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Toni Cantó hace las américas

El exactor intenta llenar de contenido la Oficina del Español, creada por Ayuso, con entrevistas con representantes de Guatemala, Chile o Costa Rica, y protestas por la situación de Cuba

Toni Canto
Toni Cantó, durante la clausura de la Escuela de Verano Miguel Ángel Blanco, el pasado 11 de julio de 2021, en Ermua.Ion Alcoba (Europa Press)
Juan José Mateo

“El chiringuito soy yo. No hay otra estructura que yo”. El desenfado con el que Toni Cantó acogió a principios de julio su polémico nombramiento como director de la Oficina del Español del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, un puesto de nueva creación, afronta desde hace semanas el examen de la realidad. Sí hay estructura: dos funcionarios adscritos para la gestión del órgano, detalla la Consejería de Cultura. Sí hay un sueldo que compensa que el Tribunal Constitucional decretara que no podía ser diputado autonómico al incumplir los requisitos para ir en la lista electoral: alrededor de 75.000 euros anuales. Y toca llenar de contenido el puesto: Cantó se ha visto en las últimas semanas con representantes de las embajadas de Chile, Guatemala o Costa Rica, según refleja el portal de transparencia regional.

¿Se trató en esas reuniones con diplomáticos los proyectos enunciados por el exdiputado de UPyD y Cs para que “el Día de la Hispanidad también desfile el español” y que Madrid se convierta “en el centro mundial del turismo educativo para aprender español”? ¿Cuál fue el orden del día de esas citas, y los planes impulsados a raíz de esos encuentros?

El exactor declinó atender a EL PAÍS para explicarlo, y el Gobierno tampoco lo precisó. Lo que se sabe es esto. Las delegaciones diplomáticas de Guatemala y Chile no organizaron un encuentro entre sus embajadores y el representante de la Comunidad de Madrid. Cantó se entrevistó con los agregados culturales de las dos embajadas. En cambio, sí se reunió con la embajadora de Costa Rica, Ana Helena Chacón.

“Ha sido una reunión muy productiva buscando formas de promover la cultura y el arte en nuestra lengua común: el español”, tuiteó el lunes el alto cargo de Ayuso, que no ha visto ningún impedimento en su pasado en UPyD y Cs para empezar a operar orgánicamente en el PP. Así, desde su nombramiento, Cantó se ha desplazado a la Comunidad Valenciana para participar en el congreso regional del partido; ha viajado al País Vasco para participar en la Escuela de Verano Miguel Ángel Blanco, organizada por Nuevas Generaciones; y ha sido uno más de los representantes conservadores que se han manifestado ante la embajada de Cuba en apoyo a las protestas que hay en la isla contra el régimen castrista.

Todo, mientras se mantenían las críticas de Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos a la Oficina del Español, un órgano que considera superfluo por la existencia del Instituto Cervantes.

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“Sorprende que un gobierno con más de 1.200 asesores y 23 ministerios [22 en realidad], considere superflua la creación de una oficina destinada al estudio, difusión y promoción de un idioma que hablan 580 millones de personas, con un enorme potencial de crecimiento”, defiende el Gobierno regional en respuesta a una petición de información de este diario. “Entre los fines de la Oficina se encuentran la interlocución con instituciones para impulsar las oportunidades económicas del español; la colaboración con entidades dentro del ámbito de la Comunidad que trabajan por el impulso del español; también se buscarán sinergias con entidades culturales internacionales para realizar acciones de puesta en valor del español; y se gestionarán informes y encuentros que fomenten el debate en torno a la potencialidad del español, ubicando en la Comunidad el encuentro de expertos y líderes de opinión”.

Nadie en el Ejecutivo concreta qué proyectos tangibles hay detrás de ese torrente de palabras. De hecho, el cometido de la oficina es por ahora tan difuso que el PP ha acabado hundiéndose en un mar de contradicciones.

El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, junto al presidente de EGEDA, Enrique Cerezo, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, la consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, y Toni Cantó.
El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, junto al presidente de EGEDA, Enrique Cerezo, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, la consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, y Toni Cantó.Chema Moya (EFE)

Así, un día asegura que el órgano servirá para defender el español, como hizo el diputado Ángel Ramos en el pleno de la Asamblea del 8 de julio: “¿Qué es lo que le molesta, que tengamos una oficina que defiende el español, o que sea de Toni Cantó?. Yo creo que le molesta más todavía que tengamos una oficina defendiendo el español, yo creo que eso es exactamente lo que a ustedes más les molesta”, lanzó.

Cuatro días después, la consejera Marta Rivera de la Cruz argumentó justo lo contrario en una entrevista con Efe: “[La Oficina] No nace con la voluntad de defender el español, porque lo defienden a diario casi 600 millones de personas que lo hablan, pero sí de utilizar el español como una herramienta para la cultura y progreso de Madrid”, dijo.

Chanzas de la oposición

La situación hace las delicias de la oposición, que ha encontrado en la polémica una vía para ejemplificar muchas de sus críticas a la propuesta de Díaz Ayuso para Madrid.

“El señor Abascal era el Toni Cantó de Esperanza Aguirre”, espeta Hugo Martínez Abarca para establecer un paralelismo entre el sueldo que cobrará el exactor y el que cobró el hoy dirigente de Vox (82.491,80 euros brutos anuales) cuando la expresidenta de Madrid le puso al frente de la fundación para el mecenazgo y el patrocino social, cargo que ocupó entre el 19 de abril de 2013 y el 28 de enero de 2014.

“Podrían llamar al chiringuito el Toni III”, ironiza sobre la Oficina del Español Sol Sánchez, representante de IU en el grupo parlamentario de Podemos, jugueteando con el nombre de uno de los bares con piano más famosos de la capital.

En sus entrevistas, Cantó anima a dar “la batalla cultural”. “El Gobierno no es nadie para decirnos cómo tenemos que hablar”, dice sobre el lenguaje inclusivo. “Hay que ir peleando Madrid como un territorio libre también de ese tipo de tonterías”, añade. Pero su primera batalla parece consigo mismo. Los errores ortográficos le obligaron a borrar el tuit con el que agradeció su nombramiento. De polémica en polémica, este miércoles le volvió a pasar lo mismo: escribió mal su cargo (”Oficina del español”) y tuvo que rectificar (”Oficina del Español”) mientras le llovían las críticas.

La consejeria-refugio de Ciudadanos

Toni Cantó no es el único cargo de la Consejería de Cultura, Turismo, y Deporte que tiene pasado en Ciudadanos. Además del exactor, que igualmente llegó a ser representante de UPyD, también la titular de la cartera, Marta Rivera de la Cruz, pasó por el partido que hoy dirige Inés Arrimadas, del que se dio de baja para poder integrarse en el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso tras las elecciones del 4-M.

 

Pero hay más. Al menos cuatro asesores del departamento han trabajado antes para Ciudadanos en el Congreso de los Diputados durante la etapa en la que este partido consiguió sus mayores éxitos electorales.

 

Se trata de la asesora de Artes Escénicas, que estuvo en el Parlament, el Congreso y el Europarlamento; del asesor político y económico, que antes desempeñó esta función para Francisco de la Torre, diputado que llegó a presidir la Comisión de Presupuestos de la Cámara Baja con Cs; la asesora de programación cultural, que fue asistente parlamentaria; y el encargado de las relaciones con la Asamblea, al que Rivera de la Cruz llevó con ella al Parlamento en 2016.

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Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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