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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Proteger a los más vulnerables

Aunque hayamos pasado a una etapa de transición, no debemos perder de vista, como dice la OMS, que la pandemia no ha acabado

Una imagen del punto de vacunacion masivo, el 24 de febrero, dos años después de detectarse el primer caso de covid en Cataluña.
Una imagen del punto de vacunacion masivo, el 24 de febrero, dos años después de detectarse el primer caso de covid en Cataluña.Albert Garcia (EL PAÍS)
Magda Campins

Estamos entrando en una nueva fase de la pandemia. Desde hace ocho semanas, todos los indicadores epidemiológicos muestran una clara tendencia a la mejora, con una cifra de contagios cada vez más baja y, sobre todo, con menos pacientes ingresados en los hospitales y menos muertes. Este hecho, junto a la alta cobertura vacunal alcanzada en nuestro país, la inmunidad natural generada por el elevado número de infecciones que se han producido en esta sexta ola, y que la variante Ómicron produce formas clínicas mas leves, justifican un cambio de estrategia, al igual que se está haciendo en muchos países de nuestro entorno. En Cataluña se estima que actualmente la inmunidad poblacional es del 86,6%.

Desde el lunes, las personas con covid-19 asintomáticas o con síntomas leves no es imprescindible que hagan aislamiento, aunque se recomienda que mantengan las medidas de prevención, como reducir la interacción social, utilizar mascarilla y evitar el contacto con personas vulnerables. Además, sólo se realizarán pruebas diagnósticas (PCR o tests de antígeno) a las personas con signos o síntomas de infección grave, personas vulnerables y a los trabajadores sanitarios o de ámbitos donde hay personas vulnerables. Tampoco serán necesarias medidas específicas de control en el ámbito escolar. El objetivo de esta nueva estrategia de vigilancia y control de la covid-19 es recuperar el normal funcionamiento de los centros asistenciales y reducir el impacto social que ha generado esta pandemia. No obstante, esto tiene un riesgo que hay que controlar al máximo: las personas vulnerables.

¿Quiénes son las personas más vulnerables? Aquellas de edad igual o superior a 60 años, las personas inmunodeprimidas (trasplantados, pacientes que reciben quimioterapia o tratamiento inmunosupresor y personas con inmunodeficiencias primarias), personas con síndrome de Down mayores de 40 años y las embarazadas. Estos son los grupos de población que, en caso de infectarse, presentan un riesgo más elevado de enfermar gravemente y de hospitalización.

¿Qué medidas deben seguir adoptando de forma estricta estas personas para estar protegidas? En primer lugar y muy importante, la vacunación, con las dosis adicionales o dosis de recuerdo recomendadas en cada caso (cuatro dosis en el caso de las personas inmunodeprimidas de edad igual o superior a 12 años). El uso de mascarillas, preferiblemente de tipo FFP2, en lugares interiores y también en exteriores cuando haya una gran concentración de personas, y evitar los lugares mal ventilados. Evitar el contacto con personas infectadas o con síntomas.

Es importante también, insistir en la necesidad de acudir a su centro de atención primaria de forma precoz ante la presencia de algún síntoma compatible con la covid-19, aunque sea muy leve. Actualmente se dispone ya de fármacos, que administrados en los primeros días del inicio de los síntomas, son eficaces para evitar la progresión a formas graves de la enfermedad.

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Además, la investigación científica sigue su curso. Es probable que en un futuro próximo tengamos vacunas de segunda generación, que induzcan una mayor protección frente a las variantes actuales, como ómicron, o frente a nuevas variantes que puedan surgir. Las personas vulnerables serán las primeras en que habrá que priorizar su administración.

Mientras tanto, y aunque hayamos pasado a una etapa de transición tras la fase aguda de la pandemia, no debemos perder de vista, como dice la Organización Mundial de la Salud, que la pandemia no ha acabado. El virus sigue circulando, de forma más o menos intensa según los países, y tras varias semanas de descenso, los casos vuelven a aumentar, especialmente en algunos países de Europa y Asia. Es previsible que en las próximas semanas tengamos también en nuestro país un repunte de casos, por lo que hay que poner el foco de forma muy especial, en las personas más vulnerables y en avanzar en la vacunación a nivel mundial.

Magda Campins es doctora y miembro del Grupo de Investigación en Epidemiología y Salud Pública del Vall d’Hebron Instituto de Investigación.

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