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CUBA

Fidel Castro sufre un desvanecimiento durante un discurso a las afueras de La Habana

El presidente cubano peroraba ante 60.000 personas acerca de los cinco cubanos acusados de espiar en EE UU

Castro sufrió un "ligero descenso", según informaba el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, que fue el encargado de sustituir inmediatamente el lugar de Castro en la tribuna, desde donde pidió calma a los más de 60.000 asistentes al acto en el municipio habanero de El Cotorro.

Tras más de dos horas de alocución, Castro comenzaba a dar señales de malestar, e inmediatamente, las cámaras de la televisión se desviaron de Castro para ofrecer imágenes de sus colaboradores subiendo a la tribuna para auxiliarle.

Unos 15 minutos después, Castro volvía a la tribuna para proclamar: "Estoy bien, no se preocupen". "La verdad es que anoche no dormí nada, buscando papeles, datos, incluso tuve un acto de inauguración de la nueva sede del ballet y luego hasta el amanecer viendo papeles. Al principio no había tanto calor, pero después había", añadió Castro. "Estoy entero", fue la conclusión del presidente cubano.

Varias horas después, Castro, reanudó su discurso, pero antes las cámaras de la televisión oficial cubana. "Me gusta este lugar. Es cómodo y está fresco", dijo Castro al comparecer en la habitual mesa redonda que se emite diariamente.

Durante el discurso previo a su desvanecimiento, Castro exigía al Gobierno de Estados Unidos la liberación inmediata de cinco ciudadanos cubanos sometidos a un proceso judicial en Florida, donde están acusados de conspiración y de poner en peligro la seguridad nacional de EE UU.

Castro se refería a los últimos acontecimientos que involucran a Cuba en un nuevo enfrentamiento con los Estados Unidos y a las acusaciones de este último país sobre una supuesta guerra electrónica de la Isla contra EE UU, el caso de los cubanos detenidos por espionaje en Norteamérica y las acusaciones estadounidenses sobre el envío de armas chinas a Cuba.

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El presidente Castro afirmó además que no creía que haya nadie en el mundo "que se crea la idiotez de que el país posea los medios para llevar una guerra electrónica" contra los Estados Unidos a la vez que denunció como un "verdadero cuento chino" la acusación de que los barcos chinos hayan traído armas a la Isla.

Castro se preguntó "donde está el delito" de penetrar entre las filas de los "grupos terroristas" que actúan contra Cuba cuando ellos mismos (los estadounidenses) son víctimas de estos actos y reafirmó que el país tienen el derecho a defenderse de esos actos en "legítima e irrenunciable defensa".

Además, el presidente indicó que Cuba no espió en base militar estadounidense alguna, denunciando que las autoridades de ese país "pérfidamente" fueron añadiendo nuevas acusaciones en la medida que no podían probar nada al denunciar actos contra la seguridad de los Estados Unidos que no existían.

REUTERS

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