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Las jugosas memorias de Perez Hilton, el bloguero más escandaloso, entre el cotilleo y el ‘mea culpa’

El creador de la web de chismes que lleva su nombre afirma arrepentirse de su nivel de odio y de cómo trató a las estrellas y a sus hijos. También repasa su amistad con Lady Gaga, por quien se sintió utilizado

Perez Hilton en Los Ángeles, California, en marzo de 2017.
Perez Hilton en Los Ángeles, California, en marzo de 2017.Chris Pizzello
María Porcel

A mediados de los años 2000, un joven de Florida llamado Mario Armando Lavandeira, de padres brasileños y recién salido de la universidad de Nueva York, decidió dar el salto a Los Ángeles para empezar a escribir en blogs y revistas LGTBI. Aquel chaval de apenas 25 años, con una pluma tan ingeniosa como afilada, decidió tomar un nuevo nombre, un nuevo rumbo y abrir un blog que le convertiría en una estrella de la misma fama o más que aquellas de las que escribía: Perez Hilton.

Han pasado más de 15 años desde que Internet se revolucionara con la llegada de su blog homónimo. Sus cotilleos, comentarios sarcásticos y mensajitos con Photoshop sobre las fotos de las estrellas llegaron a convertir a PerezHilton.com durante años en el portal de cotilleo más famoso del mundo. Y dejó a su creador con una enorme cantidad de anécdotas que ahora se decide contar a través de un libro de memorias, TMI: My life in scandal (Demasiada información: una vida en el escándalo).

Quien espere una ristra de cotilleos o de anécdotas con famosos las tendrá: desde cómo Ariana Grande y su madre fueron a consultarle en 2011 (cuando ella tenía apenas ocho años y era una principiante) para que llevara las riendas de su carrera a cómo, en una Nochevieja, el entonces novio de la cantante Jessica Simpson se le acercó y se lio con él delante de su novia. Pero la biografía va más allá y también recorre algunas de las zonas más oscuras del hombre más odiado de Hollywood.

La portada del libro de Perez Hilton, 'TMI: My life in scandal', lanzado al mercado el 6 de octubre de 2020.
La portada del libro de Perez Hilton, 'TMI: My life in scandal', lanzado al mercado el 6 de octubre de 2020.

El propio Hilton —que tomó su nombre haciendo un juego de palabras con Paris Hilton— decidió rebajar el tono de su blog, ya más cerca de lo agresivo y lo maleducado que de lo sarcástico, en el año 2010. Nunca dejó de comentar ni de sacar a famosos del armario, quisieran o no, convencido de que no debían seguir ocultando su homosexualidad. Pero en ese momento decidió dar un paso atrás. Entonces tenía cinco millones de lectores mensuales pero prefirió pisar el freno y cambiar de actitud, inspirado en parte por una reveladora conversación con Jennifer Aniston. Quería acabar con ese calificativo que le había puesto el New York Post de “la más odiada entre las estrellas de Hollywood”. Él mismo reconocía que no le era fácil morderse la lengua y que su ansia de critiqueo casi le podía.

Ahora parece que el bloguero más célebre de Hollywood entona el mea culpa con la perspectiva que dan la experiencia y los años. “La gente escribía unos comentarios con tal carga de odio que no podía llegar a leer ni la mitad”, escribe el bloguero en esta nueva biografía, coescrita junto a los autores Leif Eriksson y Martin Svensson y que salió a la venta este martes, 6 de octubre. “La fuerza de esa tormenta de odio me sacudió y pinchó la burbuja en la que había estado viviendo”, relata. “Por primera vez me di cuenta de que no eran simplemente unos cuantos a los que no le gustaba: era la abrumadora mayoría. Al final me percaté de que las cosas que escribía de verdad le hacían daño a la gente, y mucho”.

Aunque han pasado años desde su cambio de rumbo, su portal dejó huella y abrió la puerta a unas críticas mucho más afiladas de lo que era costumbre en el mundo del espectáculo hasta el momento. Una forma de ser pionero que le ayudó a montar un imperio, porque el hoy empresario de 42 años y padre de tres hijos—Mario, Mia y Mayte, de siete, cinco y tres años— es dueño de diversos portales de Internet y posee una fortuna estimada de unos 30 millones de dólares.

