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El éxito de Borràs pone presión a Puigdemont para que revele su papel en las listas de Junts

La diputada logra el 75% de los votos en las primarias y asegura que no será “vicaria” de nadie

Camilo S. Baquero
La candidata a presidenta de la Generalitat por Junts, Laura Borràs, junto a su competidor, el diputado Damià Calvet
La candidata a presidenta de la Generalitat por Junts, Laura Borràs, junto a su competidor, el diputado Damià CalvetMarta Perez (EFE)

Laura Borràs ya es la candidata a la presidencia de la Generalitat por Junts per Catalunya. La diputada en el Congreso se impuso cómodamente a su competidor en las primarias, el conseller de Territorio Damià Calvet, al obtener el 75% de los votos (2.954) y con una participación de una dimensión similar. Ese éxito, sin embargo, no cierra el debate sobre las listas electorales de esa formación. Su presidente, Carles Puigdemont, mantiene la incógnita sobre qué sitio desea ocupar en la candidatura, algo que tiene que decidir en los próximos días. La relación entre ambos no es buena pero están obligados a encajar si quieren imponerse ante ERC, que lidera las encuestas.

Las primarias de Junts establecen dos urnas: una para elegir al candidato a la Generalitat, teóricamente el primer puesto en la lista de Barcelona, y otra para elegir los primeros ocho puestos por Barcelona y los lugares de salida en las otras tres provincias catalanas. Desde este lunes y hasta el jueves los interesados pueden postularse. Puigdemont descarta buscar presidencia pero varias voces en los últimos días le han pedido que sea el cabeza de cartel. “Siempre hemos dicho que Puigdemont no es el candidato de nada si no el president de todo, él irá en la posición que quiera, cuenta con el apoyo de todos los afiliados”, ha asegurado Borràs en una entrevista a Rac-1.

Puigdemont guarda silencio sobre cuáles serán sus pasos, si bien ya había anunciado su voluntad de ir a las listas. El expresident sabe que se juega mucho si su lista no gana, al menos, dentro del bloque independentista en las elecciones del 14-F y de ahí que sopese tanto qué paso dar. Una solución intermedia, con la que se especula desde hace días, es que se presente como cabeza de lista de Girona. No tiene que renunciar a su escaño en el Parlamento Europeo y posiblemente la votación del suplicatorio incluso caiga en mitad de campaña, munición para su discurso de la “represión”. Borràs ha negado que su mentor político busque camuflarse y ha reivindicado que ha ganado cada elección a la que se ha presentado. “Los hechos lo avalan. Se ha presentado y nunca las ha perdido”, ha insistido.

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La duda en la votación de las primarias no era quién triunfaría —se daba por hecho la victoria de la diputada— si no por qué margen. Ambos candidatos hicieron una campaña muy distinta y con mensaje independentista aunque el acento se pusiera en sitios diferentes. Borràs insistió en la necesidad de hacer efectivo “el mandato” del referéndum independentista del 1-O y explotó toda su telegenia y las redes sociales para alcanzar al gran público. Calvet, que contaba con la bendición de los políticos presos, hizo un discurso sobre la necesidad de la buena gestión para ir ganando soberanía y utilizó la red que había sobrevivido del PDeCAT para buscar uno a uno los votos.

El triunfo de Borràs tiene varias lecturas. Por un lado, el apoyo al mensaje independentista más confrontacional con el Estado. “La prioridad es tener una mayoría absoluta independentista y, si no es posible, tener pactos con los partidos independentistas. Quien pacta con partidos que no son independentistas no trabaja por la independencia”, ha asegurado la candidata, en un claro dardo a sus socios de ERC. Borràs, que no dejará su escaño en el Congreso hasta las elecciones catalanas, ha vuelto a criticar el pacto presupuestario del Gobierno con los republicanos y lo ha calificado de “seguro de vida” para Pedro Sánchez.

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De otro lado, está el equilibrio interior dentro de Junts. Los 799 votos obtenidos por Calvet (20,5%) no se corresponden con el volumen de exPDeCAT que recalaron en el partido fundado por Puigdemont el pasado agosto, lo cual implicaría que varios cercanos a ese espacio también apoyaron a la diputada. El mensaje de Borràs puede incomodar a algunos sectores más tradicionales de Junts, por ejemplo porque su futuro si es elegida también depende de la causa en su contra por supuestamente trocear un contrato público para beneficiar a un amigo. Pero al mismo tiempo se le percibe como mejor dotada de cara a ganar la contienda electoral al republicano Pere Aragonès.

Borràs también ha querido disipar los rumores sobre sus choques con Puigdemont. En la noche del domingo, en su discurso tras conocer la victoria, la ahora candidata curiosamente dedicó su principal agradecimiento al expresident Quim Torra. Este lunes ha asegurado que ella ejercerá de presidenta de la Generalitat con todas sus prerrogativas y que por ejemplo sí utilizará el despacho oficial. Torra nunca se sentó en el escritorio de Puigdemont. “No seré vicaria de nadie”, ha aclarado la candidata.

El camino mostrado por Junts también da aire al PDeCAT y al Partit Nacionalista de Catalunya (PNC), que se ofrecen ahora como las opciones nítidas de centro derecha catalana. A la espera de cómo se terminan de configurar las listas de Junts, ya se han presentado para la segunda votación el exjefe de Gabinete de Torra y Puigdemont, Josep Rius; la portavoz del Govern, Meritxell Budó; el presidente del grupo parlamentario, Albert Batet; la portavoz en el Parlament, Gemma Geis; el diputado en el Congreso, Jaume Alonso Cuevillas, o la diputada Aurora Madaula.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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