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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Turismo y viajes en tiempos de pandemia

En lugar de pensar únicamente que las restricciones son un incordio, pensemos que está en la mano de cada uno de nosotros frenar la pandemia y salvar vidas

Magda Campins
Un hombre recibe la vacuna en el Hotel Plaza de L'Hospitalet de Llobregat.
Un hombre recibe la vacuna en el Hotel Plaza de L'Hospitalet de Llobregat.Massimiliano Minocri

La Semana Santa ya está aquí. Llevamos más de un año de pandemia, en el que hemos pasado por épocas tan duras como la del confinamiento domiciliario y ahora continuamos con importantes restricciones en la movilidad. Toques de queda, restricciones para salir de la comarca o de la comunidad autónoma, restricciones para mezclar diferentes grupos burbuja… Son medidas que limitan nuestra vida, es cierto, pero salvan miles de vidas. La vacunación será el camino que nos permitirá dejar atrás la pandemia. Pero no olvidemos que seguimos en plena pandemia y que, en los últimos días, se está produciendo un repunte de los casos y todos los indicadores epidemiológicos están empeorando.

En estas fechas mucha gente, como es lógico, quiere viajar. Pero no nos engañemos, cuanta más movilidad, más transmisión del virus. Según un documento del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), el turismo y los viajes contribuyeron de forma sustancial a la difusión del virus durante la primera ola. Cuando la gente viaja, no suele limitar sus relaciones al grupo burbuja, sino que acude a restaurantes, visita a familiares o amigos, comparte espacios públicos con otras personas… Por tanto, mayor riesgo de contagio y de que el virus se expanda a áreas con incidencia baja.

La combinación del cribado antes y al regreso del viaje puede reducir el riesgo de importación del SARS-CoV-2 entre un 40% y un 66%

Por eso es importante considerar las medidas que indica el ECDC en su reciente Guidance for COVID-19 quarantine and testing of travellers del 12 de marzo, cuyo objetivo es ayudar a los países europeos en la toma de decisiones sobre las estrategias más adecuadas para reducir el riesgo de transmisión del virus, así como la importación de nuevas variantes. Estas medidas incluyen: vigilancia de síntomas antes, durante y al regreso de viaje; pruebas de cribado (PCR o test rápido de antígeno en origen o a la llegada al lugar de destino; cuarentena en viajeros procedentes de zonas de alta incidencia o circulación de nuevas variantes; y repetir las pruebas 5 o 7 días después de la llegada para poder acortar la cuarentena si el resultado es negativo. La combinación del cribado antes y al regreso del viaje puede reducir el riesgo de importación del SARS-CoV-2 entre un 40% y un 66%. La aplicación de una o varias de estas estrategias ha sido muy desigual entre países durante la pandemia y se han ido modificando en función de la situación epidemiológica del momento. Otras medidas, como la toma de temperatura a la llegada o la cumplimentación de cuestionarios de síntomas, no han demostrado ser eficaces. Dado que el riesgo de infección o transmisión es similar en los viajes nacionales y en los transfronterizos, es lógico que haya coherencia entre las medidas aplicadas a ambos tipos de viajes no esenciales, cosa que desgraciadamente no está ocurriendo.

Como norma general, las personas con síntomas o aquellos que han tenido contacto reciente con un caso no deben viajar. Hay que evitar los viajes no esenciales, especialmente aquellos hacia y desde zonas de alto riesgo, hasta que la situación epidemiológica no haya mejorado considerablemente. El viajero debe tener información actualizada sobre la situación epidemiológica del lugar de destino, así como seguir las recomendaciones y medidas de cada comunidad autónoma o país. Cambiar de ciudad, comarca o país y relacionarse con otras personas que no sean del grupo burbuja provoca una expansión del virus, un aumento de las hospitalizaciones y más fallecimientos. No podemos obviar esta realidad.

Las personas con antecedentes de haber padecido la covid-19 en los seis meses previos al viaje podrían considerarse inmunes y no requerir la realización de PCR previa al viaje ni cuarentena en destino. No obstante, aún no sabemos el grado de protección de la inmunidad natural generada por la infección frente a otras variantes del virus.

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Aún no sabemos la duración de la protección conferida por la vacuna ni si las personas vacunadas, aunque no enfermen, pueden infectarse y transmitir el virus

Lo mismo es aplicable a las personas vacunadas. La vacuna reduce a más del 90% la posibilidad de desarrollar la covid-19, por lo se podrían considerar inmunes las personas que hayan completado la pauta vacunal. Pero aún no sabemos la duración de la protección conferida por la vacuna ni si las personas vacunadas, aunque no enfermen, pueden infectarse y transmitir el virus.

Debemos tener en cuenta que están apareciendo nuevas variantes que son más contagiosas, que la vacunación no ha hecho más que empezar en muchos países, y que la responsabilidad individual es lo que nos permite salvar vidas. En lugar de pensar únicamente que las restricciones son un incordio, pensemos que está en la mano de cada uno de nosotros frenar la pandemia y salvar vidas. Cuando mantenemos nuestro grupo burbuja, cuando llevamos mascarilla, cuando mantenemos la distancia física, salvamos vidas.

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