Perez Hilton y sus tres hijos, Mario, Mia y Mayte, en una gala benéfica celebrada en Los Ángeles, California, en octubre de 2017.
Perez Hilton y sus tres hijos, Mario, Mia y Mayte, en una gala benéfica celebrada en Los Ángeles, California, en octubre de 2017.Image Press Agency

Su odio era visceral y muy profundo. Por ejemplo, tras esa toma de contacto con Ariana Grande y su madre, finalmente fue descartado para llevar su carrera, y durante un tiempo se ensañó con ella en sus publicaciones. “Durante años fui ruin con ella, en las webs y las redes sociales. Me arrepiento”, confiesa. Fueron muchos los famosos que le criticaron o amenazaron con demandarle, como Demi Moore o Roseanne. “Dijo algo de que quería secuestrarme y llevarme a su granja de Hawái para poder decir que estaba invadiendo su propiedad y así dispararme”, relata.

A él, en cambio, todo le daba igual. “No me importaba. En parte era por ser joven y pensar que tendría éxito para siempre, pero también porque pensaba que era feliz. Pero la verdad era que me estaba ahogando en negatividad. Estaba atrapado haciendo un papel, con demasiado miedo para cambiar, demasiado preocupado por si perdía a mis lectores si de repente dejaba de ser tan malvado”. Pero todo cambió tras aquella conversación con Aniston, y sobre todo después de una pelea con el manager de los Black Eyed Peas a la salida de una discoteca en 2009, donde el bloguero insultó al representante y acabó inconsciente y con magulladuras.

Ahora, dice, de lo que más se arrepiente es de “haber herido a tanta gente poniéndoles motes desagradables, y sobre todo de tratar mal a los hijos de los famosos”. “Ahora veo que no necesitaba ser tan malvado, tan cruel. Me habría ido bien siendo simplemente quien era”.

La amistad rota con Lady Gaga

Hilton también revela uno de sus episodios más dolorosos: el de su truncada amistad con Lady Gaga. Llegaron a ser íntimos. Se encontraron en 2008 y, como confiesa él, se quedó prendado con ella, con “el brillo que desprendía”. “Hay ciertas personas a las que, cuando las conoces por primera vez, pareces haberlas conocido durante toda la vida, y así ocurrió con Gaga”, relata. Su nivel de intimidad era tal que se pasaban horas al teléfono, se iban de vacaciones juntos e incluso él la llamaba cariñosamente “wifey”, “mujercita”.

Pero dice que, según la fama de ella fue aumentando, las cosas se fueron truncando. “Cuando se fue convirtiendo en Lady Gaga para el mundo, empezó a beber más y también a tomar todo tipo de pastillas”, relata. Pero él estaba ahí siempre para ella, e incluso cuando se comentó que era una copia de Christina Aguilera o que ésta había lanzado una canción similar, Hilton se lanzó contra ella en sus páginas: “Empecé a ponerle a Christina todo tipo de terribles nombres”.

Lady Gaga y Perez Hilton, en una presentación de camisetas en octubre de 2008 en Los Ángeles, California.
Lady Gaga y Perez Hilton, en una presentación de camisetas en octubre de 2008 en Los Ángeles, California.Gabriel S

“Si miro atrás”, confiesa ahora, “es una de las cosas de las que más me avergüenzo, y puedo ver que Gaga me usaba como una herramienta. No solo contra Christina sino contra otros de sus rivales. Nunca me pidió de forma explícita que escribiera cosas desagradables sobre nadie, pero al quejarse conmigo me hacía sentir que, como su mejor amigo, debía hacer algo al respecto".

Su ruptura definitiva ocurrió cuando viajó a Australia, en 2011, para entrevistarla por el lanzamiento de su álbum Born this way. Recién bajado del avión, en pleno jet lag, de noche, le sentaron ante Gaga para entrevistarla. Ella estaba borracha. Le preguntó sobre la canción Judas, de carácter religioso, y ella se enfadó. Después, trató de reconducirlo hablando sobre su novio. Ella se levantó y se fue. Él fue tras ella entre lágrimas. “Si no hubiera estado tan borracha y si lo hubiera pensado, habría visto que era lo último que pretendía”, relata. Acabaron la entrevista un par de días después, pero también fue el fin de su amistad.

Gaga le guardó rencor durante tiempo y se lo demostró. En 2013 Hilton estaba buscando piso en Nueva York y en un momento se encontró con su correo lleno de amenazas y críticas por supuestamente perseguir a la cantante. “Después de leer algunos mensajes me di cuenta de que Gaga había tuiteado algo de mí, y lo comprobé: me acusaba de seguirla, de ser un acosador. La cabeza me daba vueltas. ¿Se había vuelto loca, había bebido, tomado drogas que le habían hecho perder del todo el sentido de la realidad?”, reflexiona. Resulta que había visto un piso en el mismo bloque de apartamentos de Gaga y un fan le había visto. "¿Por qué, tras dos años de silencio, empezaría de repente a acosarla? Fue pura manía persecutoria, pero una vez que superé el impacto inicial y borré todos esos correo de odio, siento tristeza por ella”.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

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