates sobre la transformación del continente

América Latina cambió muchas veces durante el último medio siglo, quizás más que ninguna otra región del planeta. Esa profunda transformación que se vivió tras el final de la Guerra Fría en el continente afectó, entre otras cosas, a la percepción que se tiene sobre la hegemonía de Estados Unidos. Gilbert Joseph, presidente de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, cree que hay una visión más “optimista” hacia el papel que puede desempeñar la potencia estadounidense en su desarrollo económico y social. Como alternativa, no cree que China sea "la mejor solución".

La LASA –en sus siglas en inglés- reúne cada año desde hace 50 a profesionales y académicos para debatir sobre fenómenos como la inmigración, las diferentes formas de activismo o las oscilaciones en el modelo económico. El domingo concluyó su conferencia internacional en Nueva York, la misma ciudad donde todo empezó. Entonces, recuerda el profesor de Yale, los panelistas eran todos estadounidenses. Ahora los participantes internacionales son mayoría.

El peso de EE UU en la región es uno de los que genera más discusión en la nueva triangulación de la región con China. Gilbert Joseph reconoce que la Administración que presidente el demócrata Barack Obama haya optado por un estilo “más humilde” hacia Latinoamérica en lugar de buscar la provocación. Ese liderazgo desde la retaguardia contribuyó a eliminar asperezas del pasado y abrir nuevas oportunidades, como en las relaciones con Cuba.

“La gran cuestión es si EE UU sigue teniendo una posición hegemónica en América Latina y ahí la gente tiene desacuerdo en este punto”, admite tras los debates, “en parte porque las viejas heridas persisten”. Lo que tiene claro el académico es que “China no es necesariamente la mejor solución” para el continente, por el interés que tiene por controlar la producción de materias primas. “Una nueva relación con EE UU puede ser más beneficiosa”, añade.

La gran incógnita en este momento es cómo la eventual llegada del republicano Donald Trump al Despacho Oval pueda afectar a la reconstrucción de esa relación ya de por sí frágil entre el norte y el sur del continente americano. Gilbert Joseph evita entrar en ese debate. Pero en el mundo académico en general en EE UU hay un sentimiento claro de que el magnate no podrá hacer todo lo que dice, otra cosa es la percepción que genera su retórica.

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