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Borràs pide a Aragonès que cumpla con la cuestión de confianza pactada con la CUP

La presidenta de la Cámara catalana se aparta del argumentario de su partido

Camilo S. Baquero
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (d), y la presidenta del Parlament, Laura Borràs (i), en una imagen de archivo.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (d), y la presidenta del Parlament, Laura Borràs (i), en una imagen de archivo.Toni Albir (EFE)

Junts per Catalunya se había desmarcado todo el tiempo del contenido del acuerdo de investidura al que llegaron ERC y la CUP en marzo pasado. Hasta este domingo. La líder del Parlament, Laura Borràs, ha abandonado esa doctrina y ahora defiende que el president Pere Aragonès se someta a una cuestión de confianza en 2023, tal y como había acordado con los anticapitalistas. “Es un compromiso muy firme que te interpela”, ha dicho Borràs, abriendo así un nuevo frente de desencuentro entre los socios del Ejecutivo catalán.

“Esta legislatura se puso en marcha con estos acuerdos; si los acuerdos no se cumplen, habrá un replanteamiento de la legislatura, entiendo”, ha asegurado la que fuera cabeza de cartel de Junts en las pasadas elecciones autonómicas del 14-F en una entrevista a Catalunya Ràdio.

En la misma línea de lo expresado por la portavoz de Junts, Elsa Artadi, Borràs también ha dicho que Aragonès no se esforzó lo suficiente para llegar a un pacto con la CUP y aprobar los Presupuestos de la Generalitat para el próximo año. Dentro de Junts conviven dos sensibilidades sobre este punto. Por un lado están las voces dentro del Ejecutivo que creen que se hizo todo lo posible con los anticapitalistas y que lo importante era sacar adelante las cuentas, aunque fuera con el apoyo de En Comú Podem. Por otro, se encuentran los que ven sacrílego romper el bloque independentista.

La semana pasada, Artadi había pasado de puntillas sobre si el president debería someterse a la cuestión de confianza coincidiendo con el ecuador de la legislatura. La diputada dejó claro que ese trámite parlamentario respondía a un pacto ERC-CUP y no al de investidura que firmaron Junts y Esquerra y que por tanto no sabía si “es algo que sigue sobre la mesa o no”, dijo en una entrevista en La 2. De ahí que la posición expresada por Borràs sorprenda, no solo porque enmienda lo que había sido la posición oficial del partido que lidera el expresident Carles Puigdemont sino porque cuestiona la imparcialidad de la presidenta de la Cámara catalana.

Después de que la CUP se descolgara del pacto presupuestario, en ERC dejaron en el aire cumplir con la cuestión de confianza, que se planteó entre las condiciones para permitir el voto favorable de los anticapitalistas a la investidura de Aragonès. Quieren sentarse a evaluar el futuro de esos acuerdos. La propia portavoz de ERC, Marta Vilalta, abona el camino a replantearse un bloque que, no en lo político pero sí en lo nacional, puede seguir funcionando en la Cámara. “Es cierto que los Presupuestos en sí mismos, el no haber conseguido cristalizar esta mayoría que sí fue posible en la investidura, ya denota una pérdida de confianza”, aseguró el domingo a una entrevista a Europa Press.

“No es cuestión de que hayamos roto o quede en papel mojado aquel acuerdo. El acuerdo en la mayoría de puntos sigue vigente porque nos creemos que todas aquellas acciones que acordamos son positivas para el país”, agregó la republicana. Muchas de las exigencias, de hecho, las recoge el proyecto de Presupuestos y fueron asumidas también por los comunes.

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Marginados del pacto

En Junts, hasta ahora, siempre se habían desmarcado del contenido del pacto con los anticapitalistas, del que fueron marginados desde el principio. Jordi Sànchez, el secretario general del partido, utilizó la mala digestión de ese acuerdo bilateral para culpar a Aragonès de no llegar a un acuerdo presupuestario con la CUP. Ese cierre en falso de un acuerdo a dos, dijo el expresidente de la Assemblea Nacional Catalana, era el culpable de no llegar ahora a tener unas cuentas aprobadas exclusivamente por partidos independentistas.

La CUP no apoyó las cuentas porque consideraba que muchos de los puntos del acuerdo de investidura no se habían cumplido aún, pese a que los republicanos insistían hasta la saciedad que así era. Es el propio Aragonès quien tiene que decidir someterse a revalidar la confianza de la Cámara y los anticapitalistas son conscientes que recae en él la última decisión de hacerlo.

En marzo pasado, el president puso sobre la mesa la cuestión de confianza a medio mandato como una manera de dar estabilidad a la legislatura. Técnicamente amarraba así el apoyo anticapitalista a las cuentas y ofrecía un ejercicio de rendición de cuentas sobre la ejecución de otros acuerdos. Por ejemplo, realizar un “nuevo embate democrático, preferentemente en forma de referéndum”, actualizar los protocolos para evitar los desahucios o, alcanzar el 25% del presupuesto de Salud en Atención Primaria.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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