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Cataluña se plantea cerrar las escuelas en tres semanas solo si los datos de la Covid-19 no mejoran

Salud acelera y pone 13.000 vacunas en un solo día superando y ha aplicado la primera dosis a 37.114 personas

Coronavirus
Un equipo del Departamento de Salud de la Generalitat vacuna aresidentes y personal de la Residencia de Geriatrica Gravi de Polinyà.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)
Àngels Piñol

El Departamento de Salud deslizó ayer por primera vez que si las cifras de la covid-19 empeoran en tres semanas optará por cerrar los colegios. Josep Maria Argimon, secretario de Salud, se mostró firme partidario de que los centros escolares, que ya han aplazado un día su apertura, reanuden el lunes su actividad pero al tiempo avisó de que si las cifras son malas “replegarán”. Salud avisa de que se avecinan semanas “complicadísimas” y que su propósito es contener la curva.

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En una entrevista en el programa Aquí,Josep Cuní, de Ràdio Barcelona, Argimon dijo que la incidencia de la pandemia es muy alta pero que no llega al pico de la segunda ola. “Entonces mantuvimos las escuelas abiertas. Por tanto, tenemos que intentarlo. Si en tres semanas no podemos, replegaremos. Lo que decía antes: empiezas, si ves que te equivocas, repliegas y te vas”, avisó. ¿Vienen semanas complicadas?, le planteó el periodista. “Segurísimo. Empezamos la segunda ola con 140 enfermos en la UCI y llegamos a 600. Después bajamos a 300 pero no regresamos a 140. Ahora hay más de 400”.

La realidad es que las cifras ratifican la fuerza de esta tercera ola. La víspera de Reyes registró el récord de mortalidad de la enfermedad en un solo día con 93 fallecidos, superando los 86 del 5 de noviembre. El jueves se diagnosticaron 3.995 casos y murieron 42 personas. Los datos refrendan la tensión hospitalaria: 2.199 pacientes —49 más— y, 429 en las UCI. El riesgo de rebrote está en 615 puntos cuando el umbral del alto riesgo es de 100. El único baremo que se mantiene es el de la propagación: está en 1,46.

Alba Vergés, consejera de Salud, aseguró anteayer que no tenía sobre la mesa ningún informe que aconseje cerrar escuelas como pasa en Alemania. Sin embargo, la reflexión de Argimón lanza sombras sobre qué pasará en un futuro con los colegios. El debate sobre la conveniencia de abrir o no las escuelas se desató en Reyes cuando 18 científicos catalanes, entre ellos el epidemiólogo Oriol Mitjà, el matemático Salvador Macip y el biólogo Àlex Arenas, pidieron no abrir por el riesgo de que corra el virus generando un “enorme problema de salud pública”.

El riesgo de rebrote se ha situado en 615 puntos cuando el umbral que marca el alto riesgo es de 100.
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El sindicato mayoritario USTEC comparte esa tesis. Su portavoz, Yolanda Segura, aboga por no volver ya a las aulas: “Estamos en unos niveles que se parecen bastante a los del confinamiento en marzo. Por coherencia, no es el momento de abrir y regresar presencialmente al 100%. Queremos que el regreso se haga de forma segura”. Salud prevé en las próximas tres semanas realizar un cribado masivo en los centros con 170.000 PCR de automuestra de frotis nasal, voluntario, a docentes, personal de administración, de limpieza y monitores.

Frente a esta línea, Pere Aragonès, vicepresidente del Govern, defendió anteayer que las escuelas son un servicio esencial y que, por la función social que ofrecen, deben ser las últimas en cerrar en caso de confinamiento. La Sociedad Catalana de Pediatría es también partidaria de que las aulas se abran y recuerda que la transmisión del virus es mucho más alta en el núcleo familiar que en los colegios. Además, sostienen que los niños no son el “motor” que impulsa la pandemia. Así, piden que las escuelas sean las últimas en cerrar por el “impacto negativo” que esa medida tiene sobre la salud y, al igual que Aragonès, sostienen que el cierre agrava las desigualdades sociales.

Argimon defendió la conveniencia de abrir las aulas—”La presencialidad es importante en pequeños y jóvenes”— y abundó que si hubieran hecho caso a todas las voces no habrían abierto en septiembre. El pulso lo acabará marcando el número de personas en la UCI. “Cuando hemos aplicado las medidas, que son dolorosas, la infección ha bajado, y a la que abrimos, sube. Lo que es difícil de aceptar es que tenemos que bajar nuestro ritmo”, dijo.

La Sociedad Catalana de Pediatría es también partidaria de que las aulas se abran y dice que la transmisión del virus es mucho más alta en el núcleo familiar que en los colegios.

Mientras, Salud aceleró este jueves ayer en la aplicación de vacunas y en un solo día puso 13.000, lo que comporta que ya han recibido la dosis 37.114 catalanes, todos ellos internos en las residencias de gente mayor, trabajadores de esos centros y personal sanitario. Salud dispone de 120.000 unidades y se reserva la mitad de ellas, 60.000, para aplicar la segunda dosis a esas mismas personas. La segunda tanda de inyecciones empezará el día 17.

Tras las críticas por la lentitud en la administración de las vacunas, Salud se propone fijar una velocidad de crucero y las 13.000 dosis son la cifra más alta aplicada en un día. El plan del departamento es vacunar en 12 semanas a 748.000 personas, que conforman el primer grupo de riesgo integrado por residentes, personal sanitario y de residencias y grandes dependientes.

Cada lunes, Salud recibirá una remesa de 60.000 vacunas de Pfizer y esta semana se sumará la primera entrega de Moderna, cuyas inyecciones no necesitan de neveras de ultra frío como las primeras. Argimon atribuyó la lentitud en la administración de vacunas en parte a la falta de neveras y recalcó que no sabe por qué han viajdo en camión y no en avión. “Improvisación no, lo que sí le admito es que la manera en que hemos organizado los equipos no es la mejor manera y es lo que estamos rectificando”, afirmó.

El sindicato de enfermería SATSE reclamó ayer que se vacune todos los días de la semana por las mañanas, tardes e incluso noches para lograr que el 80% de la población en España esté inmunizada en julio. El sindicato ve “inaceptable” que haya diferentes velocidades en la administración de la vacuna en función de las comunidades autónomas y exigió una “actuación eficaz, rápida y homogénea en el conjunto de España”.

Govern no cede y las librerías deberán cerrar

El Govern se reafirmó ayer y no autorizó a las librerías a vender productos en fin de semana ni tampoco a entregar pedidos online con cita previa. El otro mazazo es que las tiendas de más de 400 metros deberán cerrar todos los días, sin poder acotar espacios, como se toleraba en la norma anterior, lectura a la que se habían acogido para abrir. Contundente, la Cambra del Llibre de Catalunya lamentó “la falta de credibilidad del Govern” por la “incoherencia respeto a su propia resolución del 22 de septiembre”, donde declaró la cultura bien esencial. CARLES GELI

 




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