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El Sónar vuelve a reunir en Barcelona música, tecnología audiovisual y ciencia

La cita electrónica comienza este jueves para cerrarse cuando amanezca el domingo

Varias personas bailan en el escenario Sónar Club, en la edición de 2023.
Varias personas bailan en el escenario Sónar Club, en la edición de 2023.Albert Garcia

Sólo el Sónar se parece al Sónar, un festival donde las fronteras nunca han tenido sentido pese a que la exploración de las zonas de contacto entre géneros, estilos, ideas y temáticas es una de las cartas fundacionales del festival. Alimentado por un concepto vástago de la mutación de formatos, modelos y espacios, el festival ofrece su penúltima edición con la sede diurna afincada en Fira Montjuïc, desde donde se trasladará al Polígono Pedrosa en 2026 para mantenerse allí tres ediciones, quedando en incógnita su posible vuelta al recinto que ha sido su hogar diurno desde 2.013. En cualquier otro festival este detalle, no menor, supondría incertidumbre, en el Sónar es sólo una nueva posibilidad de mutar y de cambiar para seguir siendo el mismo. Una vez abandonado el entorno museístico del CCCB, que parecía su particular Vaticano, nada es imposible para este certamen, cuya primera edición nocturna tuvo lugar en la sala Apolo en 1994.

Pese a sus dimensiones, el Sónar sigue siendo un festival de escala humana cuya frondosa programación, que como se sabe no incluye sólo música, permite su seguimiento sin demasiados solapamientos que obliguen a dolorosas elecciones. Seis escenarios principales en el diurno y cuatro en los hangares del nocturno escalan ofertas para todos los gustos. Además, espacios como The Cube, situado en la Casa Batlló ofreciendo hasta el 31 de julio la instalación Music: Response de The Chemical Brothers, o el Pabellón Mies Van Der Rhoe, epicentro de Liquid Strata, una instalación que recrea la vida marina a mil metros de profundidad creada por el oceanógrafo Joan Llort y los artistas Entangled Others y Daphne X, reitera la vocación del festival de no enclaustrarse en sus espacios tradicionales. Al margen de este perfil de actividades, el Sónar sigue interesado en explorar la relación entre música y tecnología, vector que tiene forma tanto de charlas y debates como en espectáculos como Second Self protagonizado por Myriam Bleau y Nien Tzu Weng como reflexión artística sobre los espacios existentes entre la realidad y los mundos virtuales. Lo dicho, la exploración de las fronteras como espacios fértiles en un festival que apuesta por la porosidad. Y claro está, la Inteligencia Artificial, el caballo de batalla del siglo en curso, será otro de los grandes temas del Sónar +D.

ORIENTACIONES PRÁCTICAS

En cuanto a aspectos prácticos, cabe destacar que de nuevo se solapan parcialmente la programación diurna y nocturna del Sónar, exceptuando el jueves, día en el que sólo hay programación diurna entre 15:00 h y 00:00 h. Estos horarios se amplían incorporando las actividades del Sónar+D, que jueves y viernes arrancan a las 10:00 h mientras que el sábado lo hacen más tarde, a las 15:00 h. La entrada de público se cerrará media hora antes de la conclusión de las jornadas diurnas, una hora antes en las nocturnas. Por su parte, el Sónar Noche funcionará de 20:30 h a 07:00 h. Además del transporte público (autobuses y metro, con parada en Plaza Espanya para el Sónar Día y Europa Fira para el Sónar Noche), hay un servicio de lanzadera, Sónar Bus, entre 20:30 h y 23:30 h (2,50 e) que une ambos espacios. Para volver a Barcelona (plaza España) desde el Sónar Noche hay también disponible un servicio de autobuses entre las 03:00 h y las 08:00 h. Del Sónar diurno se puede salir y entrar, no así del nocturno, exceptuando público con abono VIP. En ningún espacio del festival se puede entrar con comida o bebida (exceptuando la destinada al consumo infantil), tampoco con animales, hay consigna para cascos y mochilas, no hay cajeros automáticos, se vende tabaco, se permite fumar sólo en espacios al aire libre y si no se conserva el vaso del 2023 se habrá de abonar un importe de 1,50 euros por el vaso de la actual edición. La entrada al festival está autorizada a todos los públicos, pero los menores de 16 años deberán ir acompañados y rellenar un formulario. Los menores de 6 años tienen la entrada gratuita. Si se detenta el Carnet Jove, el Bono Cultural o Cultura Jove, los jóvenes entre 18 y 30 años pueden verse favorecidos por descuentos en las entradas.

