Estrés térmico y caídas de tensión por las altas temperaturas en los juzgados de Madrid: “Queremos evitar un accidente”
El sindicato de funcionarios CSIF exige al Ejecutivo regional que mejore la climatización de las sedes judiciales para mitigar el calor, que supera los 30 grados antes del verano
La última carta de los funcionarios de la justicia en Madrid al Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso no contiene un caluroso saludo, sino una petición acalorada. El personal de los juzgados ha denunciado, a través de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), los fallos en el sistema de climatización de algunas sedes de la justicia, en las que la temperatura ya ha superado los 30°C antes de que llegue el verano. Algunos empleados ya han presentado mareos, bajas de tensión y sangrados nasales a causa de lo que denominan “estrés térmico”. El sindicato ha enviado diferentes quejas por escritos a la Comunidad, que se ha limitado a instalar algunas unidades de refrigeración portátil, que en ocasiones han saturado el circuito eléctrico y provocado apagones. Los funcionarios amenazan con cesar su actividad en los días de más calor y estudian más medidas legales para presionar por sus derechos.
El problema de calor en el interior de los juzgados tiene su origen en el fallo de 11 sistemas de climatización de los juzgados de plaza de Castilla, los de primera instancia de la calle del Poeta Joan Maragall y los de lo Contencioso-Administrativo de la Gran Vía. La reparación de cada uno ronda los 8.000 euros, según calcula el CSIF, que se basa en información suministrada por el personal de mantenimiento y de la Administración, por lo que la solución al problema supondría una inversión que ronda los 90.000 euros.
La Comunidad de Madrid formalizó el 22 de mayo de 2024 un contrato por 6.200 millones de euros por los servicios de conservación y mantenimiento de las sedes de los órganos judiciales hasta 2027. Sin embargo, Juan Carlos Ferreiro, portavoz de justicia del sindicato de funcionarios, ha explicado que “la Comunidad dice que no tiene intención de sustituir [los sistemas de climatización] y todo lo soluciona con la creación de la Ciudad de la Justicia”, que no terminará de construirse, al menos, hasta 2028, por lo que los trabajadores temen que los próximos cinco veranos transcurran en las mismas condiciones.
Los funcionarios de la justicia han enviado una avalancha de escritos a múltiples entidades del Estado para acreditar, con termómetro en mano, las altas temperaturas en los juzgados. Un documento, con fecha del 6 de junio, dirigido a la Delegación de la Inspección del Trabajo de Madrid, contenía fotografías de las mediciones dentro de varias salas de los juzgados de plaza de Castilla. A las 13.00 de ese día, la temperatura rondaba los 32°C, aun cuando el Real Decreto 486/1997 establece que “la temperatura de los locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares estará comprendida entre 17°C y 27°C”.
Para más inri, el Plan de actuación ante episodios de altas temperaturas, publicado por el Gobierno regional, recomienda “instalar sistemas de climatización para disminuir la temperatura y la humedad ambiental”, como una medida para evitar el estrés térmico. La misma guía recomienda el teletrabajo “cuando sea posible, si las condiciones meteorológicas son adversas”, una solución que coincide con la petición de CSIF, pero que la Comunidad no contempla para los empleados de los juzgados, de momento.
La Consejería de Justicia, de quien depende el mantenimiento de las sedes judiciales, ha subrayado por escrito a EL PAÍS que garantiza “la correcta climatización en todas las sedes judiciales repartidas por el territorio”. Resalta que han tenido en cuenta las altas temperaturas de los últimos días y la llegada del verano y por esto ha “reforzado el personal de mantenimiento” y “ha puesto en marcha un equipo específico con esta función, operativo desde 1 de junio hasta el 15 de septiembre, para que active las medidas precisas ante los primeros síntomas de incremento de temperaturas”. Ferreiro tilda estas medidas de meros “parches” y reclama a la Administración centrarse en “los aparatos de refrigeración averiados y obsoletos que hay que sustituir”.
El 7 de junio, un día después de tomar la temperatura en los juzgados de plaza de Castilla, el CSIF trasladó la información a la Dirección General de Infraestructuras judiciales de la Comunidad de Madrid, con la advertencia de que “la medición de temperatura y humedad se encuentra dentro de parámetros por encima de lo legalmente permitido”.
Los trabajadores que han intentado persuadir a la Comunidad para que garantice una temperatura óptima en los juzgados lamentan que la única solución brindada por la administración haya sido el envío de 15 pingüinos —como se conoce coloquialmente a las unidades portátiles de refrigeración—. Pero en algunos casos, la cura ha sido más grave que la enfermedad, ya que la gran cantidad de electricidad que demandan estos equipos colapsan los sistemas eléctricos, muchos de ellos defectuosos.
Ferreiro ha explicado que “la potencia de luz no permite aguantar tanta máquina y salta el diferencial del edificio. Ya se han quedado varios sin luz”, con las consecuencias que esto trae en una sede judicial donde los ordenadores son una herramienta de primera necesidad. “Si el ordenador o la informática no funcionan, se perjudican los plazos de la justicia”, alerta Ferreiro, quien ya anticipa aplazamientos como consecuencia del calor durante la temporada estival que este año, además, se prevé extraordinariamente cálida. El portavoz de CSIF afirma que “en Junta de Personal se acordó poder suspender la actividad en los juzgados afectados”, si hay problemas de temperaturas o humedad.
La evidencia científica coincide en que el aumento de las temperaturas conlleva un incremento en la siniestralidad laboral. Un estudio de 2023, firmado por cinco investigadores en España, apunta que “dado que los accidentes laborales aumentan durante las olas de calor, los servicios de prevención de riesgos y las administraciones públicas deben tomar medidas especiales para prevenirlos”.
Otra investigación que analizó las cerca de 16 millones de lesiones laborales notificadas en España entre 1994 y 2013 calcula que el país pierde 370 millones de euros cada año por bajas laborales asociadas a las temperaturas extremas. De momento, los incidentes en Madrid “han sido de bajo nivel”, precisa Ferreiro, antes de zanjar: “Lo que queremos evitar es que ocurra un accidente más grave”. Los empleados con diabetes, hipertensos o con problemas cardiacos son quienes más preocupan al sindicato.
Justicia descuidada
La llegada inminente del verano ha vuelto a poner encima de la mesa el problema de climatización en las sedes de la Justicia que, lejos de ser un hecho aislado, se suma a la cadena de fallos estructurales. Ferreiro señala “problemas en el funcionamiento de las apps informáticas y también fallos de suministro eléctrico por defectos de las instalaciones”. Estas deficiencias provocaron hace un par de semanas una paralización de la administración de justicia que perjudicó la prestación de los servicios de guardia y el funcionamiento de los juzgados de instrucción.
Los ejemplos abundan y se suceden casi que a diario. Las lluvias del pasado fin de semana ocasionaron que “en la séptima planta los juzgados de la calle del Poeta Joan Maragall unas goteras tremendas afectaran al despacho de los jueces, lo que obligó a aplazar los juicios”, narra Ferreiro, para contextualizar: “La cubierta del edificio está completamente deteriorada y hay unas filtraciones de agua importantísimas”. Fallos informáticos, goteras, filtraciones, sistemas eléctricos arcaicos y, ahora, temperaturas extremas. Todas estas condiciones laborales —o la falta de ellas— tienen agostados a los funcionarios de justicia. Y apenas es junio.
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