Poroshenko se estrena como presidente con la negociación del gas ruso
Rusia y Ucrania comienzan las conversaciones para frenar la violencia
Petro Poroshenko, desde el sábado nuevo presidente de Ucrania, no parece dispuesto a perder el tiempo. Ayer domingo, en su primer día en el cargo, abrió el diálogo oficial con Rusia para lograr la paz en el este de Ucrania, donde grupos armados de rebeldes no reconocen su autoridad.
Poroshenko se reunió con Mijail Zubárov, el embajador ruso en Ucrania, y al menos un mediador de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), según coinciden France Press y el Financial Times. Según la agencia francesa, el presidente ucranio aseguró que su objetivo es que los combates cesen “esta semana”, y que su intención es que estos encuentros se prolonguen diariamente hasta que el conflicto se resuelva.
La profundidad de la crisis del país, con una guerra civil en marcha y una profunda depresión económicas, anima a un ritmo frenético de consultas y decisiones. Hoy está prevista una nueva reunión con Rusia, esta vez en Bruselas, para resolver la crisis del suministro de gas. Y estos próximos días se esperan también cambios en la composición del Gobierno ucranio.
Limar las tensiones entre Kiev y Moscú es el objetivo prioritario de Poroshenko para comenzar a cerrar conflictos. No obstante, en su investidura anunció su predisposición a firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea, haciendo caso omiso al aviso el día anterior de Vladímir Putin, presidente ruso, quien aseguró que cualquier acuerdo entre su vecino y la UE comportaría restricciones a las importaciones ucranias. La declaración del presidente ucranio de que aspira a recobrar el Gobierno de Crimea (anexionada a Rusia en marzo) tampoco pareció un gran precedente de diálogo.
Sin embargo, el primer examen real a la disposición negociadora de los dos países se produjo ayer mismo con la reunión entre Poroshenko y Zubárov. Un segundo encuentro se desarrollará hoy por la tarde en Bruselas para determinar si Gazprom rebaja el precio al que cobra el gas a Kiev (el más alto de Europa, desde que fue desbancado del poder el anterior presidente ucranio y socio de Rusia, Víctor Yanukóvich) o si le corta el combustible por sus deudas, con los problemas que eso implicaría para el suministro europeo. Ucrania debe 1.613 millones de euros a Gazprom.
En lo que se interpreta como un primer gesto conciliador de Putin, las agencias de noticias rusas aseguran que éste ha ordenado que se estreche la vigilancia de la frontera con Ucrania para evitar que más armas y combatientes rusos se unan a los rebeldes locales. Valentyn Badrak, un analista militar ucranio citado por France Presse, considera que privar a los insurgentes de los apoyos rusos (un 20% de sus efectivos, en cálculos de Badrak) aceleraría la desintegración de la resistencia. Estos rebeldes no han reconocido la autoridad de Poroshenko tras su investidura y anuncian que continuarán luchando hasta que las fuerzas de Kiev se retiren del este del país. Al menos cuatro personas fallecieron ayer en los bombardeos ucranios sobre el centro de la ciudad de Slaviansk, según medios rusos. De acuerdo a Kiev, los insurgentes también han atacado el aeropuerto internacional de Lugansk.
Para resolver las diversas crisis del país, se espera que Poroshenko reforme el Gobierno, al frente del cual seguirá Arseni Yatséniuk, hasta ahora primer ministro interino. Como favorito al puesto de Exteriores la agencia Reuters cita a Valery Chaly, jefe de política internacional en la campaña de Poroshenko. Otro de los relevos previsibles será en Defensa.
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