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Trece muertos en un mes: el inicio de verano más mortal de los últimos 10 años en las playas de Cataluña

Protección Civil atribuye el número de víctimas a la combinación de altas temperaturas, escaso viento y oleaje

Playa del Fòrum
Torre de salvaguarda en la playa del Fòrum, en Sant Adrià, en junio.Gianluca Battista
Bernat Coll

Cataluña acumula 13 muertes en las playas en un mes, la mayor cifra a estas alturas de temporada desde 2013, tras unas semanas marcadas por el fuerte calor y el oleaje del mar. “Han coincidido muchos días que invitaban a ir a la playa, con mucho calor y sin viento, pero con oleaje, que lo complica todo”, apunta Montse Font, responsable del servicio de gestión de emergencia de Protección Civil. La combinación es peligrosa, entiende Font, porque a más bañistas, más riesgo de incidentes. “Cuando hace viento, la gente se baña menos, pero esta vez no lo había”. La edad media de las víctimas es de 68 años.

A pesar de la imposibilidad de generalizar, existen dos escenarios habituales: ahogados con el mar calmado y bandera verde, vinculados a personas mayores; y ahogados con bandera amarilla o roja, donde las corrientes marinas y las olas entran en escena. Los primeros casos, explica Font, se entienden como los “ahogados silenciosos”. Aquellas personas de edad avanzada que hace años que nadan y tienen el hábito de echarse al agua solos, pero que sufren un mareo, un desmayo o un ataque al corazón que son fatales en el agua. “Muchos se descompensan en el mar y se ahogan, pero si estuvieran en tierra firme se podrían recuperar porque seguirían respirando y se les podría atender”, dice Font. Las cinco víctimas registradas con bandera verde esta temporada, tenían entre 74 y 83 años. “A estas edades no tienen que nadar solos”, pide. Los segundos casos responden a condiciones climáticas adversas, como ocurrió el fin de semana pasado, cuando murieron cuatro personas de entre 32 y 65 años con bandera amarilla y roja.

Los expertos alertan de los riesgos de sufrir un percance en el agua especialmente en personas de edad avanzada

El perfil de las víctimas cambia en las piscinas, donde el peligro reside en jóvenes y niños. A lo largo de este verano, los servicios de emergencias han atendido a 16 heridos catalogados entre menos grave y críticos, de los cuales 15 eran menores de edad. “Y la mayoría eran niños de entre dos y cuatro años”, apuntan desde Protecció Civil. “Hay que estar a una distancia máxima de un brazo”, pide Font.

¿Qué debe hacerse para atender a una persona que se está ahogando? “Hay dos fases”, responde Xavi Rico, jefe territorial del Servicio de Emergencias Médicas (SEM) del área Metropolitana Sur. Rico diferencia la parte de extracción del agua y la de atención médica. “Lo primero es evitar exponerse al riesgo cuando se salta al agua a rescatar a alguien porque si no en vez de tener un ahogado, tendremos dos”, resume Rico, que recomienda inicialmente “mantener la calma” y dar “directrices” a la persona que está en el agua para que gane estabilidad, como ponerse cara arriba y nadar hacia atrás con los pies. “Y si le asistimos en el agua, tenemos que abordarlo por detrás y cogerlo por debajo de las axilas para arrastrarlo hacia afuera”.

Una vez afuera, es esencial iniciar las maniobras de reanimación “de forma precoz”: compresiones torácicas poniendo las manos en el pecho de la víctima hasta que recupere signos vitales. La maniobra pretende que el corazón vuelva a latir y garantizar la circulación de oxígeno. Nada de boca a boca, dice Rico. “Las compresiones es la maniobra que más salva vidas”, subraya el jefe del SEM, que admite la dificultad de aplicarlas en la vida real: “Muchas personas han practicado con un maniquí, pero se bloquean cuando ven un caso real”.

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Los socorristas son parte esencial no solo en la reanimación, sino también en la prevención. Son los encargados de instar a los bañistas a cumplir las normas, especialmente en aquellos días de mala mar. " El día que hay bandera amarilla o roja intervienen constantemente, y advierten de las corrientes o la peligrosidad de los espigones”, agradece Font, que contabiliza unos 200 rescates acuáticos por temporada. “Sin los socorristas, tendríamos 225 muertos, no 25″. La media de víctimas durante la temporada de baño, prevista entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, es de 22 ahogados en la playa desde 2012.

Protecció Civil y la Federación Catalana de Salvamento y Socorrismo (FCSS) ultiman un estudio sobre la demanda de socorristas en el litoral catalán y saber si las playas están suficientemente protegidas. “Los primeros resultados indican inicialmente que existen socorristas suficientes, pero la duda es si todos están activos porque es un oficio que tiene una temporada alta durante pocos meses y algunos lo dejan”, plantea Font.

Frederic Tortosa presidente de la FCSS, en todo caso, señala la falta de cultura acuática para comprender los problemas en el mar o en la piscina. Pide introducir el entorno acuático en las escuelas para saber cómo interactuar en este medio. “Del mismo modo que enseñamos a un niño qué hacer cuando tiene una herida, tenemos que enseñarle los riesgos de las medusas, de un erizo o de una lipotimia”, reclama.

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Sobre la firma

Bernat Coll
Periodista centrado actualmente en la información sanitaria. Trabaja en la delegación de Catalunya, donde inició su carrera en la sección de Deportes. Colabora en las transmisiones deportivas de Catalunya Ràdio y es profesor del Máster de Periodismo Deportivo de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.

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