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Productos veganos que imitan carne, pescado o queso: cómo elegir los más saludables

Las alternativas a los productos de origen animal se multiplican en los supermercados. Analizamos las luces y sombras nutricionales de estos alimentos

Lucía Martínez
carne vegana
Carne parece, heura esHEURA FOODS

Que la industria alimentaria no pierde comba jamás es algo que ya sabemos: donde haya una tendencia en auge, ahí están ellos para subirse al carro. Incluso aunque suponga caer en la incoherencia más absoluta, porque ya me diréis si no cómo llamamos a que el lobby lácteo esté por un lado peleando en la UE que no se le pueda llamar leche, yogur o queso a productos de origen vegetal, mientras por otro sacan al mercado su línea completa de bebidas y/o yogures vegetales. Tenemos Alpro de Danone, Vivesoy de Pascual, Vegetánea de la Central Lechera Asturiana o Begetal de Kaiku, sin ir más lejos.

También las grandes empresas cárnicas, que tras dedicar campañas publicitarias a burlarse de las personas vegetarianas, ahora tienen su propia línea veggie sin detrimento alguno de que eso les impida estar dándolo todo para que no saquen demasiado la cabeza productos vegetales similares a los suyos. Tienen líneas vegetales Noël, Campofrío, Argal o La Piara, por poner algunos ejemplos conocidos.

Si eso no es la representación gráfica del dicho “a Dios rogando y con el mazo dando” que baje el susodicho y lo vea. Esta situación hace que la cantidad de productos veganos disponibles en la gran distribución no deje de crecer -tanto con marcas nuevas dedicadas en exclusiva a esos productos, como con las nuevas líneas veg de las grandes corporaciones-, y abarque ya varías categorías, y con ello surjan las dudas sobre cómo decidirse entre las distintas opciones disponibles. Vamos a hacer un repaso, a ver si aclaramos algo.

Los que parecen carne

Durante unos años, el reto parecía ser conseguir la hamburguesa más sangrante y similar a una de vacuno, el producto con una textura lo más cercana posible al pollo, las salchichas más parecidas a los peores frankfurts o los nuggets vegetales más indistinguibles de los que llevan carne. Se consiguió, todo eso ya existe: incluso tenemos esos productos ya de marca blanca, quien nos lo iba a decir hace pocos años, cuando el tofu era un extraño ingrediente solo localizable en los herbolarios.

Si son tipo nugget, mejor evitarlos aunque sean veganos
Si son tipo nugget, mejor evitarlos aunque sean veganosSEAN (FLICKR)

¿Cómo elijo un producto saludable en la categoría vegana de imitación a cárnicos? Esta categoría ya ha sido mil veces analizada y al ser tan amplia hoy en día podemos encontrar productos de buena y de mala calidad nutricional en casi cualquier formato, dependiendo del fabricante. Para hacer una buena elección, nuestra única aliada fiable es la lista de ingredientes: aquellos productos cuyo ingrediente principal sea proteico -soja o algún derivado o proteína de guisante son las más comunes- y la grasa que lleven sea poca y de oliva o colza, serán las mejores opciones.

Si además el producto no tiene más de un gramo de sal por cada 100 de producto, pues más puntos suma. Con estas premisas es un poco indiferente que se le haya dado forma de hamburguesa, de albóndiga o de carne picada. En general las mejores opciones suelen ser los extrusionados húmedos -los que imitan trozos de pollo- con los que irrumpió Heura en el mercado nacional hace ya unos años, pero que hoy en día nos los vende también Hacendado o la marca blanca de Aldi (estos últimos totalmente pasados de sal, eso sí).

Los precocinados rebozados -es decir, los nuggets-, no son una opción saludable, tampoco en su versión vegetal. El formato salchicha suele tener un contenido alto en grasas no especialmente interesantes y tampoco serían las opciones más recomendables para consumo frecuente. Así que generalizando, el ranking de más a menos recomendable nutricionalmente sería: productos tipo trozos de pollo, algunas hamburguesas, albóndigas y picadas -aquí ya hay muchas referencias de mala calidad nutricional, por lo que deberemos revisar el etiquetado- y cerrando la cola las salchichas, nuggets y otros rebozados similares.

Los que parecen pescado

De un tiempo a esta parte, parece que el nuevo reto es el pescado (que debe ser bastante más difícil de imitar que la carne, imagino). Pero ya está aquí, tanto en marcas reconocidas como en marcas blancas, con Lidl a la cabeza que está haciendo una gran apuesta en el sector de alimentos veganos con su marca propia Vemondo.

