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El impuesto de Sucesiones recauda un 72% más en Cataluña hasta marzo por la covid

Las arcas de la Generalitat ingresaron un total de 201 millones de euros tras un aumento de los fallecimientos y del gravamen

Dani Cordero
Agencia Tributaria de Cataluña
Una de las sedes de la Agencia Tributaria de Cataluña, en una imagen de archivo.Marco Ambrosini

La pandemia lo ha puesto todo patas arriba durante el último año. También la recaudación tributaria, desarbolada por la caída de la actividad económica y el aplazamiento de los plazos de cobro durante el primer estado de alarma. El impuesto de Sucesiones y Donaciones es el mayor ejemplo entre los que gestiona la Generalitat: el primer trimestre estuvo en máximos, 201 millones de euros ingresados por la Administración, en lo que representa un alza del 71,7% respecto a un año antes. Lo explican a recuperación del tiempo para pagarlo, el aumento de los fallecimientos por la covid y la subida del impuesto hace un año.

Con lo recaudado entre enero y marzo, la Generalitat ya habría cubierto un 43% de las previsiones de ingresos del tributo para todo el ejercicio, si bien fuentes del Departamento de Economía y Finanzas evitan hacer una estimación de cuánto se podría acabar recaudando a finales de año. De hecho, consideran que la punta de ingresos vinculados al tributo que grava las herencias y las donaciones está a punto de normalizarse. El aumento de las tramitaciones del tributo empezó a notarse en diciembre, cuando superó por primera vez los 100 millones de euros (107,8), se situó en máximos en enero (115,4 millones) y a partir de ahí empezó a descender (109,4 millones en febrero) hasta los 72,4 millones ingresados en marzo, según consta en el último informe de ejecución presupuestaria mensual publicado por la Generalitat.

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Los técnicos de la Administración todavía tienen que analizar cuáles han sido los factores que más han pesado en ese aumento, que debería normalizarse a partir de abril. Uno importante es el aplazamiento de las liquidaciones del impuesto que tuvo como origen la entrada en vigor del estado de alarma. “Suspendimos la presentación de todas las liquidaciones anteriores al 14 de marzo y a quienes tenían pendiente hacerla se les permitió prolongar el proceso hasta el 1 de julio, un periodo que incluso era posible alargar dos meses más”, indican desde Economía, donde recuerdan que el impuesto de Sucesiones es un tributo que ya tiene un periodo ordinario de presentación de hasta seis meses.

En todo caso, aquella situación de suspensión de procesos de la administración provocó que muchas liquidaciones no llegaran hasta la Agencia Tributaria de Cataluña hasta final de año y que entre marzo y octubre, con la única y anómala excepción de agosto, la recaudación del impuesto se situara por debajo de los niveles precovid. En noviembre se empezaron a acelerar las tramitaciones, que se acumularon durante los tres meses siguientes.

Pese a la situación particular de 2020, los ingresos del tributo no fueron inferiores a los del ejercicio anterior: crecieron un 2%. Durante lo que llevamos de año, y posiblemente entre diciembre y marzo, se gestionaron buena parte de los tributos vinculados a herencias de personas fallecidas a partir de la primera oleada de la pandemia.

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En 2020, fallecieron más de 17.000 personas por covid en Cataluña. Un año antes el número total de muertes fue de 64.500 (no hay todavía datos de mortalidad de 2020). Ese aumento es otro de los cambios esenciales que están detrás de la mejora de la recaudación que ha llegado en lo que va de 2021. Durante este año esa cifra se ha reducido sustancialmente y actualmente ronda un total de 4.000 personas cuando ya está avanzado el proceso de vacunación. Así que, si bien habrá un aumento por este motivo, la hacienda catalana no tendrá que gestionar un alud de casos como el del año pasado.

Acuerdo presupuestario

El tercer factor que ha influido en esos ingresos disparados es la modificación del impuesto que pactó el actual Govern, ahora en funciones, con En Comú Podem como condición imprescindible para sacar adelante los Presupuestos del pasado año. Los cambios básicamente suponían la supresión parcial de las bonificaciones existentes hasta entonces, con lo que a la práctica se aumentaba la cantidad a pagar en determinadas situaciones.

Según las previsiones de la Generalitat, se preveía ingresar 192 millones de euros más cada ejercicio completo gracias a la modificación del tributo, lo que representa en torno a 48 millones por trimestre. En los tres primeros meses de 2021 la recaudación alcanzó 297 millones, una cifra muy superior a los 137 millones liquidados en el mismo periodo de 2019, cuando el gravamen no había sido modificado y no tenía constancia todavía de la pandemia.

El impuesto de Sucesiones es uno de los tributos más controvertidos en España y fruto de una ya larga batalla entre Cataluña y Madrid. Mientras el liberalismo predominante en los sucesivos gobiernos de Madrid optaron por bonificarlo al máximo en determinados casos, hasta el punto de que su liquidación llega a ser en algunos casos testimonial, en Cataluña se ha optado por un camino del medio repleto de zigzagueos: el Tripartito lo bajó ligeramente (CiU y PP pedían la supresión) en 2009 ante el temor de que contribuyentes catalanes buscaran refugio fiscal en Madrid, el Ejecutivo de Artur Mas lo bonificó todavía más y el último volantazo se produjo en abril de 2020 con una nueva modificación, esta vez al alza.

Ese último cambio no fue tan ambicioso como pretendían los comunes, pero suponía un importante aumento de la recaudación para la Generalitat, si bien aún estarán lejos de los casi 1.000 millones que se ingresaban por este tributo en 2008. La Cámara catalana aprobó la modificación en plena primera ola de la covid en España, con el estado de alarma en funcionamiento desde hacía más de un mes y sin conocer todavía que el coronavirus iba a convertirse en una pesadilla de más de un año.

El cambio normativo

La modificación del impuesto de Sucesiones ha reintroducido los coeficientes multiplicadores para el patrimonio preexistente de los contribuyentes de los grupos de parentesco I y II (hijos, padres, nietos). De esa forma, los contribuyentes que reciban una herencia y que ya tienen un patrimonio elevado (a partir de 500.000 euros) tendrán más carga impositiva. También se reduce la bonificación en la cuota tributaria de los grupos I y II, aunque se mantiene una bonificación del 99% para los cónyuges.

La modificación del impuesto de Sucesiones es una demanda histórica de los partidos de perfil más de izquierda del Parlament, sobre todo CUP y En Comú Podem, que han reclamado a los últimos gobiernos un nuevo esquema tributario más redistributivo, a la vez que con una mayor presión fiscal.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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