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Un segundo agente rural detenido por la muerte del oso Cachou en Cataluña

El juzgado de Viella ordena el arresto por los indicios de su participación en el plan para matar a la fiera

El oso Cachou en una imagen de 2017.
El oso Cachou en una imagen de 2017.Conselh Generau d'Aran
Marc Rovira

El juzgado de Viella sigue recabando pistas e informaciones para aclarar la muerte por envenenamiento del oso Chachou. La última diligencia ordenada por la juez supuso la detención, este martes, de un agente de medio ambiente del Valle de Arán, el segundo arresto que se practica dentro de la plantilla de este cuerpo de funcionarios, y es consecuencia de las contradicciones que ha advertido la magistrada en su declaración. Presuntamente, el guarda rural también estaba en el grupo de wasap formado expresamente para rastrear los movimientos del oso. En total, ya se han realizado siete detenciones relacionadas con el caso.

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Cachou cargaba con muy mala fama por ser sospechoso de varios ataques a rebaños que pastaban en las praderas del Pirineo. Se había pedido reiteradamente su captura y traslado y la Generalitat se lo llegó a plantear. Hasta que apareció muerto.

Inicialmente, el gobierno aranés calificó el fallecimiento de accidental. La primera versión oficial divulgó que el controvertido Cachou se había despeñado tras pelearse contra otra fiera, presuntamente otro oso macho. El 9 de abril del año pasado apareció al fondo de un barranco del municipio de Les, cerca de la frontera con Francia.

Las sospechas que despertaba el caso motivaron la apertura de diligencias de investigación por parte del juzgado de Viella. Las pesquisas se realizaron con suma discreción, hasta el punto que se decretó el secreto de sumario. Pronto se certificó que la muerte del plantígrado había sido provocada. Lo envenenaron con líquido anticongelante para motores.

La investigación permitió identificar a una banda de personas integrantes de un grupo de wasap bautizado como “Antiosos”. Lo integraban ganaderos, vecinos del valle y personas contrarias a la reintroducción del oso. También figuraban en él guardias rurales y cargos públicos de la administración. Uno de ellos, consejero por Convergència Democràtica en el consejo regional del Valle de Arán, no escondía su animadversión hacia los plantígrados. “En repetidas ocasiones ha comentado públicamente que mataría a los osos con anticongelante”, se indica en el sumario. La red tenía contactos y medios para hacer un seguimiento de los movimientos del oso, lo que presuntamente facilitó su envenenamiento.

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