Guerra por el talento en el mercado español
Las grandes firmas buscan a los perfiles más destacados y tratan de conservar a los que ya tienen con mayores beneficios y una mejor conciliación
En 1997, en las radios de (casi) todo el mundo occidental sonaba Wannabe, de las Spice Girls (If you wanna be my lover…). En los telediarios, se transmitían las imágenes de Dolly, la primera oveja creada en un laboratorio, lo que desató intensos debates éticos y científicos sobre las implicaciones de la clonación. Al mismo tiempo, el sudeste asiático se sumía en una grave crisis financiera impulsada por la devaluación de sus monedas, la enorme deuda externa y una burbuja inmobiliaria. Internet, entretanto, se expandía a toda velocidad y revolucionaba las comunicaciones y los negocios a escala global. Mientras todo esto sucedía, el mercado laboral empezaba a mostrar signos de un cambio inminente: las grandes corporaciones se enfrentaban a lo que la consultora McKinsey denominó “la guerra por el talento”, pronosticando un escenario en el que las empresas tendrían que competir ferozmente por atraer y retener a los profesionales más capacitados.
Ese concepto no solo se refería a la habilidad de los empleados para cubrir los desafíos del momento, sino a su potencial para liderar una transformación constante. La era digital, con su creciente complejidad y la globalización de los mercados, elevaba la demanda por expertos en áreas antes impensables. Pero mucho ha llovido desde entonces. El mundo parece otro, se escuchan y se debaten nuevas cosas, pero la guerra por el talento ha perdurado, adaptándose a un contexto económico y financiero en evolución. Hoy, tras una pandemia y en medio de dos guerras, con economías cada vez más diversificadas y sectores emergentes como la inteligencia artificial y la sostenibilidad, la competencia por atraer a los mejores profesionales sigue siendo feroz. Las compañías luchan por plantillas mejor cualificadas, y los trabajadores demandan mayores oportunidades, sobre todo una mejora en su salario y una mayor conciliación.
“El desajuste en el talento es una realidad preocupante a nivel global”, comenta Luis Miguel Jiménez, director general de Manpower España. El Índice Anual de Desajuste de Talento de Manpower revela que, en 2024, un 75% de las empresas en todo el mundo tienen dificultades para cubrir vacantes esenciales, ligeramente por debajo del máximo histórico —del 80%— registrado en 2022 y 2023. Sin embargo, España supera esta cifra con un 78%, lo que la coloca por encima de la media global y de países como Italia. “Es una paradoja que, aunque tenemos más de 2,5 millones de desempleados, 8 de cada 10 empresas no logran cubrir sus necesidades de talento”, destaca Jiménez, subrayando la desconexión entre la oferta y demanda laboral.
Capacidad de adaptación
En cuanto a sectores específicos, transporte, logística y automoción lideran el desajuste en España con un 86%, seguido por industria (84%), salud y farmacia (81%). “El gran reto de las empresas es la velocidad de adaptación”, afirma Mónica Pérez Callejo, directora de Comunicación, Estudios y Relaciones Internacionales en InfoJobs. El entorno laboral está cambiando rápidamente, impulsado por la aceleración tecnológica y trastocado por una incertidumbre política, económica y sostenible constante, explica. “Las grandes compañías tienen que gestionar los cambios de manera ágil y efectiva”, argumenta. Ello implica cumplir con un mayor número de demandas que piden los candidatos. “La pandemia sacó a la luz diversos factores clave en la satisfacción laboral”, agrega. El V Informe sobre Intención de cambio de empleo de Infojobs muestra que aunque el salario sigue siendo el principal motivo para cambiar de empleo (51%), la salud mental está ganando importancia, mencionada por el 28% de los profesionales debido a problemas como ansiedad y fatiga por la carga laboral.
“Cuidar la salud mental de los empleados se ha vuelto una prioridad”, señala Jiménez, de Manpower España. Ante esta demanda creciente la consultora ha desarrollado herramientas basadas en inteligencia artificial que permiten a las empresas no solo cumplir con las normativas sobre riesgos psicosociales, sino también anticipar y prevenir la rotación laboral derivada de estos riesgos. La conciliación desempeña un papel central en este contexto. Según el Informe sobre el estado del mercado Laboral en España de Infojobs, el 32% de las personas que buscan un nuevo empleo lo hacen para mejorar su calidad de vida. El teletrabajo, particularmente en formato híbrido, es clave para el 84% de las empresas, que lo ven como una oportunidad para mejorar la conciliación, motivar a sus empleados y atraer talento. “Este modelo representa una ventaja competitiva para retener personal, y las empresas, especialmente las grandes, están adaptando sus políticas para satisfacer las crecientes demandas de flexibilidad y bienestar de los trabajadores”, añade la especialista.
“Estamos en un momento de máxima tensión en la adquisición de talento”, advierte Alberto Gavilán, director de Talento del Grupo Adecco. El avance tecnológico, ahonda, ha puesto muchas dificultades a las compañías para mantener y contratar profesionales formados y actualizados. Esta situación también se repite en industrias como el turismo, la logística y la fabricación, donde las empresas enfrentan una alta rotación laboral. “En España, los trabajadores buscan mayor flexibilidad, conciliación y lugares de trabajo psicológicamente seguros”, añade Gavilán. La creciente demanda de empleados con habilidades digitales, sumada a la preocupación de los candidatos por mantenerse actualizados, refuerza la importancia de la formación continua. “Las compañías deben invertir en formación y actualización para que su plantilla se mantenga competitiva”, recomienda Gavilán.
Para Elena Celda, CEO de Pluxee, organización de servicios de beneficios y engagement para empleados, uno de los mayores retos actuales a los que se enfrentan las empresas para atraer y fidelizar talento es la brecha existente entre las habilidades que la compañía necesita cubrir —vinculadas especialmente a las nuevas tecnologías, la ciberseguridad o la inteligencia artificial— y las habilidades actuales del talento. Tanto es así que el 83% de las firmas españolas señala tener problemas para encontrar empleados cualificados, tal y como recoge el II Estudio Pluxee de retos y tendencias en RR HH 2024. “Cuando hablamos de grandes empresas [más de 250 empleados] esta problemática es aún mayor, ya que afecta a 9 de cada 10″, afirma Celda.
Retribuciones personalizadas
La experta de Pluxee explica que, por otra parte, el impacto de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo han intensificado la insatisfacción entre los empleados respecto a su salario. “Un 64% de los empleados no está satisfecho con su salario, siguiendo con datos de nuestro estudio, lo que está llevando a las empresas a enfocar sus propuestas retributivas hacia modelos de compensación total, donde se incorporan beneficios adicionales como la tarjeta de comida, el seguro médico, el transporte, la formación o la guardería, que suponen una mejora en el poder adquisitivo de los empleados”. Concretamente, según el informe, el 50% de las empresas españolas ya están ofreciendo modelos retributivos que combinan beneficios sociales, planes de retribución flexible, o una mezcla de ambos como complemento al salario.
“Actualmente, lo que los empleados valoran es una personalización de una propuesta de valor”, añade Jiménez, de Manpower. En este sentido, Celda incide en que los perfiles de los trabajadores son cada día más diversos y hay un mayor salto generacional entre el talento sénior y el recién incorporado, por lo que no se pueden abordar de forma única las políticas de gestión del talento. “Para ser capaces de generar engagement [compromiso] en el empleado hay que tratar los casos de forma más segmentada, lo cual supone un cambio de enfoque importante”, concluye.
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