Gobierno y Generalitat estudian traspasos a la espera de la mesa de diálogo
La ministra Isabel Rodríguez condiciona el foro sobre el conflicto a los “contenidos”
Hay comparecencias políticas que bien podrían ser alegatos de física. Las posteriores, este viernes, a la comisión bilateral Estado-Generalitat en Barcelona han girado en torno a la relatividad del tiempo. El Gobierno ha calificado la cita de “histórica” porque, tras una década de inactividad en el traspaso de competencias en Cataluña, se “avanzaba”. La lectura del Ejecutivo catalán ha sido muy diferente: lento y limitado. Y, de fondo, sigue estirándose como un chicle ese espacio temporal del “a principio del año” en el que supuestamente se celebrará la mesa de diálogo sobre el conflicto político. Eso sí, ambas partes parecen ver esa cita más cerca, aunque con condiciones.
La reunión de la comisión es la segunda desde que Sánchez fue elegido presidente. La tercera desde que el socialista llegó a La Moncloa tras la moción de censura a Mariano Rajoy. Antes de eso, hay que remontarse a 2011 para encontrar un encuentro del órgano estatutario que el procés congeló.
Ese fue el margen temporal en el que la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, ha inscrito los resultados. Para ella es todo un logro que en medio año se activen las ponencias técnicas para el traspaso de las becas escolares, la gestión del Ingreso Mínimo Vital y de la financiación de los juzgados. “Los traspasos no son una cosa automática o un mero posicionamiento político. Hay mucho trabajo”, ha insistido. La ponencia técnica implicará meses de trabajo antes de que se pueda cerrar el traspaso como tal.
El optimismo de la ministra no ha sentado bien en la delegación catalana. La Generalitat sí ha salido debajo del brazo —a la espera de trámites administrativos— con un tramo del canal Xerta-Sènia, la B-23, el Turó de l’home y siete depuradoras, entre otros, y ha calificado esos avances “escasos”. La gradación de la crítica ha sido diferente entre los socios del Govern. “Hay que ir más rápido y que sean de más entidad”, ha dicho la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà. Jordi Puigneró, la voz cantante de Junts en el Ejecutivo, ha tirado de ironía. “Estos traspasos viajan en Rodalies Renfe”, ha asegurado.
El vicepresident ha criticado que no se pongan sobre la mesa traspasos de enjundia. Ha recordado, por ejemplo, que en lo referente a Cercanías tienen hasta el verano para estudiar las propuestas, o que en el caso de una de las vías de acceso a la capital catalana se tardara diez años en negociar el cambio de titularidad. “Si esta es la mesa en la que el Gobierno ponen el principal foco, es evidente que no es suficiente”, ha dejado caer Puigneró, apuntando así a la estrategia de La Moncloa de desinflar el apoyo a la independencia acabando con incumplimientos históricos.
Ambas partes se comprometen a seguir trabajando de cara a la próxima comisión bilateral, que tendría que ser el próximo semestre. La Generalitat quiere, entre otras cosas, que allí se aborde que Cataluña pueda volver a escoger a los secretarios municipales. Se trata de algo que los vascos obtuvieron en la negociación presupuestaria.
La sintonía entre Gobierno y Generalitat no ha pasado de la cortesía que se espera en estos encuentros. En el tintero sigue qué pasará con la mesa de diálogo, que tanto Rodríguez como Vilagrà creen que podrá ser en las “próximas semanas”, aunque han aclarado que no se habló del tema en la mesa. Es una frase muy similar a la de “principios de año”, que de momento sigue sin cumplirse. La ministra ha dado a entender que, como en la comisión bilateral, los contenidos se “tendrán que trabajar” antes del encuentro. “La confianza se mide en resultados”, ha dicho por su parte la consellera.
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