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Las uvas vuelven a la Puerta del Sol con 7.000 personas a pesar del coronavirus

Las campanadas reúnen a personas de España, Europa y Latinoamérica para dar la bienvenida al 2022 en la única gran urbe que ha mantenido la celebración

Nochevieja 2021 2022 Madrid Sol
Los asistentes a las campanadas celebrando la entrada del año 2022, esta madrugada en la Puerta del Sol de Madrid.DAVID EXPOSITO
Patricia Segura

“¡Feliz Año Nuevo!”, vociferaban a media noche miles de personas en la Puerta del Sol. Las uvas han vuelto este viernes por la noche a la plaza madrileña, donde se han congregado 7.000 personas ―un 60% menos de asistentes en el recinto, que tradicionalmente acogía alrededor de 20.000 personas― de diferentes lugares del mundo, a pesar del coronavirus. Las campanadas en Madrid han agrupado a miles de personas de Europa, Latinoamérica y España para dar la bienvenida al 2022. Mayores, jóvenes y niños se han reunido para despedir el año en la capital, que es la única gran urbe de España que ha mantenido la celebración de las campanadas esta Nochevieja.

Empezaba la cuenta atrás y los asistentes se tomaban sus 12 uvas. Algunos han acudido desde la otra punta del globo para hacerlo este año en la Puerta del Sol. Es el caso de Fiorella Espinoza, de 21 años, que ha llegado desde Costa Rica. Tras un viaje de casi un mes por toda Europa con su pareja, Madrid es su última parada en el continente. “¡Venimos a celebrar el año nuevo por primera vez aquí!”, dice ilusionada. “¡Anda que vaya momento para venir desde tan lejos!”, comenta la mujer que está detrás de ella, Mari Carmen Villasclaras, de 51 años, que ha viajado con su marido y su hija desde Málaga.

A pesar del estallido de contagios, con una incidencia acumulada de 2.426 casos por cada 100.000 habitantes debido a la variante ómicron, que ya supera el 90% de las infecciones según datos de la Consejería de Sanidad, Madrid ha seguido con sus planes para dar la bienvenida al año 2022. El deseo más ansiado por los asistentes a esta gran celebración es que la pandemia llegue a su fin. “Y que el año que viene volvamos por fin a la normalidad”, vaticina Olga Devesa, de 26 años.

Desde Colombia ha llegado Letizia Silva (43 años) con sus dos hijos menores: “Si todo el mundo lleva la mascarilla, está bien”, dice. Aunque algunos se la quitan para sorber un trago, fumar, o hacerse fotos. Aun con la restricción de aforo y el uso obligatorio de la mascarilla, la estampa festiva de la plaza este viernes recuperaba de manera comedida su esencia. Para algunos ha sido imposible cumplir con la distancia de seguridad durante el festejo. Los abrazos y los besos han sido inevitables.

Una pareja se besa durante la celebración de año nuevo esta madrugada en la Puerta del Sol en Madrid.
Una pareja se besa durante la celebración de año nuevo esta madrugada en la Puerta del Sol en Madrid.DAVID EXPOSITO

Los más fanáticos se han asentado frente al reloj de antaño para inmortalizar el momento haciéndose selfis con gafas y gorros brillantes. Sheyla Barrientos acudía con su marido y sus tres hijos pequeños. La familia se ha trasladado este fin de semana a la capital especialmente para las uvas. “¡Por fin lo hemos conseguido!”, dice la madre, aunque lamenta las más de dos horas de cola que han hecho para poder entrar. De hecho, muchos de los que intentaban hacerse un hueco desde las seis de la tarde se han quedado a las puertas de la plaza.

