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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Patriotismo y corrupción

Jordi Turull, que acompañó a Laura Borràs a las puertas del juzgado, y había acompañado a Daniel Osàcar y Oriol Pujol, que después fueron condenados

Jordi Turull, a la derecha, y Oriol Pujol, el segundo por la izquierda, acompañando a Daniel Osàcar a declarar ante la justicia, en 2011.
Jordi Turull, a la derecha, y Oriol Pujol, el segundo por la izquierda, acompañando a Daniel Osàcar a declarar ante la justicia, en 2011.EL PAÍS
Albert Branchadell

El pasado viernes el secretario de Junts per Catalunya, Jordi Turull, encabezó la comitiva del partido que acompañó a Laura Borràs hasta las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, donde iba a tener lugar la primera sesión del juicio contra la expresidenta del Parlament, acusada de prevaricación y de falsedad documental. La petición de penas no es moco de pavo: seis de cárcel, 21 años de inhabilitación y 144.000 euros de multa.

Era la primera vez que Borràs se encontraba en semejante trance, pero el rol de Turull como acompañante no es precisamente nuevo. En un lejano 15 de abril de 2011, Jordi Turull, entonces portavoz de CiU en el Parlament, y Oriol Pujol, como secretario general adjunto de CDC, acompañaron a Daniel Osàcar, extesorero del partido, a la puerta del juzgado donde debía declarar como imputado por el presunto pago de comisiones de Ferrovial a Convergencia a través del Palau de la Música. Aquel día el abogado de Osàcar lo tildó de “patriota” y de “buena persona”, unos calificativos que no fueron suficientes para impedir que el “Daniel” de la documentación incautada en el Palau terminara siendo condenado a tres años y medio de cárcel nada más y nada menos que por malversación de fondos públicos, apropiación indebida, tráfico de influencias, falsificación en documento mercantil, falsedad contable y blanqueo de capitales. A raíz de esa condena, Osàcar ingresó en la cárcel de Brians 2 el 25 de junio de 2020.

El 16 de abril de 2013 Turull, todavía portavoz de CiU en el Parlament, realizó otro acompañamiento al TSJC. Esta vez el acompañado era el mismísimo Oriol Pujol que había escoltado a Osàcar dos años antes. (Existe una famosa foto, que recuerda poderosamente una secuencia de Reservoir dogs, en la que Pujol aparece flanqueado por Francesc Sánchez, Josep Rull, Jordi Turull i Lluís Corominas). Al día siguiente, Turull hizo unas declaraciones en El matí de Catalunya Ràdio que no resultaron ser exactamente proféticas: reiteró su confianza en la honestidad de Pujol y se mostró convencido de que le retirarían la imputación. Tras un segundo acompañamiento el 30 de abril de 2014, la verdad es que ni la confianza ni la convicción de Turull sirvieron para impedir que Pujol acabara reconociendo ante Fiscalía los delitos de cohecho, falsedad documental y tráfico de influencias y aceptando una pena de dos años y medio de cárcel y una multa de 76.000 euros. Tras ese pacto, el único hijo de Jordi Pujol dedicado a la política ingresó en Brians 2 el 17 de enero de 2019.

Viendo como acabaron los anteriores acompañados de Turull, la acompañada Laura Borràs ya puede echarse a temblar. La conclusión de todo esto solo puede ser una de dos: o bien Turull es un gafe compulsivo y provoca la condena de todo aquel al que acompaña a los juzgados o bien hay algo en el gen convergente que hace compatible el más estricto patriotismo –¿acaso no es Borràs una buena patriota?– con la más burda corrupción.

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