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Ayuso visita el Zendal por sexta vez en nueve meses

La presidenta convoca de nuevo a la prensa en el centro que creó para la pandemia, “el orgullo de la Comunidad de Madrid”

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, habla a la prensa este martes en el Hospital Enfermera Isabel Zendal, en Madrid capital. En vídeo, sus declaraciones.Vídeo: OLMO CALVO / EUROPA PRESS

Nadie había avisado a los sanitarios del Zendal de que este martes volvía la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Los del pabellón tres dedujeron que llegaban peces gordos cuando vieron que en medio de un pasillo alguien instaló un atril con un micro. Luego vieron de espaldas a la presidenta de la Comunidad de Madrid hablándole a una treintena de miembros de la prensa. “Normal. Este es su hospital”, decía con tono irónico una persona de plantilla que sospechaba desde el primer momento que iba a ser ella una vez más.

La presidenta Ayuso ha visitado por sexta vez en nueve meses el centro especial que creó para la pandemia de coronavirus. En esta ocasión el motivo era que empezaban a vacunarse otros grupos de trabajadores (médicos forenses, veterinarios o cuidadores de menores infractores). Es tan solo un pasito más en el largo proceso de vacunación, pero la asistencia de medios de comunicación reflejaba que era un asunto prioritario en la agenda del día.

“Muchísimas gracias a todos los medios de comunicación que se han acercado hoy hasta el Hospital Enfermera Isabel Zendal, un lugar de encuentro donde vamos a seguir con nuestra estrategia de vacunación”, ha dicho Ayuso delante de las cámaras, que bloqueaban por completo un pasillo. “Un hospital que como todo el mundo sabe es el orgullo de la Comunidad de Madrid”, ha continuado. Detrás, la plana mayor de la Consejería de Sanidad y una puerta por la que entraban los citados para vacunarse. Los camarógrafos grabaron luego varios pinchazos, una imagen bien conocida desde hace casi dos meses.

Ayuso vino por primera vez hasta este punto de la capital para hacerse la foto el 8 de junio cuando solo había una valla de obra y un terreno baldío. Ese día anunció que ese solar en el noroeste de la capital sería la ubicación, en Valdebebas, junto al “donut” del proyecto fracasado de Ciudad de la Justicia. Volvió el 7 de julio para supervisar el progreso de la obra y una vez más el 23 de octubre. Apareció de nuevo en un gran acto de “inauguración” el 1 de diciembre, a pesar de que el centro aún no estaba operando. El 18 de enero hizo una declaración para denunciar a los críticos que señalaban los sobrecostes, defectos o la orden de reclutación forzosa de sanitarios. El Zendal también es un tema frecuente en sus tuits. La presidenta ha tuiteado 30 veces sobre el centro sanitario, de un total de 742 tuits desde el 1 de mayo, según un análisis de este periódico. Desde el 30 de noviembre ha dedicado al centro 18 de sus 216 tuits.

Este martes era la primera vez de Ayuso en el pabellón tres, que se inauguró el 24 de enero. En este pabellón con 352 camas no había enfermos y nunca los ha habido. Como es probable que quede sin uso para curar, debido a que baja la curva de la pandemia, el Gobierno de Ayuso ha decidido emplearlo como centro de vacunación masiva. El objetivo en “próximos días” es vacunar en el Zendal a 3.000 profesionales de primera línea, ha añadido la presidenta. Después de su discurso se ha retirado del micro y ha dejado que las preguntas de la prensa las contestara su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.

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Cuando se marchaba Ayuso, una joven enfermera se ha acercado a ella para transmitirle un mensaje que consideraba importante. Le ha dicho que, a pesar de las polémicas, muchos sanitarios del Zendal defienden el centro. La enfermera relataba minutos después delante de varias compañeras que se intimidó un poco porque las cámaras de televisión se acercaron corriendo y le “cortaron el punto”. La presidenta le había respondido: “Gracias a vosotros por haber aguantado la presión mediática”. La enfermera aclaraba a sus compañeras que no es fan de Ayuso pero en este asunto la apoya. Lo contaba mientras otra enfermera movía la cabeza en señal de desaprobación, para dejar claro que no todos piensan así. “No nos hace nada de gracia que venga por aquí”, confesaban algunos que decían haber aguantado las formas durante el discurso.

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