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Ayuso regatea la primera oportunidad de que la oposición le pregunte por los contratos de los Ayuso

Un viaje a Marsella fijado antes de la polémica por la intervención de su hermano en la compra de mascarillas permite a la líder estar ausente de la sesión de control en la Asamblea

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, este miércoles en un acto oficial en la Real Casa de Correos.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, este miércoles en un acto oficial en la Real Casa de Correos.A. Pérez Meca (Europa Press)
Juan José Mateo

En sus tiempos como entrenador de fútbol de elite, Vicente del Bosque siempre usaba la misma frase para minimizar el impacto de los acontecimientos incontrolables: “Todo lo que sucede, conviene”. Sucede que el Gobierno de la Comunidad de Madrid comunicó el 10 de febrero a la Asamblea regional que la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, no estaría presente en el pleno de este jueves: viajará a Marsella (Francia) para participar en la IX Cumbre Europea de Regiones y Ciudades. Y conviene, se sobreentiende que a la presidenta, porque así la líder conservadora regatea la primera oportunidad en 15 días de la oposición para preguntarle cara a cara por el polémico contrato entre su Administración y la empresa Priviet que reportó a su hermano al menos 55.850 euros. Casi sin querer, ya que el viaje se programó antes de que estallara la polémica, Ayuso evita a los Ayuso.

“¡Es una huida!”, dice sobre la ausencia de la líder conservadora una fuente con galones en el PP, quizás desconocedora del compromiso previo de la presidenta, y al mismo tiempo escandalizada por su intervención en la junta directiva del PP del martes. “Fue salvaje. Con ese discurso se ha quitado el apoyo del partido”, diagnostica este interlocutor sobre las duras palabras de Díaz Ayuso —”lo que sí que pido es que todo el que haya formado parte de esta campaña sea puesto de inmediato en la calle”, dijo la líder madrileña— que reventaron la apuesta del PP por mostrar unidad en público tras 15 días de una guerra civil sin precedentes en el partido. Y no solo eso.

En cuanto acaba de hablar Ayuso, a la que solo aplauden una cuarentena de los 400 presentes, todos los integrantes del PP de Madrid, que Ayuso quiere presidir, empiezan a mirarse de reojo. ¿Quién continuará? ¿Quién está en la lista negra de la presidenta? Además de los cargos que siempre se han alineado con Casado, ¿a quién más culpa la baronesa? Con las elecciones municipales y autonómicas de 2023 ya en el horizonte, la inquietud sobre el futuro de cada cual, traducido en su presencia en las listas electorales del próximo año, empieza a extenderse por la formación regional.

Para que todo eso ocurra, Díaz Ayuso tiene que reorganizar su agenda de la semana alrededor de esa cita clave del martes de la formación conservadora, y del viaje del jueves que le evita acudir a la Asamblea. Nada se deja al azar.

Para empezar, la presidenta de la Comunidad de Madrid convoca el lunes una comparecencia sin preguntas para presentar su plan de salud mental 2022-2024.

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“La salud mental es un eje absolutamente prioritario de nuestra acción de gobierno, y por eso la estrategia que presentamos sigue abierta para incorporar nuevas medidas e ideas”, afirma. Sin embargo, Ayuso se marcha sin decir que el jueves hay un pleno monográfico sobre este tema en la Asamblea, en el que la oposición planteará propuestas para mejorar la situación, y al que ella no asistirá.

Una ausencia cargada de ventajas para la presidenta regional, pues le permite cambiar un escenario hostil por otro amable. Solo hay que repasar los precedentes. Díaz Ayuso se acostó el miércoles 16 de febrero sabiendo dos cosas: que el contrato de su hermano Tomás iba a ser el centro de la agenda política y mediática del jueves 17, y que la oposición iba a preguntarle por ello durante la sesión de control. Y así fue.

—No vamos a permitir que utilice la Comunidad de Madrid para su campo de batalla, para regar de dinero público, con contratos, a familiares y amigos—, le lanzó la portavoz de Podemos, Carolina Alonso.

—¡Qué pena! Con lo importante que es gobernar Madrid, y otra vez jugando a las guerras internas, a los espías, a los chantajes... lo que quieren tapar no lo van a tapar—, le dijo Juan Lobato, del PSOE. —Le exijo que comparezca, que se ponga en marcha una comisión de investigación, y que se de traslado a la fiscalía de toda la información relevante—.

—Le cedo el tiempo para que usted de todas las explicaciones sobre las contrataciones irregulares que ha hecho a empresas relacionadas con su hermano—, remató, finalmente, Mónica García, de Más Madrid.

Nada de eso oirá Ayuso este jueves. Con toda probabilidad, los portavoces de la oposición volverán a hacer mención a la polémica, y subrayarán la ausencia de la presidenta. El consejero de Presidencia, Enrique López, tan próximo a Pablo Casado como a Ayuso, afrontará la penitencia de representar al Gobierno. Y se debatirá en Madrid, pero la presidenta estará en Marsella: participa en la IX Cumbre Europea de Regiones y Ciudades, donde intervendrá a partir de las 15.30 en el panel Modelos de futuro de desarrollo territorial, y luego se reunirá con el presidente del Comité de las Regiones, Apostolos Tzitzikostas.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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