Un juzgado investiga la muerte de Albert Solà, el hombre que aseguraba ser hijo de Juan Carlos I

El juzgado de primera instancia e instrucción 3 de la Bisbal d’Empordà (Girona) investiga la muerte de Albert Solà, el hombre que aseguraba ser hijo del rey emérito. Solà, de 66 años, se desplomó la noche del sábado en el bar al que acudía a diario a tomar algo cuando salía de su trabajo como camarero. La muerte se debió a un ataque al corazón, según los primos análisis que se han llevado a cabo. La apertura de un proceso judicial, que incluye la autopsia al cadáver, es habitual en los casos donde las circunstancias de la muerte son atípicas, como fallecer en un bar, pero todo apunta a que se trata de una muerte natural. El Supremo no aceptó la demanda de paternidad de Solà contra el rey emérito, en 2015.

Solà murió pasadas las diez de la noche del sábado, en el bar Pa i Trago del municipio gerundense. Allí acudía asiduamente al salir del trabajo como camarero. Se pidió una copa de vino, y cuando iba de camino a la mesa donde le esperaba su amigo, se desplomó. “No le dio tiempo a probarla”, contó una empleada del local a este diario. Su amigo intentó reanimarlo mientras llegaba una ambulancia, pero finalmente murió. El caso se judicializó para poder llevarle a cabo la autopsia, y una vez se tengan todos los resultados definitivos lo previsible es que se archive.

En la Bisbal, Solà era un hombre conocido. Su batalla para que el rey emérito, Juan Carlos I, le reconociese como hijo había dado la vuelta al mundo e incluso estaba prevista su participación en un programa de Telecinco ¿Quién es mi padre?, que, según la cadena, se emitirá en las próximas semanas. Tras un periplo judicial, la demanda de paternidad contra Juan Carlos I acabó en 2015, perdida la inmunidad del rey emérito, en el Tribunal Supremo, que no la aceptó. Los magistrados consideraron que faltaba una prueba de ADN, había inconsistencias y que se ocultaban datos. Posteriormente recurrió al Constitucional, que tampoco aceptó su solicitud.

En 2019, el hombre decidió finalmente contar su historia en El Monarca de La Bisbal (Ediciones B). A pesar de los reveses judiciales, Solà sostuvo siempre que era hijo del rey Juan Carlos I, su primogénito, y por tanto el heredero al trono. Uno de los elementos que blandió en diversas ocasiones fue un perfil genético que llevó a cabo con una mujer belga, Ingrid Sartiau, que también demandó al Rey para demostrar que era su padre. Sartiau se puso en contacto con un reputado genetista belga, Jean-Jacques Cassiman, y le proporcionó análisis suyos y de Solà para determinar el parentesco. Los primeros resultados arrojaban una probabilidad del 91%, según contó a este diario Cassiman. Pero posteriormente, Cassiman aseguró que había recibido una nueva muestra de Solà que demostraba que no eran hermanos. “Ella recibió esa información a finales de 2012, pero no la ha querido comunicar públicamente”, indicó entonces el genetista.

Solà, nacido en Barcelona en 1956, fue criado por una familia adoptiva. En su demanda, defendió que don Juan Carlos mantuvo una relación con su madre biológicas, Anna María Bach Ramon, antes de ser proclamado Rey.

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