Jijona tramita en la Unesco la celebración del Día Internacional del Turrón

La almendra marca el paso de Jijona (Alicante). Y, según los registros históricos, lo viene haciendo desde hace al menos 450 años, cuando aparecen los primeros documentos que demuestran la presencia del turrón en los mercados. Enclavado en las primeras estribaciones de la montaña alicantina, en este municipio de poco menos de 7.000 habitantes se cosecha la almendra en septiembre. Y desde el siglo XVI, se mezcla con clara de huevo, miel y azúcar en un proceso que culmina a principios de noviembre. Sus posteriores distribución y venta lo relacionaron directamente con la celebración de la Navidad, fechas en las que se consume el 85% de la producción total. Ahora, desde el Consejo Regulador de las Indicaciones Geográficas Protegidas de Jijona y Alicante se quiere homenajear a los primeros fabricantes que asociaron el turrón a la Navidad. Y para ello, han redactado una memoria con el fin de que la Unesco declare el 7 de noviembre Día Internacional del Turrón.

La propuesta ya tiene el apoyo de las instituciones y se encuentra en proceso de recogida de firmas. “Además del homenaje a los primeros turroneros”, explica Federico Moncunill, secretario general del consejo, “queremos dar visibilidad a un fenómeno mundial”.

La presencia en el calendario conmemorativo de la Unesco es el principal objetivo actual de una industria que transforma cada año unos nueve millones de kilos de almendra en 71 millones de tabletas de turrón y que da trabajo, solo en Jijona, a unas 1.300 personas, aproximadamente el 20% del censo municipal, según los datos del consejo regulador. De las 26 fábricas asociadas a la denominación de origen, salen 21 millones de los turrones clásicos: el duro, de Alicante, al que se le añade una fina oblea, y el blando, el de Jijona, sometido por los maestros turroneros a un proceso de prensado, calor y emulsión. Los otros 50 millones de pastillas se conocen como de obrador y añaden más ingredientes, como la yema o el chocolate. Este año también se ha abierto el debate sobre la procedencia de las almendras, si son de la Cuenca del Mediterránea.

Las rutinas agrícolas llevaron el turrón a las mesas navideñas, pero “su reputación” convirtió en indiscutible un dulce con un consumo “muy estacional”, asegura Moncunill. El 85% de la producción sale entre noviembre y los primeros días de enero. Un 13% se exporta a todo el mundo y el resto “se vende en zonas turísticas durante todo el año”, especialmente con la reciente apertura de “tiendas abiertas para la venta exclusiva de turrones y chocolates” en ciudades estratégicas de España, o se utiliza en la elaboración de “helados, galletas o yogures” de determinadas marcas o establecimientos que cuentan con el certificado del consejo.

Con un aumento del 10% de las cifras de exportación y con la campaña nacional “cuatro o cinco puntos por encima del año pasado”, la industria turronera recupera los datos de 2019, antes de la pandemia, y afronta la Navidad de 2022 “sin preocupación”. “Hasta hace unos días”, indica el directivo del consejo, “el calor ha paralizado la implantación temprana del producto” en los lineales de los supermercados, por lo que las ventas iniciales “han sido flojas”, reconoce. Sin embargo, “las ventas máximas se producen a partir de finales de noviembre” y, “afortunadamente, ya se ha normalizado el clima”, con lo que las expectativas son buenas. Además, los fabricantes se enfrentaron a ciertas “tensiones con la subida de precios de las materias primas, la energía, el transporte y el cartón”, aunque en las fechas en las que se recrudeció la tendencia inflacionista, “hacia abril o mayo, la industria ya se había aprovisionado”, con lo que “los empresarios intentan no repercutir el precio de venta al consumidor”.

”Estamos preparando una Ruta del Turrón de Jijona”, avanza El itinerario, previsto para 2023, se unirá al Museo del Turrón y a la Fira de Nadal (Feria de Navidad) que se celebra cada año. La almendra seguirá, así, marcando el paso de los jijonencos.