Aragonès y Junts intentan un acercamiento ‘in extremis’ que evite la ruptura del Gobierno catalán

La crisis que amenaza cada vez con más fuerza con romper el Gobierno catalán se mantiene abierta tras la reunión de última hora que este domingo han mantenido el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès con el secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull. Ambos han intentado explorar los márgenes para reconducir la crisis de la coalición después que Junts se hubiese puesto este domingo como plazo para intentar pactar una salida antes de consultar a su militancia sobre una eventual salida del Govern. Durante el fin de semana Aragonès ya ha dejado claro que no aceptaba las medidas del documento que Junts le envió el pasado viernes, como la puesta en marcha de un mecanismo de coordinación del secesionismo, tal y como figura en su pacto de legislatura. El presidente tampoco acepta la petición de Junts de readmitir en su Ejecutivo al vicepresidente Jordi Puigneró, destituido la semana pasada.

Los entornos de ambas partes confirman el encuentro de los dos líderes de este domingo, que se hizo de una manera discreta y evitando añadir más ruido en un momento muy complicado en la relación entre los socios. No ha trascendido que haya algún acuerdo o avance. “De momento todo sigue igual”, aseguran voces del Palau de la Generalitat. La voluntad de diálogo, incluso con el reloj en contra, sigue. “Conversaciones, las que toquen”, insisten. El encuentro ha sido encajado entre los dos actos de agenda que tenían los dos líderes: Aragonès ha participado en el Concurso de Castells de Tarragona y Turull en un acto de partido, en Solsona (Lleida). Desde ambos lados insisten en que no hay otra cita programada, pero tampoco se le descarta.

Turull, el día que había anunciado que presentaría la propuesta, explicó que su contenido no se haría público para proteger el estrecho margen de maniobra en las negociaciones. De ahí que al exconsejero de Presidència verbalizara su enfado porque hayan trascendido algunos detalles (que no el documento completo) a los medios. Pequeños choques de cara a aclarar el futuro de la coalición de Govern. Técnicamente, si hay un acuerdo sobre la propuesta de Junts, se retiraba la idea de que Aragonès se sometiera a una moción de confianza. El hecho de que se hiciera ese planteamiento en sede parlamentaria, sin avisarle previamente al president, fue lo que le ha costado la cabeza a Puigneró.

La reunión entre el jefe del Govern y el número dos de Laura Borràs en el partido socio de ERC también se produce justo en la víspera de que la cúpula de Junts se reúna para cerrar los detalles de la consulta del próximo jueves y viernes. Esos dos días, los militantes votarán la permanencia o no en la coalición con los republicanos, según explicaron los propios Borràs y Turull el pasado jueves. Se trata de una propuesta de la propia presidenta del partido, antes del verano, y que terminó siendo incluida en la ponencia política que se aprobó en julio pasado. En una ejecutiva que se prevé larga y tensa, se tendrá que pactar cuál será el formato de la pregunta. La decisión de que sea la militancia la que vote técnicamente da margen adicional para poder evitar el divorcio los socios, pero ya el propio Aragonès ha insistido que si no llega una decisión en breve, será él quien tome las decisiones.

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