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Mestizaje de músicas a las puertas de La Pedriza

‘Soto Fusión’ junta por primera vez en un escenario a Antonio Lizana, Alaín Pérez y Patax

Alaín Pérez en una actuación.
Alaín Pérez en una actuación.Antonio Barce

Un cantaor flamenco gaditano que entre bulerías, alegrías o fandangos, toca casi a la vez el saxofón; un contrabajista y multiinstrumentista venido hace unos años de Cuba que, además de apabullar con sus propios proyectos, ha acompañado varias veces a artistas como Paco de Lucía, Morente, el Cigala o el desaparecido Jerry González; y un percusionista madrileño que lidera un estirable combo que, con fondo de jazz, ha versionado piezas conocidas del flamenco más jondo al repertorio de estrellas del pop como Los Beatles o Michael Jackson, se juntan este sábado en la localidad madrileña de Soto del Real para tocar primero cada uno por separado y un fin de fiesta final con los tres a la vez.

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Lo han llamado Soto Fusión y la idea surge de Antonio Lizana, el de Cádiz, que hace unos días lideró un encuentro similar en Arcos de la Frontera con el cantautor Javier Ruibal y el pianista Chano Domínguez. Soto Fusión pretende trasladar a la localidad madrileña el espíritu que le animó a crear Arcos Fusión. “Normalmente en los festivales coincidimos con otros compañeros que tocan antes o después que tú, pero rara vez tienes la oportunidad de interactuar con ellos en el escenario”, dice el cantaor y saxofonista. El además director artístico de ambos encuentros insiste en la idea de convivencia entre artistas, que ha interpretado muy bien Quimeras, su oficina de representación. Toni Pino, su responsable, afirma que ­Fusión pretende llegar en un futuro a más puntos de la geografía nacional: “Queremos realizar un Fusión en cada provincia. Siempre estará Antonio Lizana con artistas del lugar o artistas internacionales”.

Antonio Lizana.
Antonio Lizana.Antonio Barce

El cubano es Alaín Pérez y el combo estirable, hoy cuarteto, Patax, que lidera el madrileño, aunque nacido en Boston, Jorge Pérez, un titán del cajón y otros instrumentos de percusión. Junto con Lizana, los tres tienen previsto abordar al final de sus respectivas intervenciones, un fin de fiesta colectivo cuyo repertorio ninguno de ellos, ni la organización, quieren desvelar. Afirma el cantaor y saxofonista que es “poco frecuente tener un festival donde se dan cita un elenco tan ecléctico como este, y más raro aún, el saber que todos tocarán un repertorio en común, dando como resultado algo único y difícilmente repetible”. Lizana, que ya atesora grandes reconocimientos y ha llevado su arte de juntar cante flamenco y saxo en su propia figura acompañándose de una formación jazzística por todo el mundo (la pandemia le pilló en Nueva York participando en un festival de jazz) se muestra visiblemente emocionado por lo que pueda ocurrir en Soto del Real: “Aunque nos conozcan individualmente, como aficionado yo no me perdería el final por nada del mundo. Vamos todos con muchas ganas de este encuentro”.

En esta primera edición en Soto, que pretende convertirse en cita anual, el término fusión alude, según Pino, “a la creación de nuevos sonidos a través del encuentro de diferentes artistas, que representen tanto el contacto con nuestras raíces como la apuesta por la diversidad”.

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Jorge Pérez.
Jorge Pérez.Antonio Barce

Al frente de sus formaciones respectivas, cada artista dispondrá en Soto Fusión, que se celebrará en el CAT (Centro de Arte y Turismo), de cincuenta minutos para desgranar su propuesta. Como está previsto que arranque a las nueve de la noche, la velada se prolongará hasta bien entrada la madrugada del primer día de agosto. En mayor o menor medida, los tres protagonistas que se encontrarán al final para aunar en concierto sus artes y sabiduría, han coqueteado con el flamenco y sus grandes, así que no sería de extrañar que en ese repertorio colectivo misterioso que no quieren desvelar, caiga alguna pieza del irrepetible Paco de Lucía, por el que los tres, además, han mostrado muchas veces públicamente su absoluta veneración, y tristeza por su desaparición.

La premura con la que se ha organizado esta primera edición de Soto Fusión por incluirlo en la programación de las fiestas de verano de Soto del Real, no permitirá esta vez ofrecer la faceta gastronómica que también inspira el festival, y que consistía en disponer para el público la posibilidad de degustar tapas inspiradas en los gustos de los artistas participantes. No obstante, durante todo el tiempo de conciertos se podrá cenar y beber en los lugares adecuados para ello. Tampoco se ha podido llevar a cabo el encuentro con las bandas locales, que les hubiera permitido compartir y estudiar algunos de las composiciones que les hubiera facilitado el director artístico, Antonio Lizana, para haberlo interpretado juntos. Aun con esas ausencias, la noche promete emoción, creatividad y mucho amor al arte y a la música en particular. Músicos de la talla de Adrián Trujillo (percu) y José Manuel León (guitarra), que acompañarán a Lizana, Alana Sinkey (voz), que lo hará con Patax, o Caramelo (piano) y Piraña (percusión), con Alaín Pérez, se encargarán de ello.

Convivencia y pandemia

El jazz, la música afrocubana, el flamenco, el soul, el pop y el funk conviven en Soto Fusión la tarde noche del sábado al domingo dentro de una convivencia aún mayor: las Fiestas de Verano de Soto del Real. Del 30 de julio, al 4 de agosto, la localidad antesala de La Pedriza, en la vertiente sur de la Sierra de Guadarrama, las celebrará “de una forma diferente a como se conocían hasta la fecha”, según apuntan en la web de su ayuntamiento. No habrá conciertos multitudinarios, y la mayoría de eventos se desarrollan al aire libre entre el CAT, el Parque del Río, y la Plaza y calles del pueblo. La Virgen de la localidad será llevada en andas hasta la parroquia con las medidas de seguridad que obliga la pandemia aún vigente. El Festival Cirqueando, que muestras las artes malabares, acrobacias, mágicas y divertidas del mundo del Circo, será el otro gran acontecimiento de unas fiestas que cuentan también, entre otras actividades, con competiciones deportivas, marchas nocturnas guiadas, exposiciones y batucadas. Pero todo ello con la mascarilla puesta y la distancia debida. La convivencia festiva no ha de estar reñida con el respeto que todavía se le debe al virus maldito.

 

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