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La innovación llega de las Terres de l’Ebre

El festival Eufònic celebra su 10º aniversario con más de 50 actividades y 120 artistas, repartidos por nueve poblaciones

'Poética del espacio algorítmico', de Tomonaga Tokuyama.
'Poética del espacio algorítmico', de Tomonaga Tokuyama.

“Artes visuales, nuevas tecnologías, conciertos, talleres, performances y recorridos artísticos en la naturaleza, son algunas de las actividades que componen un festival que no tiene una fórmula definida y evoluciona junto con el entorno y el territorio”. Vicent Fibla, fundador y director de Eufònic, define así el festival que desde hace diez años activa los pueblos de las Terres de l’Ebre con propuestas artísticas experimentales y vanguardistas. “Nuestra fuerza es nuestra peculiaridad: presentar proyectos artísticos especialmente pensados para un territorio periférico y rural. Descubrimos parajes naturales, desconocidos al gran público y ponemos en valor los espacios institucionales de la zona, como museos o auditorios”, continúa Fibla, que precisamente por programar gran parte de las obras al aire libre, también el año pasado, con pandemia, pudo celebrar actividades presenciales. Este año será todo en vivo, aunque la Sala Sintética, una plataforma virtual tridimensional que se activó el año pasado, continúa funcionando. En la edición que comienza hoy acoge una vídeo interpretación del Cant dels ocells de Pau Casals de la artista Martina Ampuero y de su alter ego tridimensional.

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Para celebrar su 10º aniversario, el festival ha elaborado un ambicioso cartel de 120 artistas involucrados en más de 50 actividades, que se llevarán a cabo en una treintena de espacios de nueve poblaciones, hasta el 29 de agosto, si bien alguna instalación se prolongará hasta la segunda mitad de septiembre. Es el caso de uno de los platos fuertes de la programación, la instalación del japonés Tomonaga Tokuyama, colaborador habitual del célebre compositor electrónico Ryoji Ikeda. “A partir de unos tubos de luz reactivos al ruido que generan los visitantes y el entorno, se produce un flujo de energía invisible, que origina olas de sonido a medida que colisionan las moléculas de aire. La idea es representar un modelo extremadamente minimalista de cómo los humanos percibimos el universo”, explica Fibla, que ha conseguido traer a Amposta el artista, para que creara una obra a medida de Lo Pati, el centro de arte de las Terres de l’Ebro. En cambio, el Museo de Tortosa presenta una instalación de Laura Llaneli y Òscar de la Fuente, realizada en colaboración con voces anónimas de habitantes de la zona.

Eufònic, que como cada año activará espacios históricos, se inaugurará con un concierto de Fennesz, figura clave de la electrónica internacional y referente en el uso de guitarras procesadas digitalmente, en la iglesia de Corbera d’Ebre, parcialmente derruida durante la Guerra Civil y enclavada en un área que es un verdadero museo de historia al aire libre. Este conflicto se plasma también en una pieza site-specific, creada por Arnau Sala Sáez en la comarca de la Terra Alta, una de las más afectadas por los combates de 1938. La instalación parte de un efecto acústico generado por la estructura del espacio del memorial de Les Camposines, un monumento creado en 2009 sobre una antigua trinchera de la batalla del Ebro. “La instalación, que se activa a partir de la experiencia individual, combina escultura, acción y sonido en un espacio de 1733, la Capella del Sant Sepulcre, la ermita principal del calvario del pueblo de Batea”, explica Fibla.

Entre los actos del primer fin de semana destaca el concierto de Tomomi Kubo con el intrigante y sugeridor instrumento Ondas Martenot en el castillo de Miravet y la actuación de Barba Corsini, el proyecto del poeta Eduard Escoffet y el músico Pope.

El segundo fin de semana verá la primera actuación en España de Space Afrika, referente de la electrónica mundial y la experiencia inmersiva Acte de fé, creada por Pablo Martorell, en el palacio renacentista de Tortosa donde se conserva el archivo de la diócesis. El espectáculo está protagonizado por tres músicos y una inteligencia artificial que han entrenado con partituras de cantos de todas las religiones y de todo el mundo. El resultado es una liturgia contemporánea, que conjuga instrumentos medievales con tecnologías de última generación. “Empezamos en 2012 con cinco actuaciones y una instalación en una esquina, así que el balance de estos diez años es positivo. Seguiremos en esta línea flexible y atentos a lo que pasa en el territorio y en el mundo”, concluye Fibla.

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ARTE EN Y PARA EL CAMPO

Aunque todas las actividades se desarrollan presencialmente, el carácter híbrido de Eufònic se mantiene en el apartado profesional, Eufònic Pro que se celebra los días 26 y 27 de agosto en Tortosa, Capital de la Cultura Catalana 2021. Además de acoger la presentación pública de la nueva red europea AREA (Art in Rural European Areas), el congreso reunirá física y virtualmente numerosos artistas y expertos de otras disciplinas, que reflexionarán y debatirán sobre los conceptos de periferias geográficas y creativas, las nuevas ruralidades y la creación artística en entornos no urbanos, el eco-pensamiento y la simbiosis creativa.

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