Ciutat Vella inicia un proceso para “recuperar” el espacio público y mejorar a una década vista
El Ayuntamiento de Barcelona presenta un pacto en el que participan 180 entidades y del que deben salir actuaciones con calendario y presupuesto
El distrito de Ciutat Vella de Barcelona, el más céntrico, antiguo, presionado por el turismo, y con enormes retos sociales y urbanísticos en sus barrios (La Barceloneta, Gòtic, Sant Pere i Santa Caterina y Raval), inicia un proceso de reflexión y mejora en vistas a los próximos diez años. El Ayuntamiento de Barcelona ha lanzado este miércoles el Pacto de Ciutat Vella en un acto en el auditorio del conservatorio del Liceo capitaneado por el actual concejal del distrito, Albert Batlle, al que han asistido ex regidores socialistas del mismo distrito. “El pacto es un punto y seguido, un horizonte de esperanza y de futuro, que debe cambiar realidades palpables”, ha dicho Batlle, y que se hará “con diálogo pero con determinación”.
Batlle ha enumerado los retos que afronta el distrito: “La seguridad, la convivencia, la lucha contra la droga, el negocio del tráfico que contamina de forma criminal el día a día de los barrios, la situación del comercio y el monocultivo de oferta turística, las políticas de promoción cultural y equipamientos públicos, la emergencia habitacional, evitar la expulsión de nuestros barrios, el sinhogarismo”. “Ciutat Vella no puede ser el pozo sin fondo donde se abocan todas las problemáticas”, ha concluido y ha pedido complicidad a las 180 entidades y agentes económicos adheridos al pacto.
De salida, solo el presupuesto del distrito prevé inversiones en obras de 228 (de los que 225 son para obras nuevas o como las que ya están en marcha: Rambla o Via Laietana) y tres millones para proyectos sociales. El comisionado de Ciutat Vella, Ivan Pera, ha definido el pacto como “lo que queremos que sea Ciutat Vella en los próximos años, con un abordaje integral y estratégico”. Los ámbitos de trabajo serán “las personas, la economía, el espacio público y los vínculos entre vecinos”. El calendario que afronta pasa por debates en grupos de trabajo en otoño que harán “diagnosis de las necesidades y complejidad” del distrito, una segunda sesión plenaria y acordar un manifiesto. En primavera, ha continuado Pera, habrá nuevos grupos de trabajo que se centrarán en actuaciones concretas para llegar a junio con un plan estratégico de actuaciones y presupuesto. El proceso contará con un consejo asesor formado por entidades, ex concejales y ex gerentes del distrito.
El acto se ha celebrado con la protesta de un centenar de representantes de 30 entidades que ven el pacto como una “imposición” y entienden que “la alternativa es salud, vivienda y educación para todo el mundo”. Concejales independientes o de los comunes como Itziar González, Gala Pin o Jordi Rabasa han rechazado participar en la presentación. “Es un intento blanquear y legitimiar lo que por la vía de los hechos está siendo una imposición de nuevas políticas neoliberales, persecución de los grupos sociales más precarizados y enriquecimiento de unos pocos a costa de nuestras vidas y nuestros barrios”, afirman las entidades.
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