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¿Por qué quedó relegada al olvido la obra del gran pintor español Josep Maria Sert?

Dos expertas en su figura indagan en los motivos que dejaron al artista catalán, que decoró infinidad de palacios, hoteles, catedrales y edificios públicos, en un segundo plano de la historia del arte

Josep Maria Sert
Josep Maria Sert retratado por Ramon Casas.Heritage Images (Heritage Images/Getty Images)

Hace unas semanas, el Banco de España anunció que, aprovechando la renovación de su sede en Barcelona, iba a restaurar algunas de las principales obras de su enorme patrimonio artístico, formado por más de 4.000 piezas. Entre todo este catálogo, sobresale un conjunto de obras del pintor catalán Josep Maria Sert, creado originalmente para decorar un salón del palazzo veneciano de Alexis Mdivani, príncipe georgiano que era cuñado del artista. El banco planea además recrear en una de sus estancias la disposición original de estas pinturas, que durante años estuvieron colocadas en varias salas del edificio.

Esta restauración supondrá la puesta en valor de la obra de un artista inmensamente cotizado y célebre en su época. Sert era amigo de muchos de los miembros de la élite cultural del París de principios del siglo pasado (Stravinski, Coco Chanel, Degas, Rodin, Proust o Cocteau) y tenía contactos entre la aristocracia europea y las grandes fortunas estadounidenses, pero con los años ha quedado relativamente olvidado. Y, sin embargo, el nombre de Sert no se cita entre los grandes pintores españoles del siglo XX, como sí ocurre con Picasso, Dalí o Miró.

La crítica de arte María del Mar Arnús y Pilar Sáez Lacave, una de las mayores expertas en Sert -realizó su tesis doctoral en torno a su obra y comisarió la gran exposición que se celebró en el Petit Palais de París en 2012, Josep María Sert, le Titan à l’œuvre (1874-1945)-, nos ayudan a desentrañar las razones de este olvido y hablan sobre las aspectos más interesantes de la vida y la obra de Josep María Sert.

Pinturas de Josep María Sert en el salón de fiestas del palacio del príncipe georgiano Alexis Mdivani.
Pinturas de Josep María Sert en el salón de fiestas del palacio del príncipe georgiano Alexis Mdivani. Banco de España

“Sert fue el mejor pintor-decorador del periodo de entreguerras”, opina Pilar Sáez. “Lo fue, no por el éxito que obtuvo, sino por la gran capacidad que demostró para trabajar transformando y embelleciendo con sus pinturas espacios grandes y pequeños, públicos y privados. Su objetivo era alterarlos y transportar al espectador a otros mundos, utilizando una concepción muy teatral de la pintura”.

Josep María Sert Badía nació en Barcelona en 1874 en el seno de una familia acomodada dedicada a la industria textil. Desde muy joven, Sert sintió inclinaciones artísticas y se formó en escuelas de Barcelona con la intención de integrarse en el negocio familiar. Pero a los 25 años, tras la muerte de sus padres, se marchó a París donde rápidamente entró en contacto con los círculos artísticos de la ciudad. En 1900 le llegó su gran oportunidad: el obispo Josep Torras i Bages le encargó la decoración de la Catedral de Vic. Este proyecto, junto con los trabajos de decoración que comenzó a realizar para clientes privados de la élite parisina, le convirtió en uno de los pintores más cotizados de su época y en uno de los grandes muralistas del siglo XX.

Óleo sobre lienzo 'América o Cuba', de José María Sert.
Óleo sobre lienzo 'América o Cuba', de José María Sert. Banco de España

“Sert llegó a pintar más de 7.000 metros cuadrados de lienzos que decoraron palacios, hoteles, catedrales, pabellones de deportes, residencias privadas y edificios públicos, tanto en Europa como en Estados Unidos”, afirma Maria del Mar Arnús. Por citar algunos ejemplos, las obras de Sert adornaron el hall del Rockefeller Center, la Liga de las Naciones Unidas en Ginebra, el Palacio de Liria de los duques de Alba en Madrid o el salón de baile de la residencia londinense de sir Philip Sassoon, edificio que fue derribado, pero cuyos paneles se conservan actualmente en el MNAC de Barcelona. A su vez, las 15 pinturas que creó para el comedor del Hotel Waldorf Astoria en Nueva York hoy forman parte del núcleo de la colección de arte de la Fundación Banco Santander.

