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Muere el histórico sindicalista Rafael Pillado, que denunció a Navantia por no protegerle del amianto

El célebre luchador antifranquista destapó el drama de los obreros enfermos de asbestosis. Hace más de un año le detectaron un tumor provocado por este material que él manejó en los astilleros

Rafael Pillado amianto
Rafael Pillado, en diciembre de 2021 en Ferrol.óscar corral (EL PAÍS)
Sonia Vizoso

El histórico sindicalista ferrolano Rafael Pillado ha fallecido este lunes a los 80 años a causa del cáncer que le provocó el polvo de amianto que respiró durante años en el astillero de Navantia. La empresa pública fue condenada el pasado septiembre a indemnizarle con 128.000 euros por no haberle protegido adecuadamente de los efectos nocivos de este material. Pillado fue un reconocido luchador antifranquista, cofundador de CCOO y de la plataforma que defendió los derechos de los miles de trabajadores afectados por la asbestosis en Ferrol.

Vecino del barrio de Caranza y militante comunista, empezó a trabajar en el astillero de Bazán siendo casi un niño y allí desarrolló su carrera sindical. Fue uno de los detenidos en la manifestación de obreros de la factoría del 10 de marzo de 1972, en la que la policía franquista mató a tiros a dos de sus compañeros, Amador Rey y Daniel Niebla.

Pillado desveló a finales de 2021 que sufría un mesotelioma, un tumor muy agresivo, con una esperanza de vida de entre 12 y 21 meses, que la medicina vincula a exposiciones prolongadas al amianto. El sindicalista se veía así golpeado por la misma enfermedad que él había ayudado a destapar. A principios de 2000, denunció en la prensa local de Ferrol que los obreros de los astilleros estaban enfermando y muriendo por culpa de ese material al que él llamaba el “asesino silencioso”. Su lucha y el apoyo a los afectados le valió incluso problemas con sus camaradas. En una entrevista con este periódico, Pillado contó que el entonces responsable del comité de empresa de Bazán, compañero de Comisiones Obreras, lo acusó “de generar alarma social”.

“Mi enfermedad no va a ser clandestina. Voy a presentar una demanda contra Navantia [heredera de Bazán] y a convertir mi juicio en un juicio para desenmascarar a los responsables de llenar España de este asesino silencioso aprovechando la dictadura. Aunque se hayan muerto todos, tuvieron cómplices y los siguen teniendo”, anunció Pillado cuando le detectaron el cáncer. Él estaba convencido de que ya en los años ochenta la dirección de la antigua Bazán era consciente del daño que había producido este material cancerígeno en la salud de los obreros, pero optó por ocultarlo.

El juicio se celebró finalmente en septiembre pasado y Navantia ni siquiera se presentó. En la vista, Pillado recibió el efusivo apoyo de familiares y numerosos compañeros de fatigas, entre ellos la abogada laboralista Cristina Almeida. En septiembre del pasado año el Juzgado de lo Social número 2 de Ferrol admitió de manera parcial su reclamación y condenó a la compañía a indemnizarlo con 128.000 euros, una cantidad alejada de los 379.000 euros que él reclamaba. Su abogado afirmó que presentaría recurso.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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