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Silencio en los grupos de WhatsApp del colegio privado afectado por un caso de pedofilia: “Es surrealista”

La discreta reacción de los padres en el Colegio Virgen de Europa contrasta con la gravedad de las informaciones

Fachada del colegio privado Virgen de Europa, en Boadilla del Monte, Madrid.
Fachada del colegio privado Virgen de Europa, en Boadilla del Monte, Madrid.Claudio Álvarez

El Colegio Virgen de Europa se encuentra enclavado en una calle estrecha de una urbanización de grandes chalés con piscina. El martes, media hora antes de que los alumnos salieran de clase, era difícil encontrar un hueco para aparcar, así que en las calles que rodean la escuela era posible ver a decenas de padres aguardando dentro de sus coches mientras escuchaban música o hablaban por teléfono. Nadie salió a comentar el nuevo bombazo informativo que concernía a uno de los dueños del colegio, un profesor que dio clases en ese centro hasta junio y que está siendo investigado por haber grabado supuestamente a alumnas mientras se cambiaban de ropa. Según la Cadena SER, la Guardia Civil halló 30 discos duros en la vivienda del docente, algunos escondidos en las paredes y otros taladrados para destruir la información que contenían. Era la última novedad sobre un caso que poco más de 24 horas antes había sobrecogido al país. Pero en el epicentro de la noticia, esta colonia privilegiada en el noroeste de Madrid, la vida transcurría sin sobresaltos.

Tan discretos son los padres de este colegio de más de 1.500 alumnos que, cuando la dirección les informó por correo en julio de que el profesor había sido arrestado, no se filtró la noticia a ningún medio de comunicación. Tampoco la Guardia Civil informó a la prensa. Solo este lunes, cuatro meses y medio más tarde, se ha sabido lo que ocurría porque fuentes de la investigación informaron a la SER de manera extraoficial. Aún más extraño es que, según cuentan los padres, en los numerosos grupos de WhatsApp no se comenta nada sobre la noticia. “Silencio sepulcral”, dice una madre. “Es surrealista”, comenta otro padre, extrañado. Sin embargo, estos padres añaden que, en privado, discuten con quienes tienen confianza sobre lo sucedido y sobre posibles acciones contra el colegio.

El tema es sumamente incómodo, así que las familias lo tratan con cautela. 10 minutos antes de la salida, algunos grupos de dos o tres padres conversan frente a la verja del colegio. Una pareja, padres de una niña de 12 años, eran los más indignados. Ellos lo tenían claro. Van a personarse en la causa, a la que ya se han sumado ocho familias afectadas. No se fían de la información que ha dado el colegio y quieren salir de dudas. Al presentarse como parte interesada en el juzgado de instrucción de Móstoles número 5, podrán tener conocimiento de primera mano de la investigación: “Queremos saber si grabó a nuestra hija”. Otros padres decían confiar en la Guardia Civil o respiraban aliviados porque sus hijos no eran alumnos del profesor investigado, que impartía la clase de arte audiovisual. Todos han pedido anonimato a este periódico por temor a perjudicar a los pequeños.

El vídeo que motivó la investigación fue encontrado por un vecino dentro de un dispositivo de almacenamiento digital que había sido abandonado en la calle de un municipio cercano al colegio, según las fuentes de la investigación que han hablado con los medios. Según fuentes cercanas a una de las familias afectadas, en la grabación se ve a un grupo de alumnas de 5° de Primaria (10 y 11 años) que, a finales del curso pasado, fueron grabadas por el profesor mientras se cambiaban de ropa. En el vídeo aparecen alumnas de una de las cinco clases que hay de este nivel en el colegio. Se preparaban para rodar una película que era parte del proyecto final del curso. A los padres de las niñas identificadas los llamó la Guardia Civil para darles la noticia, poco después de iniciar la investigación en junio. Las víctimas son una decena de niñas, según la SER.

Varios días al año disfrazados

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Era habitual que los alumnos del profesor investigado tuvieran que disfrazarse, al menos tres o cuatro veces al año. Solía pedirles un día del año que llevaran disfraces de distintas profesiones y en Navidad, ropa de personajes del Belén. Por eso, los padres de sus exalumnas temen que en esas otras ocasiones hubiera podido aprovechar para grabarlas mientras se cambiaban de ropa. La Guardia Civil ha recopilado tanto material que podría tardar dos meses más en verlo todo e identificar a otras posibles víctimas. El profesor ha estado involucrado de manera profesional en el mundo cinematográfico desde los años ochenta y ha hecho varios cortometrajes. En 2017, fue parte del jurado en el festival nacional de cortos de Boadilla.

Cinco de las siete familias que se han personado en la causa emitieron el martes un comunicado en el que exigían la dimisión del director y también dueño del colegio, Enrique Maestú, hermano del investigado, “como máximo responsable y ante el evidente conflicto de interés existente”. Según el comunicado, el centro no ha facilitado toda la información a las familias y la asociación de padres ha actuado en connivencia con la dirección. También critican que el profesor investigado siga apareciendo como copropietario de la empresa, Colegio Virgen de Europa SL. El colegio es propiedad de cuatro hermanos, herederos de Josefina Unturbe, que fundó el centro en 1968.

Un portavoz del colegio responde a este periódico que el profesor sí fue apartado en junio, cuando la Guardia Civil lo arrestó y se incautó de material audiovisual que tenía en el centro. Agrega que el centro ha sido transparente desde el principio. Ha enviado tres correos a las familias, el 1 y el 8 de julio, y el 15 de septiembre. En la última misiva se informó a los padres de acciones para proteger a los alumnos, entre otras un nuevo protocolo de actuación y formación preventiva para los profesores, las familias y los alumnos. Para llevar a cabo estas reformas, el colegio ha contratado a la fundación Vicki Bernadet, un centro especializado en abuso infantil con sede en Barcelona y 25 años de experiencia.

Uno de los padres sorprendidos por la normalidad en el colegio cuenta que el día que abrió el primer correo que mandó la dirección pensó que, de inmediato, lo iba a ver en los telediarios. “No daba crédito. ¿Va a ser el único suceso importante que no va a salir en los medios de comunicación?”, cuenta. Pensó que quizá el silencio informativo se debía a que fue en vacaciones. “Creía que el primer día de clase habría gente con pancartas exigiendo la dimisión del director. Pero todo el mundo llegó, se llevó a su niño y dijo ‘hasta mañana”, rememora este padre. En su caso, sus hijos no han tenido clase con este profesor y creía que los padres de los afectados iban a liderar la protesta. Pero no ha visto escenas de rebelión. “Cuando pasan estas cosas te das cuenta de que no todo el mundo opina como tú”.

¿Tienes más información? Contacta a los autores de esta información fpeinado@elpais.es y bolaizola@formación.elpais.es o escríbeles un mensaje por Twitter a @FernandoPeinado y @BeaOlaizola

Corrección: El artículo informaba incorrectamente de que la edad de las niñas de Quinto de Primaria era 11 y 12 años. En realidad es 10 y 11 años.

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