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“De pequeños creíamos el que el amor podía con todo”: cómo escribir una historia de amor a cuatro manos

Inés Pintor y Pablo Santidrián, los creadores de la serie ‘El tiempo que te doy’, publican su primera novela, ‘Este amor ardió tres veces’, una historia de pasión volcánica situada en La Palma

Inés Pintor y Pablo Santidrián posan para ICON en el viaducto de Segovia, en Madrid.
Inés Pintor y Pablo Santidrián posan para ICON en el viaducto de Segovia, en Madrid.Edy Pérez

Hace 16 años, Inés Pintor (A Coruña, 34 años) y Pablo Santidrián (Madrid, 34) se sentaron juntos al estudiar Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid. Desde ese momento, han desarrollado una amistad que ahora refuerza su relación profesional. De hacer todos los trabajos de clase juntos pasaron a dirigir una serie en Netflix, El tiempo que te doy (2021). Ahora cambian claqueta por bolígrafo para publicar su primera novela, Este amor ardió tres veces (Penguin Random House), donde se preguntan si el amor puede realmente con todas las adversidades y, apropiadamente, enmarcan la trama en la erupción del volcán de La Palma.

En 2011 financiaron por micromecenazgo el proyecto de cortometrajes La breve historia, que desde hace cinco años es el nombre de su productora. El formato corto es el más habitual para ellos: están rodando el número 22. Cuentan por videollamada que al principio les tocaba hacer “desde la edición hasta la escenografía, pasando por el guion y la grabación”. Acostumbrados a las narraciones reducidas, incluso en la serie de Netflix los capítulos se extendían apenas unos 11 minutos para representar, en presente y pasado, el peso de una relación amorosa en la vida de la protagonista. Sus obras se mueven por detalles. “No hay nada aleatorio, todo está planificado”, reafirma Pintor. En ocasiones, una frase de tres segundos, un gesto o una secuencia redondea y da sentido a sus historias.

Pero leer un libro lleva más que los 10 minutos de un corto o de un capítulo de su serie. “Cuando fuimos a La Palma se desarrolló el germen de la historia. Y nos dimos cuenta de que necesitábamos un formato más extenso”, rememora Pintor. La novela tendría que estar construida, de todas formas, a base de detalles. “En el audiovisual trabajamos mucho en cómo debe actuar el intérprete para transmitir un sentimiento. En la novela puedes dedicarle un capítulo a eso”, explica Santidrián.

Su trabajo orbita alrededor del amor, a veces frágil, inestable y líquido. Aunque aprovechan también para hablar de violencia machista, discriminación al colectivo LGTBIQ+ o maltrato psicológico, habitualmente los temas se desgranan desde una relación de pareja. “Nos gusta hablar de relaciones y emociones. El amor y el desamor ocupan mucho en nuestra cabeza”, responde Pintor. “Intentamos hacer un retrato de actualidad y de cómo se comunica la gente”.

¿Vuelcan experiencias propias de forma terapéutica? “Como desahogo no me funciona”, admite Pintor. “Al hablar de algo político o social sí me realiza pensar que eso ayuda a que alguien se sienta más comprendido”. Santidrián contrapone: “A mí sí que me ayuda bastante. Tienes la posibilidad de coger cosas que te han pasado y transformarlas en una obra, ponerle punto y final a un capítulo que no lo tenía”. Y destaca cómo la labor le ha ayudado a desmitificar el amor romántico: “Tenía un ex que decía que el amor lo podía todo. Es algo que se trata en la novela. De pequeño te lo crees, pero con los años te das cuenta de que no es así”.

En cortos como A quien dices amar (2019) o Lo de aquella noche (2022), orientados a un público joven, mostraban “las diferentes formas de violencia dentro del machismo”. “Queríamos mostrar cómo algo que parece sutil puede ser peligroso. Sobre todo desde el punto de vista que algo que parezca sutil puede ser en realidad peligroso”, dice la coruñesa. “Es importante que los jóvenes sepan identificarlo pronto. Si estás teniendo relaciones sexuales con tu pareja cuando no quieres es que están abusando de ti”.

“Debemos tener la alarma puesta en esas actitudes”, añade Pablo Santidrián. “Había gente que en el primer corto ni siquiera veía la violencia machista. Es algo duro de escuchar como sociedad”, lamenta. “Hay un gran problema: hemos crecido con referentes de amor muy tóxicos que hacían que lo normalizásemos. Estamos empezando a amar mejor”.

A Pintor le preocupa cómo se están generando “nuevos patrones tóxicos” a través de las redes sociales. Para ella, el hecho está en que “cambian las vidas en las ciudades y cómo nos relacionamos con ellas. Eso hace que cambie nuestra manera de amar y de relacionarnos”. “Es cierto” concede Santidrián. “Como cogerle el móvil a tu pareja. Al menos empieza a haber un detector de red flags”.

En la serie El tiempo que te doy, narrada en diez episodios de poco más de diez minutos, contaron cómo las decisiones personales y laborales de los protagonistas afectaban a su relación. “Si curras muchas horas con un ritmo de vida orientado a ser productivo, el tiempo personal se ve reducido y hay que buscar nuevas formas de relacionarnos. Estamos condicionados; muchas veces gana la profesión y el ritmo de la productividad”, opina Pintor.

¿Cómo se debe construir, pues, un amor sano? “El tiempo que dediques a la pareja tienes que darlo sin dramas”, responde rápido Santidrián. “En la vida ya hay suficientes problemas como para añadir más”. “Todo parte de tener una relación sana contigo mismo y que dediques el tiempo libre de calidad que tú quieras y puedas a tu pareja”, añade Pintor. “Obviamente hay discusiones, pero hay que tenerlas cuando son para mejorar y con empatía y paciencia. No es normal discutir por cualquier cosa”. “Inés y yo, que llevamos muchos años trabajando ya, sabemos cuando hay que hablar algo en serio”, remata Santidrián entre risas.

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