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Pamela Martínez, de 30 años, viajó desde México con cuatro amigos más y ha llegado bien preparada para disfrutar de la Nochevieja. En su mochila lleva bocadillos, patatas y uvas. La joven señala una cantimplora de plástico en la que salvaguarda el tequila que bebía esta noche. En la cola, ha hecho nuevos amigos con los que ha acabado pasando toda la noche. Sus nuevos compañeros de juerga son de Andalucía y este es su primer año en las campanadas de Madrid. Una de ellas es Inmaculada Martín. La malagueña confiesa que no tiene miedo a contagiarse de coronavirus esta noche: “Tenía más miedo de que lo cancelaran, pero ha habido suerte”. Su amigo coincide con ella: “Hay que animarse ya a hacer vida normal, pero con cuidado”.

Los primeros en entrar a las 22.00 entre gritos y saltos recordaban eufóricos la canción de Mecano. “En la puerta del Sol como el año que fue”, cantaban con su cubata en la mano. Con una diadema con purpurina que brilla en la oscuridad con el número 2022, Azahara Luna, de 24 años, viene con dos amigos desde Girona. Los tres llevan esperando en la cola casi una hora y aseguran que no se han movido del sitio. “Decidimos ayer que íbamos a venir porque en Cataluña hay muchas restricciones”, cuenta la joven. Delante de ellos, Laia Conde, de 21 años, coincide. La joven, que es de Barcelona, explica que fue una decisión espontánea: “Allí no se puede hacer nada por las restricciones. Por eso, nos animamos a celebrar el año nuevo aquí”.

Madrid no tiene ni toque de queda a la una de la madrugada ni limitaciones en las reuniones familiares como en 2020, cuando el número de nuevos contagios en la víspera de Nochevieja era de 3.942. Este año son más de 21.360. La diferencia ahora es la vacunación que, hasta el momento, ha contenido el número de ingresados, de casos graves en las UCI y de fallecidos.

A las ocho de la tarde ya se estaba desalojando la plaza, mientras la gente esperaba en las calles aledañas. En la calle Mayor estaba Otman El Mounaoui, de 39 años, que ha viajado con su mujer desde Bélgica para asistir a las campanadas en la capital española por primera vez.

Cola de gente esperando para entrar a la Puerta del Sol para la celebración de Nochevieja.
Cola de gente esperando para entrar a la Puerta del Sol para la celebración de Nochevieja. DAVID EXPOSITO

Los asistentes han pasado por los filtros policiales antes de llegar a las puertas del kilómetro cero, donde la policía les ha mirado las bolsas para evitar la entrada de elementos peligrosos. Los equipos de Protección Civil han realizado el conteo del aforo que se ha completado en una hora. También se han dispuesto 10 vehículos del Samur con 37 sanitarios, entre funcionarios y voluntarios.

Alrededor del espacio, de casi 10.000 metros cuadrados, se han distribuido 300 agentes entre Policía Municipal y Policía Nacional, un centenar más que el año pasado, cuando la plaza permaneció cerrada para evitar aglomeraciones. “Es un espacio grande, se puede garantizar la seguridad y es al aire libre”, justificaba su decisión Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de Madrid, un día antes de las campanadas, en rueda de prensa.

Esta noche se ha proyectado un espectáculo de luz y sonido en la fachada de la Real Casa de Correos, justo antes de las campanadas. A las 23.00 ha comenzado el espectáculo, con la proyección de algunos de los mensajes que han dejado las más de 60.000 personas que han pasado estos días por el Bosque de los Deseos, situado en la Casa de Postas. Estos se han alternado con distintas canciones de karaoke. Los asistentes cantaban al unísono A quién le importa de Alaska, que sonaba por los altavoces de la plaza. No ha faltado tampoco alguna canción de Miguel Bosé y Raphael.

Para terminar, se ha proyectado un videomapping para dar la bienvenida al año 2022 y, tras sonar las 12 campanadas, se ha visto un castillo de fuegos artificiales con la bandera de la Comunidad de Madrid y la de España. Concluida la celebración y tras el desalojo de los asistentes, los vasos y las bolsas de plástico alfombraban el suelo. Los operadores de limpieza han empezado su jornada.

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