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HUNGRÍA

Los socialistas gobernarán en Hungría pese a la victoria del partido conservador

La suma de diputados de los socialistas y liberales, que anunciaron hace semanas su coalición, supone el fin del Gobierno de Viktor Orban

Hungría se prepara para el cuarto cambio de Gobierno desde la caída del comunismo, después del triunfo de la anunciada coalición de socialistas y liberales en las legislativas celebradas ayer. Sin embargo, la victoria en escaños y votos es del Partido Cívico-FIDESZ del primer ministro.

Pese a que Orban y su alianza conservadora del Partido Cívico-FIDESZ lograron tras la segunda vuelta de este domingo ser la primera fuerza política en número de escaños, la suma de diputados de los dos partidos rivales, que anunciaron hace semanas su intención de formar coalición, supone el fin de su Gobierno.

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Los resultados finales de los comicios magiares repartieron los 386 escaños de la única cámara parlamentaria entre tan sólo tres partidos: el FIDESZ con 188 diputados, los socialistas (MSZP-PSH) con 178 y los liberales de la Alianza de los Demócratas Libres (SZDSZ) con 20.

Una escisión en el FIDESZ

Cuando se constituya la cámara se espera además que el FIDESZ vea reducido apreciablemente su grupo parlamentario al escindirse de él los cerca de 20 representantes del Foro Democrático, que anunciaron su intención de formar una fracción independiente antes de celebrarse las elecciones.

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Esto facilitará al presidente de la nación, Ferenc Madl, la decisión de conceder el mandato para formar gobierno al grupo parlamentario más fuerte, el de los socialistas, y a su candidato a primer ministro, el independiente Peter Medgyessy.

Gracias a la alternancia de poder que parece fascinar a los húngaros, los socialistas y sus ya tradicionales aliados liberales recuperan el gobierno tras cuatro años de oposición y serán los responsables de conducir a Hungría a su ingreso en la Unión Europea (UE), que se espera se complete en menos de dos años.

Al igual que el enrevesado sistema electoral magiar, el complicado procedimiento para la ejecución del cambio de gobierno hará que este no se produzca previsiblemente hasta finales del mes próximo e incluso principios de junio, aunque es seguro que Medgyessy representará los intereses de su país en la cumbre final de la presidencia española de la UE.

La hora de la reconciliación

Tras los comicios con la campaña mas sucia que se recuerda en Hungría, Medgyessy anunció en su primera intervención anoche tras confirmarse el triunfo de su coalición que su primera labor será tratar de reconciliar a los húngaros, divididos en dos frentes como consecuencia de la encarnizada disputa electoral.

El joven Viktor Orban, de 38 años, admitió la derrota sufrida y comunicó su intención de llevar a cabo una oposición constructiva en el Parlamento, aunque no se espera que reduzca el discurso populista que ha caracterizado su última fase de gobierno, con un coqueteo más que sospechoso con el partido de ultraderecha del declarado antisemita y xenófobo Istvan Csurka.

El futuro gobierno magiar formado por los socialistas moderados y los liberales tiene en Medgyessy a un experto en economía y finanzas, viceprimer ministro durante la última fase del comunismo y ministro de Finanzas en la segunda legislatura democrática, que tratará de continuar el progreso económico que ha caracterizado a Hungría en la última década.

Los cuartos comicios legislativos magiares desde la caída del telón de acero confirman además la tendencia de Hungría al bipolarismo, con un Parlamento en el que cada vez están representados menos partidos y de tendencias más moderadas.

Fuera de la cámara han quedado de nuevo tanto los comunistas nostálgicos del Partido Obrero como los ultranacionalistas del Partido de la Verdad y la Vida Húngara (MIEP) que lidera Csurka, mientras con el MSZP-PSH y los liberales existe una izquierda moderada que hace frente a un ala conservadora representada por el FIDESZ y el Foro Democrático.

El candidato del el MSZP, Peter Medgyessy, celebra la victoria de los socialistas.
El candidato del el MSZP, Peter Medgyessy, celebra la victoria de los socialistas.AP

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