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¿Y si Ayuso vive mejor contra Sánchez?

Las elecciones del 23J dejan un futuro incierto y nos privan de ver una versión de la presidenta madrileña distinta, que quizás agradezca el resultado: la derecha en Madrid sale fortalecida cuando la izquierda tiene la Moncloa

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a su llegada al colegio La Inmaculada Marillac para votar el domingo.Foto: BORJA SÁNCHEZ TRILLO (EFE) | Vídeo: EUROPA PRESS
Fernando Peinado

Isabel Díaz Ayuso había adelantado que este lunes 24 de julio comenzaría una nueva etapa para ella y para Madrid. La presidenta madrileña vislumbraba el final político de Pedro Sánchez y una etapa completamente distinta a los cuatro años que ella ha ocupado el poder. Ayuso 2.0. Sin su mayor antagonista, el personaje tendría que reinventarse. En entrevistas, ya adelantaba que se iba a centrar más en la gestión. Diseñó un ejecutivo menos ideológico, compuesto de caras pocos conocidas que algunos llamaron “tecnócratas”. Con Alberto Núñez Feijóo en la Moncloa, la región iba a experimentar una bonanza de inversiones y grandes eventos. “Voy a estar en la gloria”, dio la presidenta a principios de julio. “De hecho, fue convocar Sánchez las elecciones y se dispararon las reservas en los restaurantes en Madrid. Me lo han dicho muchos hosteleros, que fue convocar las elecciones y despertarse la ilusión de cambios porque la gente en Madrid no aguanta más. Como locos ese día”.

Pero el escenario es distinto al que Ayuso y la mayoría de encuestadores y comentaristas habían previsto. España ha entrado en un período de incertidumbre política que podría prolongarse hasta septiembre cuando se vería si Sánchez o Feijóo tienen apoyos suficientes para ser investidos. Un factor imprevisible es el rol que pueda jugar Ayuso. Feijóo vivió un momento embarazoso en el balcón de Génova cuando tuvo que interrumpir su discurso mientras Ayuso era coreada. A la memoria vino el recuerdo de su predecesor, Pablo Casado, que fue depuesto por cuestionar a una subordinada mucho más carismática que él.

Pase lo que pase, por el momento no habrá transformación política para Ayuso. Y esto puede ser favorable para ella si atendemos a un curioso patrón en la política madrileña a lo largo de las últimas dos décadas. Cuando ha gobernado la izquierda en la Moncloa, le ha ido mejor a la derecha en la Comunidad de Madrid, según los datos de las últimas 26 elecciones celebradas en la región, entre 2000 y 2023. Así ha sucedido durante los mandatos de Pedro Sánchez y José Luis Zapatero que han coincidido con una gran fortaleza de las presidentas Ayuso y Esperanza Aguirre. Cuando el péndulo ha girado y la derecha ha mandado en el Gobierno de España ha sucedido lo contrario. Las dos ocasiones en que la izquierda ha estado más cerca de desbancar a los populares en la región de la capital han sucedido durante los Gobiernos de José María Aznar y Mariano Rajoy.

A la izquierda se le presentó la primera de esas oportunidades en las autonómicas de mayo de 2003 cuando Aznar vivía momentos de apuros, después del desastre del Prestige y las manifestaciones masivas contra la guerra de Irak. Fueron los tiempos del Nunca mais y el No a la Guerra. Ese clima de opinión influyó en los comicios que colocaron a la izquierda a las puertas del poder. El candidato socialista, Rafael Simancas, podía sumar apoyos con Izquierda Unida, pero en un giro sorprendente dos diputados socialistas, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, se abstuvieron e impidieron su investidura. Fue el Tamayazo, que marcó una época. Los madrileños fueron citados de nuevo con las urnas en octubre y castigaron a la izquierda. Aguirre se convirtió en presidenta y su popularidad se disparó durante los años de Zapatero.

La segunda vez sucedió en las autonómicas de 2015 cuando gobernaba Rajoy en pleno auge de Podemos. España entró en un “momento de izquierdas”, que se vio impulsada por la indignación por las políticas de austeridad y la corrupción que afectaba al Partido Popular, tanto a nivel nacional como autonómico. En aquellos comicios, el socialista Ángel Gabilondo no pudo gobernar porque un apoyo necesario, el de Izquierda Unida, se quedó ligeramente por debajo del umbral del 5%, el límite autonómico para convertir votos en escaños. Todos los sufragios para ese partido se fueron a la basura y se desvanecieron de nuevo las esperanzas de la izquierda, que vio cómo la popular Cristina Cifuentes se hacía con el cargo de presidenta.

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Durante la era Ayuso/Sánchez la derecha madrileña ha gozado de un vigor incontestable. Se ha visto de nuevo este domingo. A pesar de que se respira un ambiente de decepción, el voto conjunto a PP y Vox en la región es abrumadoramente superior al de las opciones de izquierda (55% vs. 45%).

Aun reconociendo la existencia de este patrón madrileño dependiente de la esfera nacional, los expertos señalan que los políticos no son víctimas de fuerzas superiores que invalidan su capacidad de acción. El consultor Luis Arroyo reconoce los méritos personales de Aguirre y Ayuso. “Es curioso que las dos lideresas del PP han capitalizado esas tendencias mucho mejor que los líderes socialistas”, indica Arroyo.

Ayuso ha explotado ese antagonismo con el presidente del Gobierno hasta el punto de que casi la mitad de su discurso gira en torno a la confrontación con él. Según analizó este periódico, cuatro de cada diez tuits son ataques al Gobierno. Es un comportamiento que no sería tolerado por los votantes de otras regiones, dice el asesor de comunicación política Ignacio Granados, que atribuye esa permisividad a que Madrid tiene una identidad política menos marcada y sus medios locales y regionales son menos fuertes: “En otras comunidades se distingue claramente entre la arena autonómica y la nacional. En Madrid es el mismo espacio”.

Por ahora. el cambio de ciclo ha quedado en el aire. Se abre una incógnita sobre el futuro político de este país y de la Comunidad. También queda en el aire la oportunidad de ver a una Ayuso distinta y quizás ahora la presidenta se encuentra con un equipo de consejeros de bajo perfil que no es el que hubiera elegido de haber sabido que la guerra contra Sánchez iba a continuar. Aunque el experto Granados opina que es posible que la presidenta haya elegido a esos compañeros desconocidos simplemente con el propósito de que nadie le haga sombra. “La única estrella que debe brillar es ella”, precisa. “Como pasó este domingo cuando salió al balcón de rojo. Es como el Rey Sol. El Gobierno de la Comunidad de Madrid es ella y punto”.

Contacta al autor por email a fpeinado@elpais.es o por Twitter a @FernandoPeinado

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Sobre la firma

Fernando Peinado
Es reportero de la sección de Madrid desde 2018. Antes pasó ocho años en Estados Unidos donde trabajó para Univision, BBC, AP y The Miami Herald. Es autor de Trumpistas (Editorial Fuera de Ruta).

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