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El clúster cerámico fía su supervivencia a “ayudas urgentes” tras un “desfase” energético de 2.500 millones

Las ventas crecen un 17% y suman 5.700 millones por el traslado de costes al precio final, pero la producción registra una caída del 15%, la mayor en 20 años

Vicente Nomdedeu
El presidente de la patronal cerámica, Ascer, Vicente Nomdedeu.

Ayudas para revertir la factura energética hasta niveles que permitan a la industria cerámica cierto margen de competitividad y explorar la compra de gas en origen para seguir aminorando costes articulan las medidas a corto y medio plazo que reclama el clúster cerámico en un escenario complejo. “Estamos afrontando la peor coyuntura que recordamos, al menos yo, y llevo 28 años en esta casa”, ha indicado Vicente Nomdedeu, presidente de Ascer, la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos.

Su tono y gesto serios, compartidos por el resto del equipo directivo de la patronal cerámica durante el balance anual ofrecido este lunes en su sede en Castellón, son el escaparate de lo que parece depararle al sector -que genera uno de cada tres empleos en la provincia- el futuro más inmediato. “No esperamos que 2022 cierre con buenos datos, ni que el 2023 sea un buen año”, ha ratificado.

Las ventas de la industria cerámica, tanto exteriores como nacionales, alcanzarán este año los 5.700 millones de euros (4.300 millones en exportaciones y 1.400 en ventas domésticas), lo que supone un incremento previsto a cierre de ejercicio de entre el 15% y el 20%. Un crecimiento debido, no obstante, “al aumento de los precios por el auge de las tarifas energéticas, y que no es suficiente para salvar a las empresas”, ha advertido Nomdedeu. El cambio de tendencia, con el precio del gas como telón de fondo, lo marcan los datos de exportaciones en volumen de metros cuadrados y los de producción: ambos indicadores caen, sin precedentes en los últimos veinte años, en un 11% y un 15%, respectivamente, situándose en 440 y 500 millones de euros.

El precio del gas aprieta a una industria que hoy por hoy no tiene alternativa en otro sistema energético para alentar su producción. El gas natural es el único capaz de elevar hasta 1.200 grados de temperatura los hornos para dotar de resistencia y durabilidad al producto.

El sector cerámico, consumidor del 60% del gas en la Comunidad Valenciana y del 8% a nivel estatal, arrastra en este 2022 “un desfase” de 2.150 millones de euros de costes energéticos. “Por cada dos euros que facturamos, uno se destina a pagar energía, y así es imposible sacar adelante cualquier proyecto”, ha señalado Nomdedeu.

“Nuestra supervivencia va de que se pueda recortar esa factura energética”, especialmente la relativa al gas, que en 2021 sumaba 678 millones de euros y en este 2022 se sitúa en 2.216 millones de euros (un 214% más), ratifican desde la patronal. Y ello pasa por la articulación de ayudas “urgentes y de alcance” por parte del gobierno. Es la medida a corto plazo que reivindica la industria, que en un tono tan serio como crítico, ha lamentado la “falta de prisa” y “de voluntad” de la administración para inyectar fondos. “Muchos nos entienden, algunos nos escuchan y muy pocos pasan a la acción”, ha destacado el presidente de la patronal.

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Más de 400 empleos destruidos entre enero y octubre de 2022, y 71 ERTEs activos con 8.418 personas afectadas radiografían el momento crítico de la industria, que emplea directamente a 17.000 personas (y a 70.000 de manera indirecta) en la provincia de Castellón, que aglutina al 95% de las 102 empresas que integran el sector.

El presidente de la patronal ha defendido que el sector cerámico ha abogado siempre por la autofinanciación: “Nunca se ha pedido ayuda, salvo de forma puntual y a la Unión Europea por la crisis de 2012; no queremos ser un sector subvencionado porque quien lo es, tiende a morir”, pero la inyección que se reclama ahora es vital para afrontar un corto plazo que nos ahoga” y que no puede esperar al 29 de diciembre. Es esa la fecha en la que el Gobierno prevé aprobar un paquete de ayudas para paliar las consecuencias económicas y sociales por la guerra en Ucrania, y que incluye a la industria de gas intensiva, según el anuncio del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, en su visita a Valencia este fin de semana. “El 29 de diciembre es muy tarde, el tiempo está consumiendo la competitividad del sector”, ha apuntado Nomdedeu.

A medio plazo, la industria aboga por explorar la compra de gas en origen para abaratar costes. “Ir a buscar gas barato debería ser una obligación y un deber, y cuanto antes se haga menos falta harán las ayudas”, señalan desde la patronal. Estiman que, aun con toda la infraestructura necesaria para traerlo, el precio no rebasaría los 85 euros que se marca como límite para garantizar la competitividad.

Sobre el horizonte del largo plazo, la industria urge más margen de tiempo para los procesos de descarbonización. “Sin tener una alternativa al gas, es complicado. Estamos trabajando sobre varias líneas, la principal es la del horno de hidrógeno, pero esto implica años de pruebas. Parece que hablemos de hacer churros y chocolate, y en nuestro sector lleva tiempo”, ha concluido Nomdedeu.

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