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Sin dinero para pagar el aire acondicionado en plena ola de calor: “He pasado mis vacaciones en un refugio climático”

Las altas temperaturas destapan las carencias de las zonas vulnerables de Barcelona, donde los vecinos renuncian a encender sus dispositivos por el coste energético

Una familia se refugia del calor en el vestíbulo del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, este jueves.Vídeo: EPV
Bernat Coll

El aire acondicionado de casa de Marialys dejó de utilizarse cuando llegó la primera factura de la luz. Demasiado caro. “Tuve que pagar más de 100 euros adicionales en la factura de la luz”, dice la mujer. No lo ha vuelto a poner en marcha en todo el verano, incluso durante las ola de calor de los últimos días en la que Barcelona no bajó de los 29,5 grados en un día entero y alcanzó el miércoles los 38,5, el segundo registro más alto desde que hay datos. “Es demasiado caro para nosotros”, admite esta filipina de unos 40 años.

Vive con su marido y sus dos hijos pequeños en un entresuelo del Raval de Barcelona por el que pagan 700 euros, suministros aparte, pero el calor les ha echado de casa. Apenas corre el aire, dice, los niños se quejan y la convivencia es compleja. “En casa lloran porque tienen calor. Prefiero que estén en la calle y que puedan jugar fuera”, explica en inglés. Cada día hacen el mismo plan: por la mañana van a un parque donde no da el sol hasta que regresan a casa para comer. Y de tres a seis de la tarde van al vestíbulo del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), convertido en refugio climático, donde el termómetro marca en el interior 25 grados, 10 menos que en el exterior. “Hemos hecho esto de lunes a domingo”, remarca Marialys, que este agosto tiene vacaciones de su trabajo como asistenta en una casa de Lesseps, una de las zonas acomodadas de la ciudad. “He pasado mis vacaciones en un refugio climático”, lamenta.

Barcelona ha habilitado 227 refugios climáticos (piscinas, gimnasios, museos, bibliotecas, etc) durante el verano, pero en algunos días de agosto solo estuvieron abiertos un centenar, según avanzó ACN. “En 2022 ya denunciamos que los refugios son una tomadura de pelo porque de los 202 anunciados estaban activos 67″, ha tuiteado este jueves Elisenda Alamany, regidora por ERC en el Ayuntamiento, haciéndose eco de esta información. Las concejales de TriasxBCN, Neus Munté y Titon Laïlla, se han sumado a la crítica al tildar de “insuficiente y extremadamente rígida” la reacción del Gobierno de Jaume Collboni a la ola de calor. El equipo de Collboni ha desactivado la fase de alerta diurna del Plan Calor, dado que no se prevén temperaturas por encima de los 33 grados los próximos días, y mantiene la fase de emergencia por noches tórridas que se activó este lunes por la previsión de temperaturas elevadas. El fin de semana se esperan lluvias intensas en buena parte de Catalunya.

Los trabajadores de los refugios admiten que los usuarios que utilizan este recurso son muchas veces los mismos. “Son vecinos del barrio y acostumbran a pasar mucho rato aquí”, admite un empleado del Macba, que también ofrece un espacio de confort ante el calor. El perfil habitual suele ser el de una familia con niños, explica el profesional, o el de turistas que se adentran para descansar y avituallarse.

Marialys ha estrechado vínculos con otros usuarios de tanto ir y volver. “Nos vamos conociendo de coincidir aquí”, comparte. Una familia les recomendó otro espacio cercano y la mujer dice que ya lo ha utilizado. El más cómodo para ella y sus pequeños, sin embargo, es el CCCB. Este jueves sus hijos y otros dos sobrinos corretean por el vestíbulo y otra anciana de la familia duerme en una de las tumbonas dispuestas por el centro. Descansa con los pies descalzos y ni se inmuta con el paso de los visitantes; mientras que Marialys se entretiene mirando el móvil. “Atenta con tu hermano”, le pide en tagalo a su hija mayor, que le busca con la mirada y le atiende para que deje de llorar.

Los expertos sanitarios alertan que la pobreza energética es proporcional al aumento de los problemas de salud en aquellas zonas especialmente vulnerables como el Raval, con una renta media muy por debajo de la media de Barcelona. “Hay personas mayores que viven en edificios sin ascensor, que no tienen aire acondicionado y que no pueden ir a los refugios”, avisa Antonia Raya, enfermera del Centre d’Atenció Primària (CAP) Raval Nord. “Ahora observamos más infecciones de orina, taquicardias, mareos... sobre todo en la gente que permanece en sus domicilios y que no sale por el calor”, insiste.

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El Departamento de Salud tiene activo el plan POCS (Plan Operativo contra los efectos del Calor en la Salud) con el que contacta telefónicamente con los usuarios más vulnerables a estas situaciones. Su implementación se avanzó casi dos meses y se puso en marcha en abril, pero Raya pide más recursos logísticos: “Hay que ir más allá, asegurar ventiladores y horas de cuidadores para gente mayor”.

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Sobre la firma

Bernat Coll
Periodista centrado actualmente en la información sanitaria. Trabaja en la delegación de Catalunya, donde inició su carrera en la sección de Deportes. Colabora en las transmisiones deportivas de Catalunya Ràdio y es profesor del Máster de Periodismo Deportivo de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.

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