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La ‘influencer’ que salva negocios

Mama Pottery, Naji Specialty Coffe y La Franchuteria se llenaron de gente cuando una creadora de contenido subió una publicación a sus redes sobre su experiencia en los tres sitios

Una persona pinta una taza de cerámica en Mama Pottery, en el distrito Centro de Madrid.
Una persona pinta una taza de cerámica en Mama Pottery, en el distrito Centro de Madrid.Mama Pottery Café
Lucía Franco

Pasar de tener un local vacío donde, de vez en cuando, entra alguien por curiosidad, a tener uno lleno siempre no es fácil de conseguir, y es menos fácil aún de mantener. Pero hay quienes han descubierto un secreto. El as bajo la manga de los negocios de moda en Madrid se llama Barbygant, la chica de los planes en la capital que vuelve viral casi todo lo que comparte en sus redes sociales. “Es de las cosas más gratificantes de mi trabajo”, asegura Bárbara Moreno, de 29 años, la persona que detrás de las recomendaciones. Sus publicaciones son deseadas por todos, pero solo algunos negocios son los escogidos.

Primero fue a Naji Specialty Coffe que, cuando abrió en pandemia, estaba siempre vacío. A Moreno le gustó, hizo un reel y ahora la gente se pelea por una mesa. Después fue a cenar a La Franchuteria, y desde entonces, el local ha estado todo el invierno lleno de gente deseando comer lo mismo que Moreno. Ahora ha vuelto a hacer su magia con Mama Pottery, que antes de abrir invitó a Moreno a probar su propuesta: hoy no dan abasto con tantas reservas. “La dueña me mandó un audio llorando para agradecerme lo que había hecho por su negocio, nunca lo voy a olvidar”, cuenta la influencer, emocionada por el impacto que tiene en su comunidad de seguidores.

Un café de especialidad mientras pintas tu cerámica favorita

Mama Pottery Café, un lugar donde pintar cerámica y disfrutar de un café en el distrito Centro de Madrid.
Mama Pottery Café, un lugar donde pintar cerámica y disfrutar de un café en el distrito Centro de Madrid.Mama Pottery Café

Mama Pottery Café (en la calle de Concepción Jerónima, número 11) abrió sus puertas este año y, aunque está empezando, ya es el plan recomendado por excelencia para hacer en una tarde en Madrid. Durante dos horas y por menos de 20 euros, los clientes pueden pintar la taza, jarrón o plato que escojan con decenas de colores de un bar de pintura mientras se toman un rico café de especialidad o comparten una tarta de queso.

Su dueña, Marina García, de 37 años, decidió dejar su trabajo en el mundo de la moda para tener más tiempo para cuidar a sus hijos. En el proceso encontró su pasión: la cerámica. Ahora, su misión es contagiar a todo aquel que pase por su estudio con el mismo amor construido a base de pintura y café. García escribió a la chica de los planes de Madrid para invitarla a probar la experiencia con la intuición de que le gustaría y con la ilusión de que su negocio se daría a conocer a través de sus redes sociales. Así fue. En menos de 24 horas, le llegaron más de 1.000 correos pidiendo una reserva para ir a pintar como lo había hecho su influencer favorita.

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La decoración del local está inspirada en las Islas Baleares. En él suena una suave música pop, que se entremezcla con aromas relajantes para crear un ambiente que permite a los clientes dejar volar su imaginación y pintar verdaderas obras de arte a pocos metros de la Puerta del Sol. Es mejor reservar entre semana e ir por la mañana.

El mejor café de Madrid se sirve con pistacho

Naji Alasil, dueño de Naji Specialty Coffe, prepara un café con pistacho, la especialidad de la casa, en Madrid.
Naji Alasil, dueño de Naji Specialty Coffe, prepara un café con pistacho, la especialidad de la casa, en Madrid.Lucía Franco

Naji Specialty Coffe (calle del Cardenal Cisneros, número 39) es un pequeño café en el barrio de Trafalgar que abrió sus puertas en pandemia y ahora es un éxito. Su dueño, Naji Alasil, transformó una pequeña frutería en la cafetería con la que había soñado durante noches enteras mientras estaba en el ejército en Irak. Tuvo que ir a la guerra por su país y, aunque reconoce que ha sido duro llegar a este punto en su vida, ahora asegura que el café le da felicidad.

Opina que cada taza de café tiene que ser una experiencia completa. Ese amor que le pone ha hecho que sus clientes no puedan parar de volver. “Trabajo solo con los mejores tostadores del mundo”, afirma Alasil. Cualquiera que se siente delante del mostrador durante una hora puede ver cómo cada persona que pide un café siente la obligación de decirle a Naji lo buena que está la bebida. “Odio el café, nunca tomó café, pero el de Naji es especial”, asegura una cliente.

La especialidad de la casa es el café de pistacho, aunque el capuchino de banana y el Madrid latte con fruta están también buenísimos. Cada café tiene un precio de cinco euros y el local está hecho para ir a teletrabajar o pasar un rato entre amigos. “Estas bebidas están creadas con el corazón y desde el alma, están inspiradas en mis raíces iraquíes y en la ciudad que ahora es mi hogar, Madrid”, dice Naji.

El dueño se emociona cuando recuerda lo que la chica de los planes de Madrid hizo por él: “Le estaré eternamente agradecido”. Cuenta que todos los días entra alguien por la puerta que dice que quiere probar el café por recomendación de Barbygant. Aunque sabe que las tendencias nacen, crecen y mueren, espera que el cariño que pone a cada café haga prosperar el negocio.

Una Raclette en invierno o una tabla de quesos en verano

La Franchuteria, en la calle de Vallehermoso, número 52, en el distrito madrileño de Chamberí, es una tienda que vende productos artesanales de pequeños productores que se pueden consumir en el local o se pueden llevar a casa. Su especialidad son los quesos, embutidos y vinos. La mayoría son de proveedores de pequeños productores franceses y españoles.

La idea de montar el negocio nació de su dueña, francesa, que siempre que salía por Madrid buscaba un bar donde comer buenos quesos o jamones. Frustrada por no encontrar casi nunca lo que quería, decidió abrir su propio negocio. Cuando lo inauguró, hace ya tres años, invitó a la chica de los planes de Madrid a cenar y, desde entonces, siempre está lleno. “El impacto fue increíble”, asegura la propietaria.

Sobre las paredes del local se pueden ver todos los vinos que tienen acompañados por pequeños carteles que cuentan la historia de cada botella. La especialidad de la casa es la raclette en invierno, aunque ahora se venden mucho las tablas de queso y jamón. Además, los fines de semana tienen brunch por 16 euros.

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Sobre la firma

Lucía Franco
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.

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