Hemos visto salir al mercado varitas tipo merluza, ‘atún’ en conserva, ‘calamares’ a la romana, ‘salmón’ ahumado o filetes de ‘pescado’ rebozado, todo con sello vegano. Y aunque es innegable la inversión que hay detrás en I+D, no deja de ser llamativo -al menos para las nutricionistas- que lo que más se imite sean los productos más insanos y de calidad más baja dentro del grupo de pescados. Las varitas de merluza rebozadas y fritas es de las peores elecciones nutricionales que podemos hacer en cuanto a pescado, además de ser un producto de baja calidad organoléptica.

Igual de chungos que sus colegas de pescado
Igual de chungos que sus colegas de pescadoLike the Grand Canyon (FLICKR)

Es imposible no preguntarse ¿por qué invertir en imitar un producto así en lugar de imitar un filete de lubina? Supongo que es más sencillo hacer una amalgama de pescado enmascarada por un potente rebozado, claro, pero ¿vale la pena? ¿De verdad echa de menos la gente que ha decidido no matar peces, o que no puede consumirlos, toda esa fritanga? Está claro que yo no soy el público objetivo de esos productos, pero aun así, me sorprende.

Lo mismo sucede con el atún: el producto vegano imita las migas de atún en aceite vegetal, es decir, la categoría más baja dentro de esa familia de conservas. No la ventresca en aceite en oliva, que tendría mucho más interés. Aún así, este me cuesta menos entenderlo porque es cierto que el atún en conserva tiene un sabor muy característico y reconocible, además de ser de consumo muy frecuente en la población general.

Existen también productos veganos que imitan al pescado y no van rebozados, Divina Teresa tiene un filete de no-pescado atlántico (aunque no es algo fácil de encontrar en supermercados, es más bien de tienda especializada). Por el aspecto parece un filete de algún pescado blanco; nutricionalmente sin duda mejora las versiones empanadas, pero es que empeorarlas estaba complicado. El ingrediente principal es proteína de soja, y lleva konjac para darle esa textura “pescadera”.

También tenemos el filete de no-salmón de Current Foods, que lleva proteína de guisante, pero el aporte se queda bajito (unos cinco gramos por cada 100 de produco). Esta misma marca tiene también dados de no-atún, con una composición similar a la del salmón. Son preparaciones con bastante agua, lo que diluye su aporte nutricional. Quizá valen la pena por su sabor, no los he probado: por sus nutrientes desde luego, no, por ser un aporte muy bajo teniendo en cuenta el precio (unos cinco euros los 150 gramos).

Para terminar tenemos los productos tipo salmón ahumado. Recientemente este producto ha llegado a Aldi de la mano de su marca blanca; lo cierto es que no tiene ningún interés nutricional ya que es básicamente almidón y agua. ¿Cómo elijo un producto saludable en la categoría vegana de imitación al pescado? La calidad nutricional de las opciones rebozadas es similar a la original: pobre y no aconsejable para consumo diario, igual que cualquier precocinado de ese tipo. Que sean veganos no es relevante en este sentido.

Aún así, hay que decir en su favor que al menos algunas referencias -las de Heura- usan grasas de más calidad que los precocinados habituales y su contenido proteico es igual o superior al de referencias habituales del mercado. Con lo cual, puestos a elegir entre una gama de productos de entrada nada recomendable, hay elecciones mejores que otras, tanto por perfil nutricional -las diferencias son pequeñitas, eso sí- como, sobre todo, por ser un producto más sostenible que no sigue perpetuando el maltrato animal. La alternativa de marca blanca de Lidl no hay por donde cogerla, su perfil nutricional es francamente malo y su aporte proteico despreciable, y la de Findus es también francamente poco recomendable.

Algo similar nos pasa con el “atún” en conserva, que al menos usa aceite de colza en lugar de girasol y el resto de su composición es bastante aceptable, por mucho que me duela reconocerle un mérito a Nestlé -Garden Gourmet-, que son quienes de momento han colocado Vuna en los lineales del super. Otras marcas de momento siguen disponibles solo en tiendas especializadas. No podemos comparar este producto con una conserva de pescado de calidad, nutricionalmente hablando, pero sale ganando por la parte de no continuar esquilmando los océanos, que tampoco es poca cosa.