El Sónar 2024 en algunos nombres esenciales

Judeline: Llega desde Jerez y la comparan con Rosalía. Cierto es que alguna de sus canciones podrían formar parte del repertorio de la estrella. Punto. Música urbana con fondo flamenco y letras para ser leídas. Un nuevo talento. Jueves día. 
Sevdaliza: Nacida en Irán y criada en Países Bajos, donde reside, esta artista de magnético aspecto compone, canta, dirige vídeos y maneja Inteligencia Artificial. Su música tiene base en el trip-hop, pero lo adereza con otros estilos, también reggaetón. Incluso tiene algún tema cantado en farsi. Jueves día.
Verde Prato: Sola en escena, poderosa y delicada al tiempo, canta en euskera y ofrece una sutil hibridación entre folklore contemporáneo con apoyos electrónicos que no deja de ser una muy particular y heterodoxa visión de la música urbana actual sin manifiesta intención bailable. Viernes día.
Kelly Moran: El piano lleva inventado unos 300 años, pero esta multinstriumentista y compositora de Nueva York cree que su sonido puede ir más allá. Para su último disco, Moves In The Field, matrimonio de técnica y lirismo, usa un Disklavier (grosso modo una especie de pianola, pero digital). Viernes día.
Air: La electrónica ya tiene memoria, y de ella forma parte Moon Safari un plácido disco para flotar que nació en tiempos de sonidos turbulentos. Ha cumplido 25 años y sus autores, el dúo francés Air, lo recupera en directo a modo de homenaje. Viernes noche.
Jessie Ware: El Sónar es un festival dado a las divas de toda naturaleza. Este año le toca a Jessie Ware el papel de dama del hedonismo elegante con su mezcla de disco, funk y pop de los ochenta servidos con clase y una voz de mucho cuidado. Viernes noche
Kaytranada: Canadiense de origen haitiano es un artista bañado genéricamente por el funk. Su más reciente disco, Timeless, comienza así, funky, para con una pléyade de finos y finas vocalistas eleva una catedral de moderna música de baile. Viernes noche.
Vince Staples: Sus primeros discos, tiene 8, tenían la premura del barrio. En su último trabajo, Dark Times, hay groove para mover un petrolero y su voz, como cansada, nada enfática, exhibe melodía sobre variadas bases de estirpe electrónica preñada de disco, funk y soul. Hip-hop para los no hip-hoperos. Sábado noche.
Floating points: Bajo este nombre trabaja el productor, compositor y dj Samuel Shepherd, que hace tres años deslumbró con su disco junto a Pharoah Sanders y la London Symphony Orchestra. En poco se parece a Crush, su último trabajo, y menos aún a Del Oro, su reciente single. De la abstracción al club mediante sintetizadores modulares. Sábado noche.
Electrónica melódica: Dos caras. Por un lado Paul Kalkbrenner, de base techno, subidones rítmicos y voces que dan el toque pop a sus himnos de club (sábado noche). Por otro Ben Böhmer (viernes noche), más sutil y elegante, menos obvio, mueve al baile sin aspavientos rítmicos en un entorno acolchado.
Los reyes de la pista: Hay muchos este año, pero no se puede olvidar a Laurent Garnier bajo luz solar (viernes día) con su mezcla entre house y techno (él estuvo en Apolo en 1.994) y Richie Hawtin, bajo luz lunar y un nuevo espectáculo, DEX EFX X0X, perfecto para ver amanecer bajo su técnica de cirujano del sonido (viernes noche). Tampoco debe olvidarse a Charlotte De White, entre el trance y también con nuevo espectáculo, Overdrive (sábado noche) o el veterano de centenares de sesiones de house Danny Tenaglia (viernes noches).


Como sugerencias propias de un festival sorprendente, las voces no humanas, sí, Inteligencia Artificial, del disco Model de Lee Gamble coreografiadas por Candela Capitán con un diseño de luces ad-hoc (sábado día); la performance de seis horas de duración de Physis, obra de Tianzhuo Chen (firma como ASIANDOPEBOYS) en la que participan múltiples invitados (sábado tarde); el espectáculo de la artista experimental Aïsha Devi coreografiado por el reputado artista visual Emmanuel Biard (jueves día) y Laurel Halo con su jazz y más allá para piano de cola, sintetizadores y violoncelo (sábado día).


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