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Un modelo de educación transformador

El sistema de las comunidades de aprendizaje se consolida para potenciar destrezas como la comunicación, el pensamiento crítico y la colaboración

Extra Formación II 18/09/22
Thomas M. Barwick (Getty Images)

En 1978, en la escuela de personas adultas La Verneda de Sant Martí de Barcelona, José Ramón Flecha García, catedrático de Sociología de la Universidad de Barcelona, inició un proyecto educativo basado en el aprendizaje colaborativo y solidario y la horizontalidad. Allí, estudiantes, maestros, voluntarios y otros miembros de la comunidad participaban activamente en el proceso de adquisición de conocimientos y la toma de decisiones de la escuela, de forma que el aprendizaje se convertía en un proceso democrático y en una responsabilidad de toda la comunidad escolar y no solo de los alumnos individualmente. El modelo se fue consolidando en esta escuela a lo largo de 16 años y a partir de 1994 se extendió a otras, dentro y fuera de España. Para entonces, Flecha ya había asentado la investigación en este campo a través de la creación del Centro de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades, hoy Community of Research on Excellence for All (CREA). Se empezaba a hablar ya entonces de Comunidades de Aprendizaje (CdA) para referirse a una forma de aprender desde la construcción colaborativa del conocimiento.

Según datos de CREA, hay más de 3.000 centros de educación infantil, primaria y secundaria que han decidido transformarse en CdA, lo cual implica, según Flecha, “el compromiso de ir sustituyendo las actuaciones educativas que realizan por las actuaciones educativas de éxito (AEE), es decir, por las que se ha demostrado científicamente que dan los mejores resultados”. Además de esas CdA, hay otros 12.000 centros que no han tomado esa decisión pero sí han introducido alguna de las AEE en sus centros, mientras que siguen manteniendo también otras actuaciones no avaladas científicamente. “Las AEE son las actuaciones que dan éxito, son como los tratamientos en medicina. Todos los hospitales tienen la obligación de dar solo los tratamientos que están científicamente avalados, no hay hospitales que den esos tratamientos avalados para una enfermedad y otros no avalados para otra enfermedad. Las escuelas no tienen esa obligación y por eso hay muchas que hacen alguna AEE, por ejemplo en Literatura, pero no hacen AEE en la superación del bullying. Las CdA son las que tienen el compromiso de llegar a aplicar todas las AEE”, explica el catedrático.

“Las AEE están recomendadas por la Comisión Europea y han sido publicadas en las mejores revistas científicas del mundo, incluyendo las de Harvard y Cambridge”, asegura Teresa Morlà Folch, investigadora posdoctoral Juan de la Cierva en la Universidad de Barcelona y miembro de CREA. En concreto, son siete: grupos interactivos, tertulias dialógicas, biblioteca tutorizada, formación de familiares, participación educativa de la comunidad, modelo dialógico de prevención de conflictos y formación pedagógica dialógica. Conseguir la creación de una CdA que contenga todas estas actuaciones educativas supone un cambio conceptual y práctico de lo que significa enseñar y aprender, algo que no es fácil en un sistema rígido. “En el futuro todas las escuelas tendrán que implementar las actuaciones avaladas científicamente, pero ahora hay muchas resistencias, sobre todo en las universidades y en los que viven de proyectos innovadores que no mejoran resultados en el propio profesorado de escuelas”, sostiene José Ramón Flecha.

Todo empieza por el docente

María Antonia Vega González, profesora de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid y autora de Creando comunidades de aprendizaje en la Universidad. Una propuesta de formación experiencial (Morata), lleva 30 años investigando la forma de enseñar en las aulas, poniendo el foco de la transformación educativa y social en los profesores. “Existen aportaciones teóricas importantes que destacan, como el diálogo entre personas que se esfuerzan en abordar un tema y lo ponen en común, construye un nuevo conocimiento mejor y avanzan todos en su desarrollo potencial. Se genera un conocimiento nuevo, distinto, en ese propio diálogo. Para ello es fundamental el papel del docente: debe crear un contexto de aula basado en la colaboración, algo nada fácil de conseguir en el contexto competitivo actual y en una trayectoria de aulas centradas en la autoridad del profesor y en el contenido como protagonista de la situación de aprendizaje”.

Esta forma de aprendizaje permite, según los expertos, un enfoque que ayuda verdaderamente a que las aulas sean inclusivas, a que se consiga un aprendizaje profundo, de transformación, y no una mera acumulación de conocimientos; y es fundamental si se pretende potenciar las habilidades que se necesitan para el siglo XXI: comunicación, pensamiento crítico y creativo, y colaboración. “Si no creamos un aula que facilite estas competencias, esto no se va a conseguir. Estamos viendo cómo muchos alumnos universitarios siguen avanzando en su carrera universitaria sin adquirir estas habilidades. Por eso es fundamental que el aula, en todas las etapas educativas, se transforme en una comunidad de aprendizaje”, insiste María Antonia Vega.

También en formato digital

Según Teresa Morlà Folch, hay Comunidades de Aprendizaje presenciales, virtuales e híbridas; siendo las virtuales las que se han desarrollado en mayor medida. Las escuelas CdA o aquellas que aplican alguna AEE se organizaron para realizar las actuaciones online y garantizar así que los estudiantes siguieran aprendiendo con la máxima excelencia, aprovechando todos los recursos que se tenían en el momento del confinamiento. “Una vez más, a partir de la involucración de toda la comunidad y del diálogo igualitario entre los diferentes agentes fue posible superar la dificultad de la situación generada por la covid generando nuevas posibilidades, en este caso de implementar las AEE de manera online. Tanto un aula de Primaria como una de Universidad que funciona a través de internet pueden ser una comunidad de aprendizaje virtual. Muchas de las comunidades que comenzaron a ser online como consecuencia de la pandemia se han mantenido ya como tales o se han transformado en híbridas. Son muy diversas y poco tienen que ver unas con otras. Por eso, lo que se escribe sobre ellas son generalidades”, señala. 

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