El talento compositivo del catalán hizo que llegaran a compararle con Miguel Ángel. “Por lo visto, cuando Degas vio por primera vez las pinturas de la catedral de Vic dijo aquello de ‘et bien, c’est Michel Ange’. Esta afirmación sitúa a Sert en la familia de los grandes decoradores de la historia del arte”, cuenta Pilar Sáez Lacave. Pero las comparaciones con el maestro del Renacimiento van, según la experta, mucho más allá: “El hecho de colocarle en estela de Miguel Ángel hace alusión a varios conceptos. En primer lugar, a la gran tarea física y moral a la que se enfrenta. Un pintor decorador era aquel capaz de enfrentarse al espacio, de resolver con éxito proyectos de gran envergadura. Son proyectos que además suelen tener una dimensión social y moral destacada, con la responsabilidad y la exigencia que ello supone. En segundo lugar, también les une su modelo artístico, su teatralidad y la complejidad de su lenguaje. Y, por último, la mitificación, que lo integra dentro de una saga y crea una leyenda alrededor de él”.

'Sala Sert' en el Museu Nacional d'art de Catalunya.
'Sala Sert' en el Museu Nacional d'art de Catalunya.MNAC

Sert actualizó las técnicas artísticas utilizando herramientas como la fotografía. “El pintor se valía de fotografías con modelos en vivo o con maniquíes de madera que vestía para estudiar los pliegues de los ropajes. También realizaba pequeñas instalaciones y montajes utilizando figuras de pesebre, modeladas con barro u objetos de todo tipo”, explica Maria del Mar Arnús. “Su taller estaba lleno de trastos, de libros y de objetos de lo más variopinto que aparecen en muchas de sus fotografías”, añade Pilar Sáez Lacave.

La Guerra Civil Española llegó en pleno auge de su carrera y marcó un punto de inflexión en su vida. La destrucción en 1936 de sus pinturas de la Catedral de Vic supuso un golpe muy duro para el artista. El posterior estallido de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación de París por los nazis redujo muchísimo sus encargos y acabó centrándose sobre todo en la reconstrucción de la Catedral, bajo la atenta mirada del régimen de Franco, tarea en la que estaba absorbido cuando murió en 1945 en Barcelona.

A partir de entonces, la figura de Sert se fue diluyendo, aunque su sobrino, el célebre arquitecto Josep Lluís Sert, nunca negó la influencia de su tío. Pilar Sáez piensa que el olvido lo explican tres razones: “Por una parte, tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo cambia, la pintura decorativa pierde importancia en relación a la pintura en caballete, y tampoco se renueva. Por otro lado, la crítica de posguerra desprecia la pintura decorativa, calificándola de ñoña, moralista y frívola. Finalmente, Sert se convierte en un personaje molesto y polémico que trasciende a su obra por varias razones: su carácter, su vida (que atrajo muchas envidias en su momento), una total indiferencia por la revolución de la pintura y, finalmente, por sus posiciones políticas”. Respecto a esto último, su acercamiento al franquismo en los últimos años de su vida ha sido un lastre para su obra.

'Europa o España', conjunto para el salón de baile del príncipe Alexis Mdivani.
'Europa o España', conjunto para el salón de baile del príncipe Alexis Mdivani.Banco de España

Para la experta en Sert, la cuestión de sus ideas políticas es más compleja: “La cuestión de Sert y el franquismo debe tratarse desde un marco más amplio que podría ser ‘Sert y los círculos del poder’ o ‘Sert y la política’, porque él fue monárquico durante la monarquía, republicano en la República y franquista con Franco. No creo que fuera un hombre de ideología, aunque era un hombre conservador, respondiendo a todo lo que se esperaba de una persona de su clase, la alta burguesía industrial catalana. Pero no fue un mojigato, ni un ardiente católico, ni un dogmático enardecido, sino un hombre cosmopolita y de amplia cultura. Llegado el momento de elegir un bando en la guerra optó por el lado franquista, pero se cree que la quema de la catedral de Vic y el asesinato de varios de sus amigos le hicieron decantarse. Aun así, en el caso de Sert, el personaje trasciende a su obra y esta se mira a través del personaje, que no siempre resulta simpático”.

¿Tiene sentido reivindicar su pintura hoy en día? Pilar Sáez Lacave responde: “Sert es un objeto de estudio maravilloso porque tanto él como su trabajo son una fuente inagotable de preguntas que nos obligan a cuestionarnos sobre la época en la que vivió y nos muestra que tenemos una idea muy parcial de la primera mitad del siglo XX. ¿Cómo es posible que su obra sea tan exitosa siendo tan poco vanguardista? ¿Qué vieron en él los críticos y la sociedad de su tiempo para colmarlo de gloria? ¿Ha habido más de una modernidad? Su personaje plantea múltiples vías de estudio como la relación entre poder económico, política y arte, el cosmopolitismo europeo anterior a la II Guerra, los círculos de amistades y su peso en la carrera artística, las influencias y transferencias entre alta y baja cultura, entre espectáculo (teatro, danza, cine, etc.) y pintura y el papel que juega en estos trasvases, desde un punto de vista más filosófico las contradicciones del ser humano y sus distintas manifestaciones”.

'Cáucaso o tártara', conjunto para el salón de baile del príncipe Alexis Mdivani.
'Cáucaso o tártara', conjunto para el salón de baile del príncipe Alexis Mdivani.Banco de España

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