Sí, eso es atún vegano
Sí, eso es atún veganoNESTLÉ (FLICKR)

Ahora bien, la peor elección sin duda dentro de la gama pescado-vegana serían los preparados tipo calamares a la romana, ya que su aporte nutricional es muy malo. Suelen estar hechos de konjac -un polisacárido con un aporte de nutrientes casi nulo- porque su textura es similar a la del animal que imitan, con lo que su aporte proteico es inexistente y básicamente es como comer rebozado frito.

Las versiones de atún en dados o salmón de Current Foods, no están especialmente mal nutricionalmente, pero si tienen un aporte muy bajo para formar parte de un plato principal, aunque para un capricho, pasarían el corte de “nutricionalmente aceptable”. El “no pescado atlántico” quedaría un poco por delante, por ser más denso nutricionalmente. En resumen: ningún producto es realmente una opción para consumo frecuente, ya sea por su composición o por su precio y disponibilidad, pero si hay que elegir comparemos y quedémonos con los que tengan un buen perfil proteico y el mejor perfil graso posible.

Los que parecen queso

Con esta categoría tengo el alma dividida ya que por un lado hay varias empresas elaborando unos quesos veganos que son una locura, tanto en sabores como en valor nutricional. Pero son marcas que no llegan a la gran distribución, no sé si por sus precios que son elevados o porque su producción no da todavía para abastecer las necesidades de una cadena de supermercados. Siguen relegados al comercio especializado y a la venta online.

Pero, ojo: sí que hay queso vegano en los supermercados. De otro tipo. Es una categoría que tiene copada la marca Violife junto a las marcas blancas, especialmente Lidl que como decíamos va a por todas en esta tendencia. Son lo contrario a los anteriores: un despropósito nutricional y un producto muy deficiente en cuanto a calidad gastronómica ya que, igual que sucedía con la categoría ‘pescado’, de nuevo imitan las peores opciones dentro de los quesos: quesos de lonchas, quesos de untar o quesos rallados.

¿Cómo elijo un producto saludable en la categoría vegana de imitación al queso? Dentro de la selección de quesos veganos tipo lonchas o rallados que encontramos en los supermercados, lo cierto es que creo que no hay ninguno salvable desde el punto de vista nutricional. Sus ingredientes son básicamente grasa de coco, almidón y aditivos. Es decir, una amalgama más que prescindible en cualquier dieta.

Todo lo contrario de lo que podemos decir sobre los quesos veganos hechos de frutos secos, fermentos y algunos saborizantes -hierbas, pimentón o especias-, que aún no están disponibles en la gran distribución. Estos son interesantes tanto desde el punto de vista nutricional como organoléptico, ya que en cuanto sabor, textura y variedades, son infinitamente mejores.

Podemos encontrar desde los tipo curados, a tipo camembert, a quesos ahumados, quesos blandos: si no los conocéis estoy segura de que os sorprenderán, son marcas pequeñas como Väcka, La Carleta, Mommus, VeggieKarma…. Os animo a descubrirlas. Como veis, aunque ambas gamas de productos están en la categoría de “quesos veganos”, su composición no se parece en nada: sería algo similar a comparar un tranchete con un queso artesano.

Y sí, esto es un queso vegano
Y sí, esto es un queso veganoUNTO

Conclusiones

En resumen: luces y sombras, y como casi siempre, hay grandes diferencias de un producto a otro dentro de la misma categoría, con lo que nos toca saber elegir. Es importante que lo hagamos, porque cuando las grandes multinacionales han decidido invertir en una gama de productos, es muy probable que haya venido para quedarse. De cómo el capitalismo salvaje se apropia de una opción política como es el veganismo, no os voy a dar la murga, porque ya lo hice en este artículo para esta misma casa (es de 2018, y puedo concluir hoy que sus predicciones no se quedaron atrás).

Permitidme que rescate el último párrafo, dirigido al consumidor vegano, que es mucho más necesario hoy: “Y yo os digo que nos estamos conformando con muy poco y que nos están consiguiendo como clientes de manera muy fácil, a nosotros, que somos el reservorio del consumidor crítico y que lee las etiquetas por excelencia, nos están ganando con una uve verde dibujada en el envase”. Cada vez más envases y más uves verdes: que se encuentren con que también hay cada vez más criterio en los consumidores.

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Sobre la firma

Lucía Martínez
Es dietista-nutricionista, máster en nutrigenómica y nutrición personalizada. Dirige el Centro Aleris y es autora de varios libros y del blog www.dimequecomes.com

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