Austin Butler: el nuevo Elvis, yerno de Cindy Crawford, que sueña con ser Leonardo DiCaprio
Después de años en pequeños papeles en anuncios y series, el actor californiano interpreta al rey del rock en la inminente película dirigida por Baz Luhrmann, papel por el que fue ovacionado en Cannes
Hay como medio millón de imitadores profesionales de Elvis Presley registrados en el mundo. El número incluye figuras como la del cantante latino El Vez o los Elvis voladores de Las Vegas y deja fuera a los aficionados que se animan con el Love Me Tender en bodas y bautizos. Pero si alguien se lleva la corona es Austin Butler (California, 30 años) un auténtico desconocido que ha pasado a ser el hombre más deseado del momento como el protagonista de Elvis, el drama biográfico que dirige Baz Luhrmann sobre el rey del rock.
Su paso por el pasado Festival de Cannes recibió una ovación de 12 minutos y a juzgar por las (malas) críticas que recibió su compañero de reparto, el más conocido Tom Hanks (que interpreta al coronel Tom Parker), los vítores iban dirigidos a esa nueva estrella llamada Butler. Alguien que, como bien dijo Luhrmann cuando le escogió para el papel, por encima de los rumoreados Miles Teller o Harry Styles, “no puede ser ignorado”.
Los biopics suelen ser muy agradecidos con sus intérpretes. Ahí queda el trabajo de Joaquin Phoenix, candidato al Oscar por su retrato de Johnny Cash En la cuerda floja (2005), un premio que sí ganó Rami Malek devolviendo a Freddie Mercury a la vida con Bohemian Rhapsody en 2018. De ahí que no sorprendan tanto los halagos a una interpretación que, tal y como va el año, es más que probable que llegue a las nominaciones de los próximos Oscar. Pero en esta ocasión los comentarios vienen también de la familia Presley, con su única hija, Lisa Marie, asegurando que si no le dan la estatuilla a Butler se mete el pie en la boca. “Nada me hace más ilusión que haber llenado de orgullo a toda su familia, a Priscilla, a Lisa Marie, a Riley [Keough, su nieta], haciendo justicia a este hombre y a su enorme legado”, confesó el actor en Cannes, con esa educación sureña que el intérprete ha aprendido de su ídolo.
En realidad, Elvis Presley nunca fue el ídolo del joven californiano. Leonardo DiCaprio sí, pero incluso eso no fue desde el principio, porque este actor de 30 años, que aprendió a tocar el piano y la guitarra por su cuenta, llegó a la interpretación de rebote. Un día acompañó a un hermanastro a un casting y ahí empezó a rodar la pelota, con pequeños papeles que ni recuerda en algún anuncio y muchos trabajos en series para un público adolescente donde muchos entendidos intentan buscar las claves del fenómeno Austin Butler imaginando, más que viendo, la calidad que este novel demuestra en Elvis.
Ni Butler se lo cree, porque en sus años como una estrella adolescente su mayor fama la logró por su relación de casi una década con la también actriz Vanessa Hudgens, con quien rompió hace dos años. Y si bien soñaba con papeles como los de DiCaprio en ¿A quién ama Gilbert Grape? (1993) o Diario de un rebelde (1995) y leía y releía el guion de Pulp Fiction (1994) pensando que un día trabajaría con Quentin Tarantino, las posibilidades eran muy remotas. Unas “expectativas tan poco reales”, ha llegado a confesar, que hasta pensó en dejar la interpretación y pasarse al otro lado de la cámara.
No hay nada como decir que no para que te digan que sí. Al menos en los cuentos de Hollywood. Denzel Washington vio en Butler a su a Don Parritt para The Iceman Cometh, la obra de Eugene O’Neill con la que debutó en Broadway y con la que se llevó todas las alabanzas que los demás —incluido Washington— no se ganaron. Y después llegó el soñado trabajo con Tarantino en Érase una vez en… Hollywood (2019).
Pero nada de eso le preparó para Elvis como lo hizo un sueño, o mejor dicho una pesadilla, que tuvo mientras estaba trabajando en un vídeo para mandárselo a Luhrmann. Llevaba tiempo intentando mostrarle su mejor Elvis. “Pensaba que si me lo trabajaba lo suficiente mi rostro se parecería al de Elvis. Hasta que me di cuenta de que eso solo me haría parecerme a una figura suya en un museo de cera”, confesó en Cannes. Fue ahí cuando soñó que su madre, fallecida de cáncer cuando él tenía 23 años, volvía a la vida solo para morir de nuevo. La madre de Elvis también falleció cuando el cantante de Unchained Melody tenía 23 años. Con ese sentimiento se sentó al piano y la grabación que salió de ahí es lo que ha hecho ahora de Elvis lo que es. “Alguien —como dijo Lisa Marie— que transmite y da vida al corazón y al alma de mi padre”.
El resto ha sido sacarle brillo a esta nueva estrella. Un rodaje de casi cuatro años (incluido el parón pandémico) donde Butler asegura haberse metido tan profundamente en ese agujero negro llamado Elvis que, para cuando finalizó la grabación, ingresó una semana en el hospital. Luego vinieron unos cuidados posados, canalizando un cierto sabor años cincuenta, en la alfombra roja londinense con un esmoquin blanco Alexander McQueen; con ese cierto aire hawaiano que le daba la camisa blanca que lució en Cannes manteniendo el toque chic francés que pedía la ocasión o con ese reloj de Cartier en su muñeca que ya apuntaba su futuro como embajador de esta firma relojera.
Butler parece dispuesto incluso a plantar cara al nuevo ídolo de juventudes Timothée Chalamet, asegurándose un lugar en Dune 2 como su adversario. También se ha pasado 10 meses rodando en Inglaterra la serie Masters of the Air a las órdenes de Cary Fukunaga. Paul Thomas Anderson y, por supuesto, Alejandro González Iñárritu figuran en su nueva lista de directores deseados, mientras que su sueño de parecerse a DiCaprio se afianza incluso en lo personal ahora que Butler ya ha hecho pública su relación con la modelo Kaia Gerber, la hija de Cindy Crawford, 10 años más joven que el actor. Como declaró Luhrmann, que dirigió a un joven DiCaprio en Romeo + Julieta (1996), es fácil ver en Austin a un nuevo Leo. Y, como añadió, la nueva versión viene con una ventaja: la fama le va a pillar maduro.
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