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Tras los primeros pasos de la diputada más joven en el Congreso: “Pese a ser denostados, los de la generación Z somos muy reivindicativos”

La socialista Ada Santana Aguilera, con 25 años, es la primera parlamentaria posmilenial, y se estrena en el Parlamento con la vivienda, el feminismo y la educación como sus principales banderas

La diputada socialista Ada Santana, la más joven de la XV legislatura, posa en el patio del Congreso de los Diputados.
La diputada socialista Ada Santana, la más joven de la XV legislatura, posa en el patio del Congreso de los Diputados.Claudio Álvarez
Eliona Rakipaj

Ada Santana ha estado hasta altas horas de la noche en vela repitiendo una y otra vez una lista de nombres. Con 25 años, esta diputada socialista, licenciada en Derecho y nacida en Las Palmas, es la parlamentaria más joven salida de las urnas el 23-J, y, como tal, le ha correspondido ser la secretaria primera en la Mesa de edad que se conformó provisionalmente para dar inicio a la XV legislatura este jueves. Ha abierto la sesión leyendo con seguridad el decreto de disolución de las pasadas Cortes y los nombres de los diputados electos. “Sobre todo me preocupaban los apellidos de los diputados vascos”, confesaba después.

La sesión en el Congreso ha comenzado a las 10.00, y el primer paso ha consistido en la elección de la persona que presidirá el Parlamento, un cargo de gran relevancia política. Pero a las nueve de la mañana, cuando faltaba una hora para que comenzara la votación, la candidata socialista, Francina Armengol, no tenía los apoyos asegurados. Santana, sin embargo, estaba tranquila y era optimista respecto al resultado. “Creo que va a salir bien y va a ser elegida”, aseguraba, mientras consultaba su móvil. “Si hubiera ido mal, me habrían escrito algo desde la dirección del grupo parlamentario”.

La diputada socialista, Ada Santana, toma la palabra en calidad de secretaria primera de la Mesa de edad al ser la parlamentaria más joven.
La diputada socialista, Ada Santana, toma la palabra en calidad de secretaria primera de la Mesa de edad al ser la parlamentaria más joven. Claudio Álvarez

Con solo 25 años, la primera diputada de la generación Z —aquellos que han nacido entre 1997 y 2012— que entra en el Congreso, ya tiene un amplio currículum de pertenencia a organizaciones políticas. Desde el año pasado es la secretaria general de las Juventudes Socialistas de las Islas Canarias; fue presidenta de la Federación de Mujeres Jóvenes; también fue presidenta del consejo de estudiantes de su facultad.

Ya ha estado en la Cámara baja antes, como representante de la sociedad civil, pero confiesa que entrar como diputada es una experiencia completamente diferente. “Ahora siento que la responsabilidad es otra porque ya no represento solo a una organización civil, sino que represento a toda una provincia”, asegura.

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Estar en las listas de una organización como el PSOE a una edad tan joven “fue una mezcla de suerte e insistencia”, según cuenta ella misma. La idea de presentarse partió de la organización que preside, donde estaban convencidos de la importancia de tener a gente joven en puestos de salida para llegar al Congreso: “Di el paso porque pienso que los jóvenes estamos infrarrepresentados. Y es una cuestión democrática que estemos en el Congreso porque formamos parte de la sociedad”.

La legislatura que echa a andar cuenta con la media de edad más alta de la democracia: 50,2 años, el doble de los que tiene Santana. Desde su posición como parlamentaria, también quiere reivindicar a su generación, y animar a los jóvenes a que participen en política activamente. “Por mucho que nos hayan denostado, la generación Z en verdad somos muy reivindicativos. Hemos salido a protestar por los derechos feministas, o para luchar contra el cambio climático”, defiende.

Santana no procede de una familia con vínculos políticos; ella es la primera que ha dado este paso. “Al principio, mis padres no estaban muy convencidos porque querían que estudiara, pero cuando vieron que he terminado mi carrera y eso no me ha impedido compatibilizarlo con mis responsabilidades políticas, están más contentos”. Sus padres iban a asistir desde Las Palmas a la tribuna de invitados del Congreso para verla, pero en el último momento, su padre se puso enfermo.

La diputada con más edad del Congreso, Cristina Narbona (i), charla con la diputada más joven, Ada Santana (d).
La diputada con más edad del Congreso, Cristina Narbona (i), charla con la diputada más joven, Ada Santana (d). Claudio Álvarez

Descubrió su vocación política a una edad temprana. Durante los años que cursó la ESO ya se involucró en varios consejos de estudiantes. Con 18 años decidió afiliarse a las Juventudes Socialistas de Canarias. “Yo no sabía ni que existía la organización, tuve que buscarla por internet”, bromea. Le costó dar el paso para afiliarse formalmente a una organización, porque para ella la consciencia del compromiso vino antes que la del partido. La primera vez que se presentó en la sede de las Juventudes de su ciudad, en Las Palmas, salió corriendo. La segunda, fue su amiga la que tocó el timbre del local. “Yo no me atrevía porque nunca había tenido a una persona que me introdujera en política”, se lamenta.

Lo primero que le gustaría hacer como diputada es profundizar más en la actual ley de vivienda, aprobada en abril de este año. “Es uno de los temas más importantes ahora mismo, sobre todo para asegurar la emancipación de los jóvenes”. Especialmente le gustaría que se creara un gran parque público de viviendas en alquiler.

— Y si tuviera la oportunidad de ser ministra, ¿qué cartera le gustaría ocupar?

— Creo que para eso me falta mucho. Primero quiero disfrutar de mi estancia como diputada. Pero los temas que más me interesan son Feminismo y Educación.

La primera sesión de esta legislatura llega a su fin, y a las 14.04 toca acatar la Constitución para Santana. Después del “sí prometo”, vienen las fotos con el grupo parlamentario y más felicitaciones por parte de sus compañeros. Al salir del Congreso, la ya oficialmente diputada no rehúye ninguna de las preguntas de los periodistas que se acercan a ella. Parece sentirse muy cómoda en este ambiente. Asegura que la política no debe ser una profesión desde la que eternizarse, pero confiesa que ahora mismo es su gran pasión: “Me gustaría estar bastante tiempo”.

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