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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El manuscrito perdido de Blasco Ibáñez

El autor, representante de la familia de Francisco Sempere, editor del escritor valenciano, denuncia públicamente el presunto robo del guion de ‘Flor de mayo’ de la Biblioteca Valenciana

El escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez, en la terraza de su casa en El Cabanyal de Valencia, en una imagen sin datar, perteneciente al legado que custodia el Ayuntamiento.
El escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez, en la terraza de su casa en El Cabanyal de Valencia, en una imagen sin datar, perteneciente al legado que custodia el Ayuntamiento.AYUNTAMIENTO DE VALÈNCIA (Europa Press)

La historia es muy sencilla, en apariencia, y creo que debe ver la luz para conocimiento de todos: ha desaparecido un manuscrito de Vicente Blasco Ibáñez de la Biblioteca Valenciana. En concreto, el guion, escrito de puño y letra por el escritor, de Flor de Mayo. Desde ya mantengo que no hablaríamos de extravío o desubicación sino de robo. Voy a la prehistoria del suceso.

En el año 2001, con presidencia en el gobierno de la Generalitat Valenciana de Eduardo Zaplana, participé como intermediario de la familia Francisco Sempere i Masià (editor de Blasco) y la Biblioteca Valenciana, siendo por entonces su director José Luis Villacañas, en la “cesión” y “depósito” de determinados materiales de Vicente Blasco Ibáñez ligados a la familia Sempere. Uno de los miembros de familia Sempere, Consuelo Sempere Azzati (nieta del editor y sobrina del periodista Félix Azzati), había conservado centenares de cartas manuscritas, fotografías y diversos testimonios (una carta, por ejemplo, de Miguel de Unamuno, otras del diputado Luis Morote o del torero Mazzantini), entre los que se hallaba el manuscrito del guion mencionado en párrafos anteriores. Consuelo Sempere me pidió que los ingresara donde yo considerara que era el lugar adecuado. Pensé en la Biblioteca Valenciana.

La entrega, su depósito en la Biblioteca, se precisó a modo de contrato civil de comodato entre la Generalitat Valenciana y los herederos de la familia Sempere, con fecha de recepción de 13 de diciembre de 2001. Estampamos las correspondientes firmas de asunción, José Luis Villacañas, como director de la Biblioteca Valenciana, y yo, a manera de comodante.

El contrato, con nueve cláusulas y anexos, concreta que los fondos documentales incluyen 372 cartas manuscritas de Blasco dirigidas a su amigo Sempere, otra carta de los hijos de Blasco también dirigida a Sempere, copiadores de cartas, 20 fragmentos de cartas, 25 telegramas, fotografías, reproducciones testimoniales…y “1 manuscrito original de Flor de Mayo, novela cinematográfica de D. Vicente Blasco Ibáñez”, anexo seis del citado contrato. En el propio, se especifica que el traslado de materiales a la Biblioteca no devengará ningún tipo de importe ni contraprestación a la familia Sempere, por su naturaleza totalmente gratuita.

Eso es lo que quería la familia Sempere: no perseguía ninguna retribución, solo pretendía ceder a una entidad pública de rigor y proyección, como se suponía que era la recién creada Biblioteca Valenciana, esos materiales para permitir que científicos e investigadores tuvieran a su disposición documentos, algunos inéditos y otros no. En el año 1999 transcribí y publiqué el grueso de esas cartas. El guion cinematográfico no lo incluí en la edición, por interpretarlo ajeno a dicho corpus. Ahora me arrepiento, al menos tendríamos la constatación del original en libro.

¿Qué es lo que ha ocurrido? ¿Cómo se activó la primera señal de alarma? Fue Carlos Aimeur, periodista y doctorando de una tesis que le dirijo en torno al Blasco cineasta, quien me comentó que en la Biblioteca Valenciana no solo no se hallaba depositado el guion sino que allí se ignoraba dónde podía encontrarse. Concertamos entrevista meses atrás, entonces con la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, con presidencia de Ximo Puig en la Generalitat, por intentar dilucidar qué ha ocurrido con el guion en cuestión. Aclaro que fueron dos encuentros marcados por buenas intenciones por parte de los técnicos y de Amoraga, pero, desde esas citas, nada ni nadie ha logrado iluminar un ápice del misterio. Se dijo, incluso, que el referido manuscrito no llegó a registrarse en el correspondiente Libro de inventario o como se llame eso.

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Se denunció la pérdida al grupo de Patrimonio de la Policía de la Generalitat pero tampoco se obtuvo resultado alguno. ¿Se dio por cerrado el caso tras tres semanas de interés por el tema? A mí se me avisó desde la Unidad de Patrimonio para que aclarase algunos extremos del manuscrito (extensión, tipo de papel, cantidad de folios, tinta) y ya nunca más contactaron conmigo como representante de la familia Sempere.

Así hasta aquí, hasta hoy. Resulta alucinante que desde 2001 hasta 2023, el manuscrito de un escritor como Blasco Ibáñez, pertenencia de todos los valencianos, no fuera registrado en el correspondiente fondo de la Biblioteca, que nadie lo insertarse en su anaquel correspondiente. Alucinemos más: que alguien lo robara, sin mucho esfuerzo, y en la Biblioteca no se enteraran en veinte años de custodia, una custodia no ya mediocre sino una custodia inexistente. Motivo por el cual, la familia Sempere, visto lo visto, rescatará de la Biblioteca el resto de materiales y lo cederá a otro espacio, dado que “los comodantes podrán en cualquier momento recuperar la documentación depositada”, cláusula 8 del contrato.

Miguel Herráez es catedrático de Literatura Española y escritor.

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