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Los ecologistas critican la reducción de los caudales ecológicos en la actual sequía: “Van a matar los ríos”

La Federación de Ecologistas de Cataluña asegura que el volumen de los ríos Llobregat, Ter y Muga van a descender un 93% de media

Imagen del pantano de Susqueda (Girona) a finales de diciembre, cuando se encontraba al 20% de su capacidad.
Imagen del pantano de Susqueda (Girona) a finales de diciembre, cuando se encontraba al 20% de su capacidad.Albert Garcia

Es cuestión de días que Cataluña declare la emergencia por escasez de agua y se activen las restricciones más duras contempladas en el Plan Especial de Sequía (PES) de la Generalitat. Entre estas limitaciones se encuentra la disminución del volumen de agua que baja por algunos de los ríos del territorio. La Federación de Ecologistas de Cataluña califica de “unilateral” la reducción de los caudales ecológicos de los ríos Llobregat, Ter y Muga aprobada el pasado martes por el Govern. “Es una bajada desproporcionada. Van a matar los ríos”, afirma Joan Vàzquez, portavoz de los ecologistas.

El caudal ecológico es la cantidad de agua que circula por un río que permite mantener la vida de la fauna y la vegetación, es decir, conservar la biodiversidad. El Govern reducirá de 500 a 250 litros por segundo el caudal del Llobregat; de 2.000 a 600 el del Ter; y de 135 a 40 el del Muga. Todas las bajadas se realizarán en las desembocaduras de los ríos. Según la federación ecologista, estas reducciones suponen un 93% de media del volumen de los ríos y tendrá consecuencias “muy graves” en la pérdida de la calidad del agua y en las comunidades biológicas. La Agencia Catalana del Agua (ACA) estableció en su plan de gestión de las cuencas fluviales de 2016/2021 que los volúmenes serían de 4.300 litros por segundo en el Llobregat; de 5.500 en el Ter; y de 1.200 en el Muga.

Aunque el Govern pretende desembalsar grandes cantidades de agua dos veces a la semana para preservar los caudales, Vàzquez explica por teléfono que no serán de mucha utilidad. “Las especies y los ríos necesitan un caudal constante. Los flujos laterales se secarán y el central también acabará haciéndolo”, detalla el portavoz de la federación. “Han decidido estas cantidades sin consultar con la comunidad científica y de un día para otro”, destaca Vàzquez, quien también asegura que estos recortes confrontan con la ley de aguas vigente, que considera prioritarios los caudales ecológicos sobre el resto de los usos. No obstante, el Plan Especial de Sequía, diseñado en 2020, antepone el consumo humano. Por eso la plataforma estudiará elevar esta medida a la Fiscalía de Medio Ambiente. “Queremos que se haga una revisión de la planificación desde un punto de vista global de las cuencas hidrográficas internas”, explica el portavoz.

La Federación ha emitido un comunicado en el que, además de solicitar la conservación de los caudales ecológicos, “fundamentales a lo largo de toda la cuenca de la que depende una importante actividad económica”, piden la reconversión de los regadíos actuales a secano; la adecuación de los cultivos existentes hacia otros menos demandantes de agua, y el cierre de las macrogranjas durante la declaración de emergencia. La organización propone también la reducción de la actividad de plantas embotelladoras y la aplicación de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en el mismo periodo en todas las plantas embotelladoras. Según los ecologistas, estas compañías “captan aguas de las cuencas internas y utilizan aproximadamente cinco millones de metros cúbicos, que es lo mismo que consume Barcelona en un año”.

Sin embargo, estas compañías siempre han alegado que el agua que extraen proviene de fuentes subterráneas que no dependen de las cuencas hidrográficas internas. La Generalitat fija unas cantidades máximas anuales que las embotelladores nunca llegan a alcanzar, según la Asociación Catalana de Envasadores de Agua (ACEA). En 2022, extrajeron alrededor de 1.800 millones de litros, lo que equivale al consumo de agua de los embalses de toda la población en un solo día. O, lo que es lo mismo, el 0,03% de las reservas de agua subterránea de Cataluña.

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