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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Política de la teatralidad o efectiva

La incapacidad para concretar transformaciones está llevando a Junts y ERC a tomar caminos diferentes

Govern de Cataluña
El secretario general de Junts, Jordi Turull y la presidenta de Junts, Laura Borràs, durante la rueda de prensa en la que anunciaron la salida de Junts del Govern.David Zorrakino (Europa Press)
Jordi Mir

¿Qué les queda por hacer a partidos y gobiernos que no consiguen solucionar problemas? Teatralidad. La política de la teatralidad. Christian Salmon, estudioso de la comunicación, miembro del Centro de Investigaciones sobre las Artes y el Lenguaje del Centre National de la Recherche Scientifique que lleva años estudiando la política y la comunicación contemporánea llega a esta conclusión. Una de las obras que le llevó a la popularidad fue Storytelling. La maquina de fabricar historias y formatear mentes. Tiene otras. Salmon analiza y teoriza sobre el uso y el abuso del relato en la política, también del enfrentamiento, la teatralidad… Todo eso lo vivimos también en Cataluña.

La crisis del Govern de la Generalitat está llena de política de la teatralidad, intento de imposición del relato, enfrentamiento entre sectores. Salmon considera que la teatralización de la política tiene su origen en el efecto combinado de la imposición de políticas neoliberales y la revolución de las tecnologías de la información y la comunicación. A medida que partidos y gobiernos asumen que se reduce su ámbito de actuación y soberanía para ejecutar políticas, optan por la teatralidad. A medida que los partidos y gobiernos asumen que el terreno de actuación es internet, las redes sociales, la información y la movilización constante, optan por la teatralidad.

El procés independentista tal y como lo conocemos puede ser analizado e interpretado como una alternativa a la política que había renunciado a enfrentarse a algunos de los grandes retos que tiene la sociedad catalana. Como también lo son las movilizaciones que asociamos al 15M y sus mutaciones que llegan a la política institucional. Ante las crisis del inicio de la segunda década del siglo XXI y la incapacidad de la política para ofrecer respuestas, el independentismo y el 15M se construyeron como alternativas. Una década después, quedémonos ahora en el procés: su incapacidad para concretar transformaciones está llevando a Junts y ERC a tomar caminos diferentes.

ERC ha ido evolucionando hacia un discurso consciente de las limitaciones y de la necesidad de aumentar apoyos mediante el convencimiento para ganar la posibilidad de conseguir un proceso de autodeterminación con reconocimiento internacional. Junts sigue con un relato nada concreto basado en la determinación a hacer la independencia, cosa que no hizo en los años que gobernó tras el 1 de octubre de 2017. Y mientras tanto, la lucha por el poder no descansa.

¿Y la política efectiva? Esa es la que seguirá buscando una parte importante de la ciudadanía cuando deje de confundirla con la política de la teatralidad. Una política que trabaje para hacer posibles las políticas que cada cual pueda anhelar asumiendo las dificultades existentes para conseguirlo. No importa si hablamos de independencia, derecho a la vivienda, acabar con la precariedad laboral, mitigar la emergencia climática… Cuando nos preguntemos por el voto mayoritario a posiciones que no compartimos o entendemos pensemos en cómo se busca una posible efectividad que no se ve en otros proyectos e intentemos no responder con mayor teatralidad.

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